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Los Cardenales se crecieron

Podríamos comenzar a buscar en las estadísticas e investigar a la saciedad si en efecto enviar a Clayton Kershaw a lanzar con descanso corto para los Dodgers de Los Ángeles fue una sabia decisión.
Podríamos comenzar a cuestionar si Don Mattingly debió haber enviado a Kershaw a lanzar en la séptima entrada después de 95 lanzamientos.

¿Para qué?

Con un swing de Matt Adams en la séptima entrada, los Cardenales de San Luis probaron que, por lo menos en los últimos cinco años , no hay nadie que se le acerque en la postemporada. La victoria del jueves marcó el cuarto año consecutivo que llegan a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, lo más cercano que el béisbol tiene en estos momentos a una dinastía.

Lo interesante de esta versión de los Cardenales es que, si hubo algún año en el cual hubo dudas sobre su rendimiento a largo plazo, fue en el 2014. Michael Wacha, quien en el año pasado fue una pieza clave de la rotación, estuvo fuera gran parte del trayecto. Yadier Molina estuvo lesionado, Adam Wainwright tuvo que cargar a un staff de abridores que tuvo un año mediocre, para su estándar, y Mike Metheny tuvo que hacer villas y castillas diariamiente para mantenerse a flote ante el embate de los Cerveceros de Milwaukee y Piratas de Pittsburgh por gran parte de la temporada.

El martes ante los Dodgers, si usamos la imaginación, fue más o menos una temporada completa encapsulada en un solo partido.

Por las primeras seis entradas, los Kershaw los dominó, permitiendo solo un hit en seis entradas. En la séptima, Matt Holliday se embasó mediante un hit al cuadro y Jhonny Peralta pegó un sencillo, creando la oportunidad para Adams crecerse en el momento adecuado.

Durante la temporada regular, los Cardenales tuvieron sus problemas de abril hasta agosto y no fue hasta septiembre que el cuerpo monticular se ajustó el cinturón y posteó marca de 17-9 con un ERA de 2.66 para darle el empujón a San Luis hacia el banderín de la División Central de la Liga Nacional.

Y de eso se trata el béisbol. De aprovechar las oportunidades que se le enfrentan a los equipos, a los jugadores.

Adams entró al partido bateando para .222 con hombres en posición de anotar en la postemporada tras una temporada de promediar .212 en esa misma situación. El "match-up" de zurdo contra zurdo no le favorecía, pero Kershaw dejó su slider alto sobre el plato y Adams lo reconoció inmediantamente para de esa forma agarrar un momento y hacer historia.

En la vida hay circunstancias en las cuales no hay que buscarle la quinta pata al gato.
Esta es una de ellas. En vez, vamos todos a quitarnos el sombrero ante unos Cardenales que se crecieron en el momento oportuno y batallarán por una oportunidad para llegar en su segunda Serie Mundial consecutiva.