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Simplemente Langer

El alemán logró una de las mejores temporadas en la historia del Champions Tour Getty Images

BRISTOL -- Una clásica máquina producto de la ingeniería alemana. Bernhard Langer acaba de cerrar una de las mejores temporadas no solo en la historia del Champions Tour, sino que sus números son aún mejores que los del tour grande.

Langer ganó su segunda Charles Schwab Cup, la primera había sido en 2010, se quedó con el primer lugar en 8 estadísticas diferentes entre los veteranos, logró su sexto premio Arnold Palmer en siete años que se otorga al que más dinero acumula en el año, quebrando la marca histórica que tenía Hale Irwin desde 2002, y también se quedó con el mejor promedio de score con 68.03. Esta temporada sumó cinco títulos y llegó a 23 entre los veteranos, muy lejos de los 45 que tiene Irwin y que como él mismo dijo es uno de esos récords que será muy difícil de romper, y todavía a seis de los 29 que tiene Trevino que marcha en el segundo lugar en cuanto a triunfos.

Cuando les digo que algunos de los números realmente asustan me refiero específicamente a la cantidad de greens acertados por Langer en esta temporada. El alemán terminó con más del 78% en esa categoría, cuando el mejor del PGA Tour en los últimos 10 años fue Tiger Woods en 2006 con apenas el 74%. Otro número impactante de Langer fue su promedio de fairways acertados que superó el 75%.

No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta que Langer es superior al resto de sus compañeros del Champions Tour, pero no es fácil de ver esa superioridad cuando los jugadores están en la cancha de práctica. La ventaja de Langer está en el foco que tiene, lo metódico que es el alemán y una condición física que quizás es mejor ahora a los 57 años que cuando jugaba en el tour regular. Para darles una idea del profesionalismo de Langer les voy a contar una historia que ocurrió en el Olivos Golf Club hace muchos años. El Torneo de Maestros volvía a jugarse en la década del 90 y Langer fue invitado a jugarlo. El día del Pro Am estaba muy lluvioso y los organizadores decidieron suspender el juego cuando el grupo de Langer estaba en el hoyo 9. Esa era su ronda de práctica antes de comenzar el torneo y Langer no iba a poder hacer el reconocimiento del campo, por lo cual preguntó si podía seguir, a lo que le contestaron que no porque la cancha estaba cerrada. Entonces preguntó si podía salir a caminar bajo el diluvio para poder ver los segundos 9 hoyos, a lo cual la organización no pudo negarse. Allí salió Langer, con sus más de 40 años a cuestas y dos títulos en Augusta, paraguas en mano, toalla y una libreta en donde anotó todas las distancias y notas que necesitaba para jugar el torneo. No tengo que decirles quién se quedó con el título el domingo. Este ejemplo lo pinta de cuerpo entero y nos muestra el profesionalismo del jugador.

Este último domingo dijo que no sabe cuántas temporadas más jugará entre los veteranos y me dio la impresión que en cuanto se dé cuenta que no dominará como lo hace ahora, es muy posible que no lo veamos más en una cancha de golf. Esto por ahora parece lejos porque los números siguen siendo cada vez más impresionantes.