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Álvarez camina por terreno conocido

ORLANDO, Florida -- El antesalista dominicano Pedro Álvarez, quien fue seleccionado el jueves por los Piratas de Pittsburgh en el segundo turno del sorteo colegial de Grandes Ligas, está cerca de cumplir "el sueño americano" por el que tanto trabajaron, él y su familia.


Los próximos pasos en la vida de Álvarez son firmar un contrato millonario con los Piratas (posiblemente por más de 7 millones de dólares), llegar a las Grandes Ligas (casi seguro en uno o dos años o en meses) y tratar de emular los pasos de otros de sus compatriotas que fueron escogidos bien temprano en el sorteo norteamericano.

¿Quién es Pedro Álvarez, de dónde viene, quienes son sus padres, cómo se hizo pelotero, dónde juega?

Pedro Manuel Álvarez es hijo de Pedro Manuel Álvarez y Luz María Rosa, una pareja de inmigrantes dominicanos que se trasladó a Estados Unidos en busca del famoso "sueño americano" (según algunos esto es porque los latinos tienen que trabajar tan duro aquí y en ocasiones en dos empleos a la vez que casi siempre tienen sueño).

Contrario a lo que se ha reportado miles de veces e incluso aparece en la Guía de Prensa de la universidad de Vanderbilt, Pedro Álvarez no nació en Nueva York, sino en República Dominicana.

"Pedrito nació en la clínica Rodríguez Santos de Santo Domingo el 6 de febrero de 1987 y llegó a Nueva York cuando tenía un año de edad. Mi hijo nació en República Dominicana", dijo orgullosamente Pedro Álvarez padre a ESPNdeportes.com.

Álvarez padre fue el primero que emigró a los Estados Unidos para buscar mejores horizontes, pero a pesar de que su esposa tenía una visa norteamericana, prefirió que se quedara en Santo Domingo para alumbrar a su hijo, debido a que allí tendría familiares que la podían cuidar.

"No teníamos a nadie que nos ayudara en esos menesteres en Estados Unidos. Yo vivía en la casa de un primo y trabajaba en una factoría", dijo Álvarez padre, cuya familia adquirió la nacionalidad norteamericana.

Después que su familia se le unió en Nueva York y después que nació su hija Yolayna, Álvarez dejó de trabajar en la factoría y comenzó a desempeñarse como taxista, labores que aún realiza en la actualidad.

Con ese trabajo tenía más tiempo para enseñar a su hijo a jugar béisbol. Y sí que lo logró.

Pedro Álvarez, quien nació derecho pero batea a la zurda, está dando palos desde muy temprano en su vida. Cuando terminó la escuela secundaria fue seleccionado por Boston en el sorteo del 2005 y rechazó una oferta de 750,000 dólares para ir a la universidad de Vanderbilt.

En el 2006 "El Matatán" bateó .329 con 22 jonrones, 64 carreras empujadas, 70 anotadas y 54 bases por bolas para ganar el Novato del Año del torneo universitario y el año pasado bateó .386 con 18 jonrones y 68 empujadas.

Una lesión en la mano derecha que lo limitó a 40 partidos esta temporada, pero como sea bateó .317 con nueve jonrones y un promedio de embase de .424.

Como tercera base del equipo de Estados Unidos, Álvarez participó en el Mundial Universitario del 2006 y los Juegos Panamericanos del 2007.

El torpedero Alex Rodríguez (Seattle) y el jardinero Moisés Alou (Pittsburgh) son los otros dos jugadores quisqueyanos en ser reclutados antes del tercer turno del draft. Rodríguez fue la primera selección del sorteo de 1993 y Alou la segunda de 1986.

Otros nombres notables que alcanzaron el profesionalismo con buenas posiciones en ese sistema son el inicialista Carlos Peña (10mo./1998), el jardinero Manny Ramírez (13ro./ 1991) y el lanzador Pedro Beato (32do./2006).

En el otro lado de la moneda, hay un grupo de dominicanos que no llamaron mucho la atención de las organizaciones en el draft, pero se convirtieron en grandes jugadores una vez llegaron a las Grandes Ligas, el más notable de ellos es Albert Pujols.

Pujols fue escogido por los Cardenales de San Luis en la ronda número 13 en el sorteo de 1999. Otros 401 peloteros fueron más atractivos para los geniales gerentes generales antes que Pujols.

Dos años y una temporada profesional después, Pujols estaba dando palos en Grandes Ligas y jamás se detuvo. Es más o menos el tiempo que se le pronostica a Álvarez para tener la oportunidad de hacer lo mismo.