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América... y cuando el bufón quiso ser rey

LOS ÁNGELES -- Clausura 2008: sotanero con 11 puntos. Apertura 2011: penúltimo con 15 unidades.

América se debatió en las cloacas del torneo mexicano. Fue militante del ridículo. Pero se puso de pie.

Hoy suma dos títulos y un subcampeonato en los últimos cuatro torneos. Y ocurre porque tiene un proyecto.

Libera a Antonio Mohamed al no renovarle contrato, a pesar de que le entrega un título. Lo hace porque tiene un proyecto.

Y ha firmado a Gustavo Matosas, y le respalda con el mejor delantero de los últimos años en México: Carlos Darwin Quintero. Porque a su proyecto de ganar, le quiere agregar gustar y golear.

De esos pasajes grotescos, como bufón de la Liga, hubo un aprendizaje penoso, doloroso, y que incluso le llevó a la desesperada búsqueda para encontrar una solución, una regeneración y una reconstrucción.

Tampoco fue fácil. Finalmente llega Ricardo Peláez quien elige a Miguel Herrera, y al donarlo a la selección mexicana, apuesta, en un romance que terminó azaroso y tormentoso, con el Turco.

Lo cierto es que apegarse a un proyecto, cierto, con exigencias inmediatas, permite que El Nido sea redimido.

Del 'Búrlateme Más', el América pasó al 'Ódiame Más', y a consolidar un plan.

Llega Matosas como reflejo de que El Nido no sólo quiere ganar sino apegarse a una exquisitez gratificante: jugar bien al futbol. Matosas y los jugadores que lleguen, tienen esa meta.

Insisto: la palabra parece pobretona, pero cuando se ejercita puntualmente, enriquece: proyecto.

¿Cuántos equipos tienen un proyecto real en México? Pocos.

1.- Chivas inventa uno nuevo y lo destruye tres o seis o nueve meses después. Incluso, hoy, ¿alguien se atreve a garantizar larga vida a Néstor y Chepo de la Torre bajo la inestabilidad y volatilidad y volubilidad de Jorge Vergara? Nadie.

2.- Cruz Azul tiene 17 años sin un título de Liga. Ha jugado en total seis finales. Al menos coquetea atrevidamente con un proyecto. Cierto: tiene como asesor a una rémora: Carlos Hurtado, quien antepone su negocio de lucrar vendiendo jugadores, llevando petardos. Saboteador por excelencia.

3.- León tiene dos títulos consecutivos. Cuando Matosas le dijo adiós fueron por Pizzi, en quien encuentran un modelo similar de trabajo, y además mantienen el trabajo consistente en formación y búsqueda de jugadores.

4.- Pumas trata de volver a sus bases. Antonio Sancho y Memo Vázquez pretenden limpiar el cochinero que encontraron, e incluso hacen limpia de jugadores que suponen ya no darán más de lo que han dado. Hecho añicos el anterior proyecto, conciben uno nuevo. Improvisan con riesgos.

5.- Tigres tiene un proyecto caprichoso con un nombre claro y el sometimiento de los directivos: Tuca Ferretti. No agrada el estilo, pero al menso, en el despilfarro y bajo la dictadura del técnico, eligen esclavizarse a un manual autocrático más que a un proyecto por sí mismo.

6.- Monterrey busca una ruta tras la salida de Vucetich, y parece elegir un bosquejo con Carlos Barra, pero que es apenas un andamio que necesita de fortalecerse en muchas áreas.

¿Pachuca? Más ruido que nueces. ¿Toluca? Protagonismo pero sin bases sólidas, aunque se encamina respaldando a Saturnino Cardozo.

¿Santos? Sigue la ruta del Atlante: desangrarse para abastecer de jugadores al América: Chucho Benítez, Oribe Peralta y Carlos Darwin Quintero.

¿Puebla? ¿Veracruz? ¿Querétaro? ¿Atlas? ¿Morelia? ¿Chiapas? ¿Leones Negros? ¿Tijuana? Viven al día. Improvisando. Tomando decisiones sobre las rodillas. Arriesgando en el presente pero sin arriesgar para el futuro.

Cierto. No todos pueden ser el América. No todos tienen ese poderío económico, pero hay clubes que despilfarran igual, pero sin éxitos similares: Chivas, Tigres, Monterrey, Cruz Azul, Pachuca, etc.

Lo cierto es que esos dos títulos y un subcampeonato en cuatro torneos, montan un ejemplo de cómo, si se quiere, si se sabe, se puede, pasar de eventual bufón de ocasión a rey del futbol mexicano.