NEW YORK -- "América Latina ha tenido ayer su día de mayor gloria en los courts de tenis, mientras Australia aparece eclipsada, junto con los Estados Unidos. Por primera vez, un jugador de México se quedó con el título amateur estadounidense cuando Rafael Osuna, con una combinación casi incomparable de claridad táctica y tiros artesanales, derrotó a Frank Froehling III, de Coral Gables (Florida) por 7-5, 6-3, 6-2".

El relato escrito de Allison Danzig en el New York Times testimonia lo que ocurrió hace exactamente 50 años, un 8 de septiembre de 1963: en una tarde neoyorquina calurosa, ante 11 mil espectadores que colmaron el estadio del West Side Tennis Club en Forest Hills, el mexicano Rafael Osuna se convirtió en el primer tenista latinoamericano en ganar un título de Grand Slam en el single masculino. Ese mismo día, la brasileña María Esther Bueno también se quedó con la corona femenina del US Championships (lo que hoy se conoce como US Open), para lograr así un doblete hasta hoy inédito para la región en los grandes torneos del tenis internacional.

"Tengo un recuerdo fantástico de Rafael. El Pelón Osuna. Era mi amigo. Nosotros viajábamos juntos, jugábamos juntos. Era un jugador creativo, que creció tenísticamente en California. Yo pasé mucho tiempo con él", cuenta hoy Bueno, quien llegó a Flushing Meadows como analista de la cadena brasileña SporTV. Ella está acostumbrada a los homenajes. En el viejo Forest Hills ganó 8 veces, cuatro en singles y otras tantas en dobles. Pero reconoce que este 50º aniversario de su título y el de Osuna tiene un toque especial. Dos latinoamericanos coronándose un mismo día, brillando con un juego creativo, inteligente, ofensivo, efectivo.

"El joven Osuna no tiene mucho para mostrar. De 1,77, con un caminar desgarbado, él carga con sus hombros encorvados y su barbilla hacia arriba. Tiene ojos grandes y tristes, una nariz huesuda, dientes torcidos y un cabello negro brillante. Cada vez que entra a un court, parece un jovencito que está por recibir una paliza. El resultado es que la afición se vuelca instantáneamente para su lado".

De esta manera Osuna era "pintado" por el periodista Walter Bingham en las páginas de la revista Sports Illustrated de agosto de 1962. Ya en aquellos tiempos el Pelón era una figura del tenis. Había llegado a las semis de Forest Hills '61, y ese año ganaría el doble del US Championships, además de llevar a México a la final de la Copa Davis. "Osuna es excitante de ver. Tiene reacciones increíblemente rápidas. También tiene balance, toque y velocidad, los atributos de un campeón. Es primero un atleta, y luego un tenista", remataba Bingham.

El mexicano, ex joven maravilla en el tenis de mesa, llegó a aquel Campeonato de Estados Unidos de 1963 con el título de dobles de Wimbledon bajo el brazo. Ante la ausencia de Rod Laver, quien había decidido convertirse en profesional (por aquellos tiempos, quienes cobraban por jugar al tenis no podían disputar los Grand Slams, que eran exclusivos para amateurs), el torneo no tenía un favorito excluyente. Y cuando el australiano Roy Emerson fue eliminado temprano en el certamen, el camino de Osuna hacia el título quedó allanado.

"Rafael era uno de los mejores peleadores que había en el tenis. No tenía tiros fuertes. Su saque no era una cosa espectacular, ni su derecha o su revés. Pero tenía un corazón grandísimo y una agilidad tremenda en los pies. Estratégicamente, la cabeza que tenía era increíble", cuenta Charlie Pasarell, contemporáneo de Osuna a mediados de los ´60 y hoy integrante del Salón de la Fama del Tenis, como el Pelón.

Esa agilidad, sumada a su tenis ofensivo, llevaron a Rafael a vencer al máximo favorito del torneo, el estadounidense Chuck McKinley (campeón de Wimbledon '63), en semifinales. Pero en el encuentro decisivo, fue una estrategia fuera de libreto la que le permitió a Osuna convertirse en el primer y único mexicano en ganar un título de Grand Slam en singles. ¿Qué hizo Osuna en aquella tarde agobiante de Forest Hills? Levantar la pelota al cielo. Una y otra vez.

