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River jugó mejor, pero no sabe ganar

El Xeneize, ya clasificado en la Libertadores, recibirá al Millo que luego se juega todo ante Trujillanos Télam

BUENOS AIRES -- Muchas veces el fútbol se encarga de darle una bofetada a la lógica. Y esta forma irracional de expresarse a veces te da y en otras te quita.

River sabe muy de qué se trata esta historia. En el Superclásico jugó uno de los partidos más destacados del semestre y sin embargo se debió conformar con un empate el cual, según los propios protagonistas, les dejó un agrio sabor en el paladar. Mucha bronca. Y por varios motivos...

Primero y fundamental, estaba en juego un choque ante Boca, con todo lo que eso representa. Segundo, porque todos los integrantes del plantel tenían muy en claro que la victoria podría significar un despegue, en un torneo errático para en Millonario, en el cual no ha podido hilvanar una sucesión de dos triunfos en forma consecutiva, algo que deberá ocurrir en el futuro cercano para no observar desde afuera la puja por el título, que es el objetivo primario a nivel nacional. Y todo esto sin descuidar el frente internacional, donde se pugna por avanzar en la Copa Libertadores.

En ese contexto, River sabe que no le queda más margen para el error, que la mencionada racha de victorias no debería demorarse más. El indicador positivo es que el nivel futbolístico repuntó respecto de lo que venía siendo una temporada con muchos vaivenes en ese rubro.

No quedan dudas de que el equipo de Gallardo sabe jugar los clásicos, la actitud y concentración que ellos demandan. quizás el atado preocupante vuelvan a ser lesiones. Balanta, Pisculichi, D'Alessandro, Viudez y ahora Maidana, configuran una lista de bajas que golpea duramente las intenciones de River.

Gallardo no tiene sobrepoblación de marcadores centrales y ahora deberá innovar para configurar una defensa segura. Es que además de las intenciones, que cada día son más complejas, en el torneo local, la Libertadores continúa siendo la obsesión del hincha, repetir da conquista es los que expresa cada fin de semana en el estadio. Por eso la mejora en su rendimiento va más allá de la bronca que manifestaron por los tres puntos merecidos y no cosechados.

Cuando la adrenalina se atenúe seguramente valorarán lo hecho en el campo. Eso sí, siempre y cuando se produzca una continuidad que le permita adquirir esa tan ansiada confiabilidad en su rendimiento, prolongando en el tiempo lo hecho el domingo.