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El miedo a ser distintos, siendo tan idénticos

LOS ÁNGELES.-- La reflexión no es mía. De hecho, jamás la hubiera concebido. Y es espectacularmente cierta. La plagio a David Dorantes, reportero, amigo, narrador y un magnífico alburero de la peor ralea.

"¡El racismo sólo se acabará en #México cuando se reconozca, oficialmente, que la cultura africana es nuestra tercera raíz!".

Aún quedaban astillas hirientes, penosas, indignantes, del despliegue racista del panista Carlos Treviño contra Ronaldinho, y ahora surge una embestida lamentable contra Dorlan Pabón.

México es un país que afortunada y maravillosamente puede verse al espejo con más razas, más credos, más colores, que cualquier otro de América Latina, pero en el que, lamentablemente una minoría no se atreve a asomarse a ese espejo.

Desde la tribuna del Estadio León surgieron sonidos y gritos tratando de castigar a Pabón. El colombiano ratificaba su casta goleadora desmelenando a la Fiera, al equipo Bicampeón que atraviesa por una agonía, luego de torneos obsequiando un futbol bellísimo, y que por lo visto su grandeza deportiva desentona con la miseria personal de algunos, y sólo algunos, de sus feligreses.

Hasta el momento de entregar este artículo no ha habido reacciones enérgicas, acordes, valientes, honorables, justas, para condenar este tipo de arrebatos.

1.- Ya sabemos que Decio de María y Justino Compeán fingirán demencia, rehuirán el tema, y a lo sumo, en un caso de extraña lucidez, se comprometerán a buscar soluciones.

2.- ¿El Club León? La Familia Martínez ha sido oportunista para manejar este tipo de situaciones. Lo hizo con Pachuca y lo había hecho con el León. ¿Aceptarán lo ocurrido o dirán que no saben del tema? ¿Procederán realmente o prometen que procederán?

Pero, hay escenarios donde deben tomarse acciones drásticas. Sin embargo, el futbolista en México es un millonario esclavizado, sometido, castrado, que prefiere mantenerse al margen.

Hay personas e instituciones obligadas a ello. No pueden eludir responsabilidades. No pueden fingir que nada ha ocurrido. No pueden voltear la vista.

1.- La Comisión del Jugador del Futbol Mexicano. La dirige Paulo Da Silva, quien sufrió de manifestaciones similares en Inglaterra y España. Un presunto caudillo, 'Chaco' Giménez, estuvo en la Comisión. Se cruzó de brazos. ¿Da Silva hará lo mismo?

2.- ¿Y la FMF? Este martes, el CSKA Moscú y Bayern Munich jugaron a puerta cerrada como sanción por actos racistas. ¿Cuál es el temor o de qué tamaño es el contubernio para no empezar a vetar plazas?

3.- La Conapred debe pasar de una figura reguladora, a ser activista implacable. Hace dos semanas presentó una denuncia contra Carlos Treviño en el caso de Ronaldinho. ¿Hará lo mismo y se atreverá a llevarlo a condiciones de orden jurídico?

4.- Uno desearía, esperaría que los futbolistas afrocolombianos y afroecuatorianos se unieran leal y legalmente. Con jugadores de personalidad y experiencia como Aquivaldo Mosquera y Amaranto Perea, estarían en condiciones de amenazar con dejar de jugar, parar los partidos, abandonar la cancha, mientras no se tomen medidas genuinas, legítimas, auténticas al respecto.

Hay 32 jugadores colombianos en México, muchos son clave en su equipo. Tienen autoridad moral y deportiva para provocar un cambio y exigir respeto en las canchas de México.

La gran duda es si encontrarían eco y solidaridad en el resto de sus compañeros, sea cual fuera su nacionalidad. Yo no estaría tan seguro. Hay mucha cobardía en algunos jugadores cuando se reclama apoyo gremial y gregario.

Reacomodamos la pregunta del Blog del 15 de septiembre pasado sobre #TodosSomosTreviño (). ¿Se prestará la misma atención y rigor a la embestida contra Pabón que como se hizo en el caso de Ronaldinho?

¿O la fama de uno respecto al otro cambia la percepción y el termómetro para medir el racismo?

Eso sería un monumento bochornoso a la hipocresía. Actuar así, sería una ofensa reiterada contra Pabón y al mismo Ronaldinho.

Y al final rescato la armoniosa y conciliadora reflexión de David Dorantes: "¡El racismo sólo se acabará en #México cuando se reconozca, oficialmente, que la cultura africana es nuestra tercera raíz!"

Por eso reitero, que en casos de racismo, el silencio de los que se sienten inocentes es más culposo que los berridos denigrantes de los culpables.

Al final, el racismo es una patología de los cobardes. Ese miedo a ser distintos, cuando somos tan idénticos.