"La final del single masculino fue inusual por la táctica que decidió seguir Osuna", escribió Danzig. "Su gran problema era cómo devolver el servicio violento de Froehling. El saque había sido clave en la sorprendente victoria del joven alto de la Florida ante Roy Emerson, el favorito a quedarse con el torneo".

Entonces, lo que Osuna ideó para contrarrestar el arma de su rival, fue responder al servicio del estadounidense de forma totalmente heterodoxa, como lo describe la crónica de Sports Illustrated de aquella final.

"Parado más lejos de la línea de base que cualquier otro tenista que recordemos, Osuna se permitía más tiempo del habitual para lidiar con el saque de Froehling", relató Bingham en las páginas del semanario. "Cuando uno de esos cañonazos sorteaba la red, él lo devolvía hacia arriba, una y otra vez. Semejantes tácticas le permitieron romper el servicio más poderoso del tenis en seis oportunidades durante tres sets, y aplastar las esperanzas de Estados Unidos de lograr un título en el US Championships".

Una mezcla perfecta de globos en los games de servicio de su rival, con una estrategia de saque y volea cuando le tocaba servir, le permitieron a Osuna destruir a su rival como tantas veces había hecho con otros contrincantes, como el puertorriqueño Pasarell. "Jugué con él varias veces. Y yo siempre creía que debía vencerlo. Pero él me ganaba porque era más inteligente. En general, Rafael trataba de llegar a la red lo más pronto posible. De repente uno sacaba, estaba llegando a la malla, y se lo encontraba a él allí, porque había hecho una devolución y había subido".

Hace 50 años, a la hora de recibir su trofeo, Osuna compartió escenario y fotos con Bueno, quien esa tarde derrotó a una leyenda del tenis femenino: la australiana Margaret Smith. "Aquel título fue uno de varios que conseguí aquí, en Nueva York. Pero ese fue especial porque le gané a ella, que era lo máximo de lo máximo", recuerda hoy María Esther. "Gané el primer set 7-5, y en el segundo iba perdiendo 4-1. Pero desde ese momento solo volví a ceder 4 puntos, y me llevé el segundo set por 6-4. Disfruto de esos recuerdos. Y cincuenta años son cincuenta años".

En esta edición del US Open, los organizadores decidieron recordar por segunda vez a Osuna. Ya lo habían hecho en 1969, apenas semanas después de la trágica muerte del Pelón en un accidente aéreo. Ahora, la memoria del mexicano fue celebrada el pasado lunes 2 de septiembre, en el inicio de la jornada nocturna, cuando se proyectaron en las pantallas del estadio Arthur Ashe imágenes de Rafael.

"Me es difícil hablar sobre él, porque es muy duro perder a un amigo, a alguien joven", confiesa Bueno. "Era un gran amigo. Él estudió en USC, y yo en la UCLA. Éramos enemigos de universidad, y nos enfrentamos muchas veces. Todos quedamos tristísimos luego de aquel accidente", reconoce Pasarell. Ambos fueron habitantes de un mundo del tenis muy diferente al actual. "En primer lugar, no había prize money explica la brasileña--. Una diferencia "pequeña": de no cobrar nada a millones. Pero yo creo que el tenis de esa época era mucho mejor, porque era de menos violencia, más inteligencia, más cabeza. Y por todo eso, era más bonito para observar".

A aquel tenis jugaba Rafael Osuna, el precursor que en aquel lejano 1963 plantó una semilla de gloria para el tenis de nuestra región. "Osuna derrotó a Froehling y María Bueno dio la sorpresa en las finales del US (Championships)", tituló el New York Times un día como hoy, pero hace 50 años. El subtítulo escogido es aún más contundente: "Las estrellas latinas ganan en sets consecutivos".

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NEW YORK -- Escena de conferencia de prensa en Flushing Meadows:

-¿Tú no tienes contrato de ropa con ninguna firma?, pregunta el periodista italiano.

