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River: apareció la rotación ¿será tarde?

BUENOS AIRES -- En esta columna venimos alertando sobre la merma en el nivel futbolístico de River. Y en esa alarma que encendimos colocamos al trajín físico como, quizás, el motivo más destacado de esa debacle.

Si bien Marcelo Gallardo y algunos integrantes de la comisión directiva sentían una cierta comezón cuando escuchaban la palabra "cansancio", lo concreto es que el entrenador terminó reconociendo con hechos que lo expresado era real: en el partido más importante que tenía que disputar en el marco del torneo local, se volcó por poner en cancha una formación conformada por casi todos suplentes. Sí, eligió a los juveniles para dirimir las posibilidades de pelear por el título.

No es que se haya vuelto loco ni nada por el estilo. Está claro que el Muñeco es lo suficientemente inteligente como para interpretar qué es lo mejor para su equipo. Por esto, de la evaluación de las últimas presentaciones del Millonario entendió que los titulares necesitaban descanso. Como conocedor del mundo riverplatense, otra de las cosas que comprendió fue que todos los hinchas quieren eliminar a Boca, esa es la prioridad, entonces, para definir la fase en el Monumental deberá tener a todos sus soldados bien descansados.

Este domingo casi mágicamente aprendió a la perfección el significado de la palabra "rotación". Después de haber sacado dos puntos sobre nueve en disputa (con la derrota en Avellaneda son dos de doce). Quizás lo aconsejable hubiese sido que la practicase antes, así no tenía que hacerla en forma tan abrupta. Con los hechos consumados y ya sin la punta del campeonato, da la sensación de que no estuvo rápido de reflejos en los compromisos anteriores de River. No en este, porque, como marcamos, la serie con Boca es demasiado trascendente como para dar ventajas.

La gran pregunta, es: si bien se trata de intérpretes distintos, ¿podrá influir en el rendimiento del Superclásico la nueva derrota? A priori todo hace suponer que no. Porque los titulares poseen la suficiente experiencia como para comprender que cada competencia tiene que transitar por un carril distinto, junto con sus emociones positivas y negativas. Eso sí, también saben se viene un choque "sin red". La gente puede perdonar perder un campeonato en la fecha 17, pero lo que tardaría en digerir sería una eliminación a manos de su archirival.

Para volver a ser River deberá retomar sus convicciones. Y esperar que las piernas respondan al mandato de la cabeza. Tendrán que jugar con la intensidad y contundencia de las primeras presentaciones, a lo largo de las cuales se transformó en el equipo sensación y se llenó los oídos de elogios. Recuperar la memoria, entonces, es la consigna que tiene a corto plazo. Porque la inminencia de las definiciones lo deja sin margen de maniobra. Desempolvar ese fútbol dinámico, de rotación, sin posiciones fijas de mitad de cancha hacia delante, explosivo, serán los tips a cumplir para ser en de antes. Si lo hace con éxito, podrá perpetuar su tranquilidad, si no, la catarata de elogios que recibió en este tiempo se le vendrá encima como un boomerang...