BRISTOL -- Puede que lo llamemos 'El Rey del Clay', o 'La Maravilla de la Arcilla' o simplemente 'El Caudillo del Polvo de Ladrillo', pero ¿se puede considerar el mejor jugador de todos los tiempos en la superficie? Habría que compararlo con otros grandes como Borg, Vilas, Muster y Guga Kuerten.
Nadal, a sus 22 años, ha ganado un total de 34 títulos, de los cuales 23 fueron sobre el polvo mágico. Eso se traduce en 164 partidos ganados y 14 perdidos, con marca de 136-4 desde el 2005.
Ese año mágico ganó 8 de 11 títulos en polvo de ladrillo y con récord de 50-2 y una racha de 36 victorias, segunda mejor marca en la superficie desde que el austríaco Thomas Muster alcanzara el récord de 65-2, 10 años antes, en 1995.
El sueco Björn Borg, en toda su carrera, logró marca de 245-39 en polvo de ladrillo y, de los 63 títulos que obtuvo, 30 fueron en arcilla. O lo que es lo mismo: 7 más que Rafa y repito, el español sólo tiene 22 años, sólo imagínense las proyecciones y por cuánto pudiera superarlo.
El argentino Guillermo Vilas consiguió una impresionante serie de 632-162, con 44 de sus 62 títulos sobre la superficie, mientras que Muster ganó 40 de 44 y Guga, en su corta carrera, consiguió 14 de 20 títulos.
Si Nadal tan sólo siguiera su itinerario anual de jugar los torneos que viene dominando a placer en la superficie pudiera convertirse en un inmortal. El número uno del mundo mantiene invicto en tres torneos grandes en arcilla, en Monte-Carlo, en el cual logró su quinto título consecutivo, y en Barcelona y Roland Garros, donde también busca cinco títulos en fila.
El año pasado, Rafa llegó a alcanzar una marca de 28-0 en París y dominó a sus rivales como nunca antes lo hizo, lo que nos anima a pensar que la marca de seis coronas del Abierto Francés en manos de Borg pudiera peligrar y hay quienes nos animamos a decir que Rafa puede ganarlo no seis, sino hasta siete y ocho veces.
Pensemos que Rafa se retira dentro de 10 años, a la edad de 33, y que al menos gane cada año, 3 de los 5 torneos de polvo de ladrillo que juega por temporada. Eso le daría 33 títulos más, lo que se traduciría en unos 56 en total, con lo eclipsaría las marcas que nunca pensamos serían superadas.
En conclusión, no importa cuánto corazón le pongan sus oponentes, a mi juicio y el de cualquier ser pensante, Rafa, les va a arruinar el sueño, la única manera que Nadal no levante el trofeo de campeón de Monte-Carlo, Barcelona, Roland Garros y hasta incluyo Madrid, que cambia de carpeta a arcilla, es que no participe.
Rafael Nadal está en camino de convertirse en el mejor tenista de todos los tiempos en la superficie donde el 'Soberano' se ensucia las medias, arremolina el polvo, donde le patina el coco y donde deja de rodillas rindiendo pleitesía a quien se le intente parar del otro lado de la red.