-No. Mi ropa la diseña mi mamá, responde Camila Giorgi.

-Pero si viene ahora un sponsor y te dice: aquí hay 100 mil dólares para que uses mi ropa, ¿qué dirías?

-Eso lo puede responder mi papá.

Desde atrás de la Sala de Conferencias 3 del Billie Jean King National Tennis Center, Sergio Giorgi vigila lo que ocurre en la rueda de prensa de su hija. Suele hacerlo cada vez que puede, para ver qué preguntas debe responder la actual Nº 136 del ranking mundial. Camila es la jugadora con peor ranking en acceder a la tercera rueda de este US Open 2013. Y ahora enfrentará a la danesa Caroline Wozniacki, ex número uno del mundo, en esa instancia.

-¿Pero cuánto vale Camila?, le pregunta el periodista a Giorgi padre.

-No te puedo decir cuánto vale. Pero no vale eso. Vale más, responde Sergio. Y en un instante, vuelve a recordarle al mundo del tenis que ellos, los Giorgi, no se rigen por las mismas reglas que el resto.

La historia de Sergio, argentino, ex combatiente en la guerra de las Islas Malvinas, y Camila, su hija tenista nacida en Italia, fue contada por primera vez en ESPNtenis.com a fines de 2010.

Desde ese entonces, Giorgi padre se negaba a manejar la carrera de su talentosa niña como lo hacía el resto. Nada de firmar contratos de representación con empresas como IMG, Octagon o Lagardere. Distanciamiento con la Federación Italiana de Tenis, como consecuencia de constantes desencuentros. No a la llegada de un coach tradicional para entrenar a Camila. Padre e hija, y a la vez coach-pupila, eran un vínculo inseparable que navegaba evitando a los tiburones que merodean las peligrosas aguas del tenis.

"¿Qué cambió? No mucho ha cambiado", me dice Sergio Giorgi, mientras conversamos ahora en los jardines que están pegados al Estadio Arthur Ashe, por donde entran los tenistas al club. "En realidad sí cambió algo. El año pasado, después de Wimbledon, firmamos con Octagon. Pero duramos un mes. No cumplieron nada de lo que nos habían prometido. Y no querían disolver el contrato. Tuvimos que ir a pedir ayuda a WTA".

Ahora, cuenta Sergio, los agentes ya ni se le acercan. Allí están, apenas a unos metros de donde transcurre la charla. Giorgi los mira, y no puede evitar fastidiarse. "No hacen nada por las jugadoras, que son las que se rompen corriendo y jugando adentro de la cancha. Tienen todo arreglado con las empresas para venderlas barato, quedarse con una comisión y alimentar el negocio. ¿Por qué ninguna compañía de la que están involucradas en el tenis viene por afuera a ofrecer algo? Porque todas están conectadas con esta gente", explica.

Camila, de todas maneras, sigue teniendo un potencial de estrella más que atractivo. La ítalo-argentina, que llegó a ser 73 del ranking mundial en febrero de este año, apenas está empezando a hacer experiencia a nivel WTA. Con 21 años, ha llegado dos veces a 8vos de final de Wimbledon (2011 y 2012). Y éste es su segundo acceso consecutivo a una 3ra ronda de Grand Slam. Su tenis es explosivo. Y su belleza también aporta al paquete.

Escena de conferencia de prensa, toma II:

-¿Tú tienes una estrategia cuando entras al court?, pregunta otro periodista italiano.

-Yo trato de ser siempre agresiva, y buscar el winner, responde Camila.

-¿Pero tú juegas los puntos de manera diferente, según cuál sea el momento del partido?

-No. Yo juego todos los puntos iguales.

Existe en la prensa italiana un descrédito casi general a las capacidades de Sergio de guiar a su hija a los niveles de elite del tenis femenino. Y ello también tiene algo de lógica: Giorgi padre no jugó el deporte, no enseñó, y no luce como los demás coaches. "Probamos trabajar con otros entrenadores, pero Camila no se siente cómoda. Y me pide que yo vuelva a entrenarla", explica Sergio. "Su juego es muy instintivo. No hay que complicarlo, porque perdería su esencia".

