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Chivas: fiasco deportivo, ¿salud financiera?

LOS ÁNGELES -- De septiembre de 2013 a septiembre de 2014, Chivas ha vivido la peor crisis financiera, futbolística, social y de credibilidad en la época de Jorge Vergara.

Su desplome en la Tabla de Porcentaje; la deserción acentuada de su afición en el Omnilife; las proclamas pidiendo la venta del equipo, hasta una hemorragia financiera en el Rebaño Sangrado de Jorge Vergara.

En ese proceso degenerativo de Chivas, en esa decadencia galopante del Guadalajara, más allá de la crisis de resultados y credibilidad, las especulaciones sobre la hemorragia financiera del Guadalajara no tienen antecedentes en el futbol mexicano.

Pero, ojo, aclaremos algo. Si alguna vez estuvo al borde de la bancarrota Jorge Vergara, el repunte financiero es evidente desde que un toque femenino puso orden en los deberes y haberes de su organización. Muchos cuestionan éticamente algunos procedimientos, pero han funcionado,

De hecho, hace dos años, en entrevista con Expansión, la misma Angélica Fuentes explicaba que Omnilife estará cotizando en la Bolsa Valores, con apertura a ansiosos compradores de acciones, entre 2015 y 2018 a más tardar. Eso habla de la bonanza financiera, en una empresa que mantiene un crecimiento sostenido entre el seis y el once por ciento.

Sin embargo, el auge financiero se deriva de inteligencia administrativa.

Veamos, por ejemplo, en poco más de un año, cómo Chivas ha tenido el desfile de entrenadores, todos cotizados, algunos incluso por encima del millón de dólares anuales, y a los cuales, al despedirlos, debió indemnizarlos con la cobertura total del contrato.

Desde el segundo semestre de 2013 estuvieron de doliente procesión Benjamín Galindo, Juan Carlos Ortega, José Luis Real, Ricardo LaVolpe, Carlos Bustos, hasta aterrizar en José Manuel de la Torre, cuyo salario en el Tri era de cuatro millones de dólares por años, y en el Toluca rondaba los dos mdd.

Más allá de esa caravana de seis entrenadores, Jorge Vergara se ha deshecho de directores deportivos, pasando por Michel Leaño, Denis Te Kloese, Juan Manuel Herrero, Francisco Palencia y Rafa Puente, hasta el retorno de Néstor de la Torre, en ese mismo lapso de casi un año.

Es decir, seis técnicos y seis presidentes en un lapso dramáticamente corto, explican la repercusión evidente de los manejos insalubres de Chivas.

Es decir, doce puestos de mando claves en un equipo de futbol han cambiado de nombre y apellido.

A los costos operativos de contrataciones y renuncias, agregue los finiquitos y recontrataciones de José Luis Real y su corte de entrenadores de fuerzas básicas, y la efímera y costosa incorporación de Albert Benaiges, quien llegaba con diplomas de haber egresado de La Masía, y de ahí haber él mismo graduado a Messi, Iniesta, Xavi y demás compañeros de equipos en formación.

¿Y los refuerzos que han venido a restarle fuerza a Chivas?

Aunque en un lapso más amplio que ese "casi un año", hay casos costosísimos como un Aldo de Nigris, con siete meses sin anotar; un Omar Bravo, próximo a los ocho meses sin gol; el asustadizo Miguel Sabah; o el capitán anímico Carlos Salcido; o el talento prodigio que no lo prodiga Ángel Reyna, hasta aguardar si Fernando Arce encuentra los arrestos de continuidad en el equipo.

Queda claro que antes de la convención costosísima de OmniLife en Alaska, ya Jorge Vergara había dicho que dinero hay para que "Chivas esté en los planos que merece", y este recorrido por los estropicios financieros así lo ratifican.

En el caso del Chepo, por ejemplo, las versiones sostienen que gana menos que con el Tri, pero más que con Toluca, y en el caso de Néstor, sus honorarios rebasan los de la Comisión de Selecciones Nacionales.

Todo esto garantiza algo a la afición de Chivas: su equipo no estará a la venta, a pesar de que la versión de que en julio de 2015 el Grupo OmniLife (Vergara y Fuentes) se desprendería del equipo, pero en condiciones boyantes, o al menos sin riesgo de descenso, esas versiones, pues, siguen vigentes.

Y así, con la reestructuración, algo queda claro: en año y medio, Chivas deberá recuperar una columna vertebral y una banca fortalecida desde sus fuerzas básicas, y no con la contratación de futbolistas que, lamentablemente, con el sello de refuerzos, terminan convirtiéndose en lastres, uno, y en lacras, otros, a expensas del Guadalajara.

Lo determinante será que en ese año y medio haya paciencia. Cierto, por contrato, a Chepo sólo puede despedirlo su hermano Néstor, lo cual ya hizo una vez.

Pero, no olvidemos que la volatilidad o solidez de la permanencia de Néstor, dependen de Vergara y Fuentes, y de ahí hacia abajo, se fragiliza la cadena de mando.