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Historia y experiencia favorecen a Gigantes

Si me preguntaran quién quisiera que ganara la Serie Mundial, diría que los Reales de Kansas City.

Los discípulos de Ned Yost han encantado con su juego alegre, veloz, su resistencia a prueba de balas, su negativa a morir en juegos que parecían perdidos, sus relevistas intransitables.

Ahora, si me preguntan quién creo que debe ganar la Serie Mundial, diría que los Gigantes de San Francisco.

La experiencia puede ser una palabra que sirva para justificar esa afirmación.

Casi la totalidad de los titulares, lanzadores abridores y relevistas de los Gigantes ya han estado en esta escenario al menos una vez anterior y saben cómo manejar los nervios en la máxima instancia de las Grandes Ligas, mientras que por los Reales, el único que ha estado en un clásico de otoño es James Shields.

De los jugadores de posición que saldrán al terreno, únicamente el segunda base Joe Panik no ha estado en una Serie Mundial.

Buster Posey y Pablo Sandoval estuvieron en los equipos campeones del 2010 y 2012, al igual que el zurdo Madison Bumgarner, el encargado de iniciar el primer partido el martes próximo, y los relevistas Santiago Casilla, Tim Lincecum, Jeremy Affeldt y Sergio Romo.

Hunter Pence, Gregor Blanco, Travis Ishikawa, Brandon Belt y Brandon Crawford formaron parte de la novena que se tituló hace dos años, donde Ryan Vogelson era uno de sus pitchers abridores y Javier López ya estaba como apagafuegos.

Por cierto que López ya sumaba un anillo de campeón cuando integró a los Medias Rojas de Boston en el 2007 y también con ese equipo, pero en el 2013, se coronó Jake Peavy, ahora abridor de San Francisco.

Curiosamente, un veterano como Tim Hudson, con 39 años de edad y 16 temporadas en las Mayores, nunca había pasado más allá de las series divisionales, tanto con los Atléticos de Oakland, como con los Bravos de Atlanta, sus dos equipos anteriores.

Cohesión podría usarse también y aquí el mérito es para el gerente general Brian Sabean. En estos tiempos que corren, en que lo menos importante es el amor a la camiseta y los peloteros cambian de equipo varias veces en su carrera, los Gigantes han logrado conservar un núcleo intacto.

Nadie sabe qué pasará después de la Serie Mundial, cuando algunos sean elegibles para arbitraje o la agencia libre, pero al menos hasta ahora, los Gigantes tienen más de diez jugadores que llevan juntos al menos cuatro años y ocho de ellos que han pasado toda su carrera con el uniforme de San Francisco.

Tantos años juntos han servido para engrasar una maquinaria que no por gusto ha llegado al clásico de otoño tres veces en los últimos años.

Y ni hablar de dirección. Sin negar que Ned Yost ha manejado con gran acierto sus piezas, principalmente a su extraordinario cuerpo de relevo, Bruce Bochy es quizás el mejor manager de todo el béisbol en la actualidad, tal vez sólo comparable a Terry Francona. Los resultados de su trabajo hablan por sí solos.

Todas estas razones son de cierto modo intangibles, difíciles de medir en estadísticas. Pero la historia y la experiencia corren a favor de los Gigantes.