Pero a pesar de no tener un coach "externo", los Giorgi ahora no están más solos. Luego de Wimbledon, limaron asperezas con la Federación, y toda la familia mudó su residencia de Miami a Tirrenia, centro de operaciones del tenis italiano. Allí Camila comenzó a trabajar con un preparador físico y un médico, que la han ayudado a recuperarse de la bursitis y tendinitis en el brazo derecho que arrastraba desde hace 9 meses.

Según pudo averiguar ESPNtenis.com, el acuerdo entre los Giorgi y Federtennis incluye un pago retroactivo de apoyos y un compromiso de sponsorización vía Supertennis, el canal multimedia de la institución. Una de las condiciones puestas por parte de la jugadora es que Sergio se mantenga como el coach. A cambio, Camila estará disponible para jugar Copa Fed para su país de nacimiento. La opción de que representara a Argentina, entonces, se desvanece.

Escena final, ya fuera de la sala de conferencia:

-Sergio, ¿dónde ubicas potencialmente a Camila? ¿Ella tiene nivel para estar en qué ranking?

-Camila tiene potencial de top-5.

Entonces, tiene sentido que el precio de su talento esté por encima de los 100 mil dólares. Eso fue lo que Octagon le había ofrecido a los Giorgi. Y ellos dijeron: no, gracias. Ahora es doble o nada. Toda la apuesta es a ganador. Los outsiders contra el sistema. Esta noche, en el Ashe y contra Wozniacki, tendrán la oportunidad de demostrar que ellos tienen razón.

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NUEVA YORK -- Son las 9:43 en Nueva York, y las raquetas de Roger Federer comienzan su viaje rumbo a Flushing Meadows. Van cargadas en un bolso que cuelga de las espaldas de Ron Yu, uno de los responsables de Priority 1, la firma especializada en encordar, balancear y cuidar las raquetas de algunas de las grandes estrellas del tenis profesional. ¿El cliente más famoso? Su Majestad.

"Cada vez que Roger juega, hay que encordar sus raquetas de nuevo. Anoche llovió, su partido se suspendió hasta hoy, y entonces tuvimos que cortar las cuerdas de todos sus marcos, y volvimos a empezar", me cuenta Ron, mientras llegamos a la esquina de la Avenida Lexington y la calle 39, en el East Side de Manhattan.

Federer está programado para jugar en el tercer turno del estado Arthur Ashe, en esta segunda jornada de acción del Abierto de los Estados Unidos. Entonces Rom debe llegar al Billie Jean King National Tennis Center al menos cuatro horas antes, para entregar las raquetas en mano. Por eso camina rápido por las calles neoyorquinas.

"Tengo ocho raquetas aquí. Nuevas", me dice, al tiempo que acelera sus últimos pasos hasta la esquina de la calle 42, desde donde salen los buses de la organización que lo llevarán hasta Queen's. Cuando llega allí, guarda el bolso con el logo de Priority 1 en la bodega del colectivo y se acomoda en un asiento. Los violines de Federer ya van camino al torneo.

El encuentro de Yu con el resto del team Federer se produce a las 10:54, en un jardín que funciona como antesala a la entrada de los jugadores, al pie de esa montaña invertida que son las tribunas del Ashe. Primero llega Paul Annaconne, coach del 17 veces ganador de títulos de Grand Slam. Él recibe las 8 raquetas, prolijamente embolsadas en plásticos con el logo de "RF", y las guarda en un bolso rojo, vacío, que él mismo trajo. Detrás llega el suizo. Gorro celeste que hace juego con sus shorts, remera azul de manga larga, saluda y conversa unos momentos con Ron, hasta que encara rumbo al pasillo que lo llevará a los vestidores.

Curioso: Federer nunca toca las raquetas. La tarea de cargar el bolso recae en Severin Luthi, quien trabaja con Roger desde 2007 y es un hombre orquesta, ya que apoya en cuestiones técnicas tanto a Annaconne como al mismo jugador, es capitán de Copa Davis de Suiza, pero también se convierte en, cómo decirlo, el cargador oficial del bolso de Su Majestad.

