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Regresa Real y Vergara traga más orgullo

LOS ÁNGELES -- José Luis Real está de vuelta en Chivas. Se le castiga. Se le cuestiona. Se le azota por ofrendar de nuevo su dignidad flagelada.

Es cierto, vuelve a ceñirse el yugo ingrato e ignominioso de un propietario ingrato e ignominioso como Jorge Vergara.

Pero los claroscuros son inevitables. Todo tiene dos perfiles. La objetividad de revisarlos se vuelve subjetiva si hay prejuicios y no hay un vestigio al menos de empatía.

1. Real queda entonces crucificado en el calvario colectivo de estas nuevas Chivas.

Por ejemplo, recordemos que Néstor de la Torre había estado reacio a regresar al Rebaño.

Recordemos que Chepo de la Torre no quiso negociar su regreso con Jorge Vergara, sino estrictamente con su hermano.

Y recordemos, también, que en la presentación del Chepo, la incomodidad extrema de Vergara llevaba su rostro a un ciclo de rubor, bochorno, puchero y rabia. Lo dijimos en su momento, se estaba tragando y atragantando con la más pastosa y amarga de las segregaciones humanas: la inmolación de su propia soberbia.

2. ¿Por qué vuelve Real? Podría decirse que por afecto a la institución. Fue su cuna. Es su cuna. Y es, Chivas, lo más importante, la cuna de su propio proyecto. Lo dijo Hans Westerhof en su momento: "José Luis Real es quien mejor conoce lo que se debe hacer en Chivas (en fuerzas básicas)".

Además, no olvidemos que el Guadalajara condenó a Real. Lo estigmatizó. Real, en su momento, rechazó ofertas de otros equipos, incluyendo Atlas, Pachuca y Tecolotes, especialmente para darle cimiento a las Fuerzas Básicas.

Ocho victorias consecutivas en un arranque de torneo, un nivel de futbol grato, e incluso permitiéndose el lujo de perder a medio Bicentenario 2010 a Javier 'Chicharito' Hernández. Pero a algunos biliosos seguidores de Chivas les parece poco esa gestión.

En esa época y en su era con el Guadalajara, Real logró por momentos lo que parecía imposible en Chivas: 11 canteranos en la cancha y relevos de la misma casa. Vaya, fue tan sólido su trabajo que hasta supo cargar con el lastre impuesto por Vergara de un Bofo Bautista en franca decadencia, no por edad o por falta de facultades, sino por el aburguesamiento del que nunca se valoró correctamente a sí mismo.

En el Clausura 2011, salió despedido porque sólo rescató dos puntos de 15 posibles con un plantel que no fue reforzado, y en el que Real contemplaba a Ulises Dávila como la inmediata revelación.

Y hay un paralelismo curioso: en el Apertura 2011, un técnico con un equipo reforzado en extremo, sumó sólo seis de 21 puntos posibles, es decir el 28.6 por ciento de las unidades posibles. Pero, sin decisiones demenciales como las de Vergara, la directiva lo respaldó. Y al final, Ricardo Ferretti hizo campeón a Tigres ese torneo.

El único refuerzo que tuvo Real, si así se le puede llamar, fue el Bofo Bautista, quien en tres torneos anotó tres goles y dio tres pases para anotación. Al final quedó en evidencia que si el Bofo jugaba era por imposición de Vergara y no por convicción de Real, tal y como ocurría este torneo con Omar Bravo y Aldo de Nigris con Carlos Bustos.

Así pues, el regreso de Real encaja en el mismo perfil del retorno de Néstor y Chepo. Regresan por un reto, por una revancha, por un desagravio que ya es inmediato. Y lo más relevante: regresa a las incubadoras, donde producirá sin presiones.

¿Quién traga más amargamente el orgullo en este caso? ¿Vergara? ¿Néstor, Chepo y Real? Queda claro que todos hacen una concesión.

Y como lo explicaba Néstor puntualmente: en la reestructuración de Chivas no sólo debe volver el orden administrativo, sino la solidez laboral de todos. Y lo dejó entrever él mismo: hoy, para que se vaya el Chepo, Real y todo el personal de filiación de Chivas, se irá primero él.

Y ese es un punto medular que Jorge Vergara no entiende: él nunca ha sido un feligrés o militante rojiblanco. Es el dueño, pero no un enamorado del equipo. Su pasado, confesado por él mismo, era de identificación atlista.

Es decir, Vergara cree que puede pagar por la lealtad. Pero, Néstor, Chepo y Real, queda claro, la lealtad primaria no es a su salario, sino a un club al que el dueño ha puesto en estado de coma.

Y por eso insistimos en aquella reflexión: hoy es más dueño Néstor que Vergara de los destinos de Chivas (http://www.espndeportes.com/blogs/index?entryID=2194819&name=rafa_ramos).

Y eso, es innegable.