<
>

División en Miami tras anuncio de Obama

MIAMI -- La capital del exilio cubano no sale del estupor y la sorpresa tras el canje de prisioneros entre Washington y La Habana y el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas después de medio siglo.

La noticia cayó como una bomba y dividió a los exiliados cubanos, quienes marcados por aspectos generacionales, tienen diferentes puntos de vista sobre el diferendo entre ambos lados del Estrecho de la Florida.

Las emisoras radiales, dominadas por el llamado exilio histórico, ven el envío de tres espías cubanos encarcelados en Estados Unidos como un golpe bajo de la administración Obama, al considerarlos responsables por la muerte de tres ciudadanos estadounidenses en 1996 y haber sido juzgados con todas las garantías procesales.

Las autoridades de Miami han puesto a sus fuerzas en alerta y le han pedido a quienes deseen expresar sus frustraciones hacerlo de manera ordenada y pacífica, sin violencia innecesaria en la que muchas veces terminan pagando los platos rotos personas que no tienen nada que ver con el asunto.

Pero los emigrados de tiempos más recientes aplauden el inminente fin de un aislamiento que lejos de debilitar al régimen cubano, le ha dado un asidero para justificar los problemas del país, muchos de los cuáles no tienen nada que ver con medidas dictadas desde Washington.

Las nuevas generaciones ven demasiado distante la gesta que provocó el conflicto y se han desideologizado, ocupándose principalmente en su bienestar individual, por encima de cualquier cuestionamiento político y ven en la isla un filón dorado para posibles negocios.

Uno de estos campos de probables inversiones tiene que ver con el deporte, en general, y en particular con el béisbol, sobre todo, a raíz de los éxitos recientes de los peloteros cubanos en las Grandes Ligas, muchos de los cuales han triunfado sin pasar un solo día en las Menores.

Ya es de imaginar cuánto puede cambiar el mapa beisbolero en las Mayores si las 30 franquicias pueden establecer academias en la isla, como existen hoy en República Dominicana y Venezuela.

El embargo comercial, más nominal que real desde hace años, pues desde los tiempos de la presidencia de George W. Bush Estados Unidos vende productos a Cuba, tiene sus días contados.

Como también está temblando la polémica Ley de Ajuste Cubano, que concede residencia en Estados Unidos al año y un día de haber llegado a este país a los ciudadanos de la isla.

Y entre quienes lamentan y celebran el anuncio de este 17 de diciembre del 2014 están los escépticos, qué se preguntan con razón si con esta medida, Estados Unidos ha renunciado a propugnar un cambio de régimen, con elecciones libres y respeto a los derechos humanos y sencillamente avalará la relación por conveniencias comerciales, tal como ocurre con China.