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¡El América es una mentira!

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LOS ÁNGELES -- ¿Vive Coapa el eclipse del Solarismo? ¿Se acabó la magia de Santiago Solari? ¿Acaso raspándole al baño de oro, El Nido muestra el cobre? No, el América está mintiendo. Un auténtico engañabobos, mientras los bobalicones hacen fiesta.

Si bien Monterrey fue superior a media semana, un esperpento de Sebastián Cáceres fue lo realmente decisivo, además de un par de decisiones arbitrales, entre errores y mala sangre, que terminan sentenciando a las Águilas.

Ése, el de media semana, fue un descalabro que dolió. Porque Solari quería ese pergamino, no por ostentarse como Rey Tuerto de la cegatona Concacaf, sino por la alcurnia del Mundial de Clubes.

Y también lo quería, porque el dueño le había hecho saber que anhelaba ese pergamino. Y Emilio Azcárraga Jean ventila aparatosamente de ansiedad cuando sus órdenes no se cumplen.

Pero, condenar y descalificar al América, por la versión que saltó este domingo ante Cruz Azul, es un acto de estulticia. Entiéndase: ¡ese América es una mentira!

Hemos reiterado en este espacio, más congelado que el pechito de Sebastián Córdova (¡Cuánta razón Paco Villa!), la venturosa campaña de El Nido a pesar de su agresión enceguecedora al concepto de espectáculo, pero inevitable para El Indiecito Solari recurrir a esa forma de juego, con la colección de figurines maltrechos en una nómina de indeseables.

1.- Esta versión del América, en la cancha, es aburrida, y a veces grotesca, pero funciona, generalmente, en la Liga Mx. Es el Michael Phelps en el pantano de la mediocridad de este Apertura 2021.

2.- Además, es una versión pobretona de sus antecesores. ¿En verdad hay algún futbolista codiciable para otro equipo, dentro de este plantel? Sólo Guillermo Ochoa.

Reiterando, pues, América fue superado por un Monterrey propulsado, envenenado, por aquello del #ÓdiameMás, porque este mismo domingo, se pudo ver, de nuevo, la versión mezquina de Rayados ante San Luis.

Incluso, hay escenarios que provocan carcajadas. “Es que Rayados llegó cansado del juego con América”, pero América no pudo llegar cansado de ese juego ante Monterrey, “porque son jugadores profesionales”. La hipocresía suele ser locuaz.

Y ante Cruz Azul, El Nido plantó una alineación, que lejos de ser de ensueño, tiene todos los estremecimientos de ser una formación de pesadilla, ad-hoc, sin duda, con los tiempos de necrofilia, espantos y demás parásitos de Halloween, de un 31 de octubre.

No se trata de lastimar o descarapelar el mérito de Cruz Azul, al que sigo viendo, con todo y mi miopía, candidato a un Bicampeonato. La Máquina, el Shinkansen celeste, hizo lo necesario para ganar y sólo Ochoa impidió que Halloween se apoderara del marcador.

Sabido ya que la parte medular, cerebral, ladina, para Solari, es –absolutamente-- la media cancha, mandó a jugadores que no serían titulares en ningún otro equipo: Fernando Madrigal, Tony López, el terror que es Nico Benedetti, y se salva, acaso, Miguel Layún, con un aire fresco por su deseo inalterable de regresar a la selección mexicana, aún con el agobio físico de sus casi 36 años.

Estará de acuerdo cualquiera en que es una media cancha pobretona, aunque el único millonario ahí es una de las peores contrataciones en la historia de El Nido: Benedetti, a quien en su terruño cafetero le dicen El Poeta, en un insulto al uruguayo Mario Benedetti, y por supuesto a un país como Colombia, con un poderío cultural tremendo, y baste citar a García Márquez y al poco querido en su patria, Fernando Vallejo.

Solari dejó fuera, en busca de una recuperación absoluta, a dos de los mejores mediocampistas de la Liga, Pedro Aquino y Richard Sánchez, y a su tercer mosquetero en esa zona, Álvaro Fidalgo, quien comenzó en la banca y terminó en la refriega, tratando de rescatar el 1-1, hasta que Emanuel Aguilera regala el penalti de la victoria celeste, y encima carga con una roja, que lo deja fuera de la cita próxima, ante Rayados de Monterrey.

Evidentemente, a la facción americanista, poco debe consolarle el saber que, ante Cruz Azul, Solari envió un equipo mermado, de entre su plantel ya de por sí mermado en calidad y autoridad futbolística, y tratando de hacer daño con Federico Viñas, quien empata con un soberbio cabezazo, y un Sebastián Córdova, quien aparentemente ha vuelto a sus rondas lascivas por allá por los pent-house de Santa Fe, en espera de que tras de algún video filtrado, la directiva le ponga el cinturón de castidad.

Por eso, si bien Monterrey fue mejor en la cancha, Cruz Azul controló el partido, y aquella victoria sobre Tigres, fue al estilo que le gusta golear a las Águilas (¡1-0!), entendiendo el cariz ladino y astuto de Solari, se encargará de dar un sopapo de autoridad, tardío, inútil ya, ante Monterrey, el próximo sábado.

Con el Virus FIFA acechando, Solari sabe que goza de una semana más de reposo, respecto a los que acuden al Purgatorio del Repechaje, que recibirán a sus jugadores concentrados hasta el 18 de noviembre, con la ronda de limpieza de la repesca, arrancando el 20 de noviembre. Casi, casi, del avión a la cancha.

Al final, insisto, para quien desglose su filosofía de café, respecto al América, le advierto, la versión de las Águilas, ha sido una rotunda mentira, dolorosa sin duda para sus aficionados, pero queda claro que las emociones multitudinarias de la turba amarilla, ni remotamente inquietan el proyecto, aburrido, feo y pobretón, pero prometedor, de Santiago Solari.