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El sueño de la triple corona de River se frustró en los penales

BUENOS AIRES -- El sueño de la triple corona se frustró en la noche sanjuanina. Lo que para muchos era considerada como la competición de menor trascendencia (equivocadamente), no encontró una empatía con el gran momento de River y terminó por convertirse en una frustración.

Parecía que un certamen en el cual habían quedado en el camino muchos de los a priori llamados favoritos, no iba a demandar un esfuerzo tan titánico. Sin embargo Marcelo Gallardo se decidió por un equipo suplente, y si bien en el trámite la historia estuvo pareja y por momento favorable al Millo, la estadística marca que, como suele ocurrir muchas veces, los merecimientos sirvieron de poco.

Un equipo con la pólvora mojada tuvo que dirimir su suerte en la serie de penales, y en esa instancia no pudo imponerse a Rosario Central. Pues bien, el debate está abierto: ¿fue acertada o no la decisión del entrenador? Seguramente la pregunta desembocará en respuestas para todos los gustos. Pero, quizás, para dar un veredicto sin analizar mirando el resultado, habrá que irse un poco más atrás. Porque daría la sensación de que la rotación debería haber venido antes, más paulatina, y no toda junta en forma tan abrupto. No cambiar a un todo de golpe, aunque esta haya venido siendo la metodología aplicada en Copa Argentina.

Con apenas tres peldaños por sortear, y en calendario bastante generoso por la distancia entre compromiso y compromiso (si pasaba iba a jugar allá por el 12 de noviembre), podría haber metido menos suplentes en la formación. Claro, muchos dirán que entre campeonato y Sudamericana se viene una seguidilla muy importante, y es cierto, pero por eso marcábamos lo de haber iniciado la rotación un poco antes. También por esto es que venimos escribiendo a lo largo de las semanas sobre la parte física y el desgaste que está teniendo este equipo para sostener una idea táctica innovadora, la cual necesitaría de una mayor rotación para poder sostenerla en el tiempo.

Porque, en definitiva, la carrera es larga y de poco sirve mostrarse explosivo en el comienzo de la temporada e ir desinflándose con el correr de la misma. Esto no significa que vaya a suceder, pero resulta innegable que se está produciendo una merma (de hecho River hace cuatro partidos que no gana), tal vez producto de lo narrado sobre el cansancio.

Lejos de pretender pintar un escenario apocalíptico, porque el conjunto de Gallardo sigue puntero en el campeonato y continúa participando de la Copa Sudamericana, tampoco se puede ocultar que la secuencia de compromisos fue repercutiendo en el físico de los titulares, que son quienes vienen sin tanto recambio. Por esto es que el técnico decidió seguir con el equipo muletto, y falló.

Es verdad que la obsesión del torneo internacional desvela a todo el mundo River y que el bi campeonato tiene mejor prensa que la Copa Argentina, pero, sin desmerecer a ninguno de los competidores, cuando se observa el fixture se lee entre líneas que se trataba de un certamen muy accesible. Ahora la realidad indica otra cosa. La era Gallardo ha sufrido su primer revés. De todas formas le quedan dos competiciones para redimirse.

Eso sí, de ahora en más empezarán a darse cuenta de que son terrenales, eso es lo que saca a flote una frustración, y dentro de ese escenario cualquier cosa puede suceder...