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Final oriental merecida

LOS ÁNGELES -- Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": la supremacía del béisbol oriental queda de manifiesto hoy más que nunca con Japón y Corea enfrentándose en la final del Clásico Mundial.

Los dos equipos están ahí por méritos propios. Nadie les regaló nada y creo que no existe alguien que dude siquiera que ambos merecen disputar el campeonato. Los dos practican la pelota pequeña, ambos aprovechan al máximo los errores de sus rivales y cuentan con lanzadores que ejecutan el plan de juego a la perfección. Es por eso que han llegado a estas instancias.

Corea dejó en el camino a Venezuela aprovechando los errores de la "Vinotinto" y Japón también se benefició de las pifias estadounidenses. En el cuarto inning, los nipones caían por 2-1 y una pifia del intermedista Brian Roberts a batazo de Kosuke Fukudome, abrió las puertas a un rally de cinco anotaciones, cosa de la que los de las barras y las estrellas ya nunca se pudieron reponer.

A pesar de todo, la escuadra de Davey Johnson volvió a timbrar en dos ocasiones en el octavo para acercarse en la pizarra 4-6. El momento psicológico parecía estar de su lado, pero con dos outs en la baja del mismo inning, un error de Derek Jeter en rodado de Munenori Kawasaki, permitió que los nipones anotaran dos carreras más, sentenciando cifras definitivas.

Moraleja: a equipos como Japón y Corea, no se les puede dar una oportunidad adicional, porque te van a matar.


Con los jugadores de Estados Unidos y Venezuela regresando ya a sus respectivos campos de entrenamiento, la final promete ser muy divertida. Sé que para algunos no tendrá mucho interés el observar un duelo en donde no aparecen los Bobby Abreu, los David Ortiz, los Iván Rodríguez, los Frederich Cepeda, los Jorge Cantú, los Derek Jeter, etc. pero por lo que se ha vivido en Dodger Stadium durante el fin de semana, el ambiente promete estar sensacional.

El sábado, el 90 por ciento de los asistentes apoyaron ruidosamente a Corea y el domingo, japoneses y estadounidenses estuvieron casi a la par, por lo que para el lunes por la noche, los seguidores de Japón y Corea llenarán seguramente el inmueble y el ambiente será sensacional. Ya en el Tokyo Dome se vivieron los primeros dos capítulos de éste enfrentamiento con Japón ganando el inicial y Corea llevándose el segundo, aquel encuentro en el que Ichiro llegó a señalar que se iba de su país dolido y lastimado en su orgullo tras la derrota. Los siguientes dos episodios se vivieron en San Diego en donde ahora los coreanos tomaron ventaja llevándose el primero pero los japoneses volvieron a igualar con la victoria en el segundo. Será entonces la quinta ocasión en que se vean las caras en éste Clásico Mundial.

Dos equipos que se conocen muy bien. Saben cuáles son sus puntos débiles y sus fortalezas, situación que hará mucho más interesante ésta final. Japón no contará con los servicios de su mejor bateador, Shuichi Murata, pero aún a pesar de su ausencia, pudieron vencer a los estadounidenses.

Por Corea, la única duda será la de su segunda base Keunwoo Jeong, quien salió lesionado ante Venezuela pero podría estar listo para cuando se cante el play ball.

Es una final sin latinos, una final sin los inventores del béisbol, pero una final que será espectacular porque en efecto, se enfrentan los dos países que han demostrado que mejor juegan a la pelota en nuestros días.