"Roger no tiene problemas en firmar autógrafos, aunque sea antes de los partidos", me cuenta Luthi, mientras observa cómo el ex número uno del mundo le pone su sello a pelotas, papeles y todo lo que le acerquen. Son pasadas las 12 del mediodía, y Federer terminó hace momentos un calentamiento liviano en la cancha de práctica P1. Compartió court con Tommy Haas, otro de los "over 30" que siguen brillando en el ATP Tour. ¿El bolso y las 8 raquetas? Sobre las espaldas de Luthi.

"Roger, esto es para ti", le dice un hombre con sombrero estilo años 40, interceptando a FedEx en su camino de regreso al vestuario. Rog lo toma y sigue su ruta. "Ese era mi libro sobre Marcelo Ríos. Yo sé que él es fan de Ríos, y por eso le quise regalar una copia", me cuenta el autor de la obra, Scoop Malinowski. Según el catálogo de Amazon, hay más de diez libros que tienen a Federer como sujeto. La acción en el Ashe se extiende más de lo esperado. La checa Petra Kvitova demora una hora y 55 minutos en ganar y pasar a la segunda ronda. Caro Wozniacki se toma otra hora y 41 minutos. Federer, paso relajado, va del Players Lounge al vestidor durante la espera. Es su torneo de Grand Slam número 56. No hay espacio para los nervios. Ni ahora, ni tampoco durante su partido ante el esloveno Grega Zemlja, un jugador que viene de recuperarse de una mononucleosis y ahora combate problemas respiratorios.

"Me diagnosticaron la enfermedad el día posterior a perder contra Federer en Rotterdam. Y ahora ni siquiera puedo jugar puntos largos. Por eso es un poco difícil decir cómo lo vi hoy a Roger. Solo tengo espacio para pensar en mis problemas de salud", diría Zemlja, 62º del mundo, luego del partido. "Pero él logró tanto, es el mejor de todos los tiempos, que no puedo creer que alguien pueda decir algo no positivo de su persona. Si es 7°, 4° o 1° preclasificado, para mi es irrelevante".

También parece serlo para Federer, quien en el mismo estadio en el cual levantó 5 veces el trofeo de campeón, ahora domina la acción. Desde cerca, sus gestos tenísticos se ven con mayor claridad. Cuando saca, sus piernas empujan mucho para arriba y poco para adelante. Es el torso primero, y su brazo después, los que se meten adentro de la cancha. Cuando genera poder con su drive, mentón y hombro derecho se acarician. Hoy los gestos de emoción escasean. El partido no tiene ritmo, y tampoco está en peligro para el suizo.

"¡Aaaaayyy!", grita Roger mirando al suelo con el score 4-3 en el tercer set. Es una de sus únicas reacciones del día. Su derecha ha quedado en la red, y el error le abre la puerta del break point a su rival, que la aprovechará. Con este tipo de situaciones debe convivir ahora Federer, un microsegundo más lento, un milímetro menos preciso, un poco más cerca del resto que antes.

Pero en minutos el suizo ajusta, y vuelve a quebrar. Una derecha plástica, angulada, acompañada por su cuerpo casi suspendiéndose en el aire, sella el contrabreak. Y, casi, el partido. Lo que sigue es un trámite: segundo servicio ganador, ace, stop volley hermosa y puño cerrado mirando a su banco. Es 6-3, 6-2 y 7-5 en una hora y 33 minutos.

"¿Si mi pasión sigue tan elevada como siempre? Sí, eso es lo que creo. Claramente, cuando ganas todo, es divertido", explica Roger, después del partido. "Eso no significa que ames más el tenis, sino que amas ganar, estar en la portada, levantar trofeos. Es bonito. Pero yo sé que ganando o perdiendo, compitiendo o practicando, yo amo esto".

Y ese amor por el deporte que Federer transmite, es similar al que los fans le devuelven en la ovación final de esta tarde en el Arthur Ashe. Después de saludar a los cuatro costados del estadio, Roger se queda unos diez minutos más firmando autógrafos. Y luego se va directo a las canchas de práctica, a tratar de ganar más ritmo.

¿Su bolso? Su bolso con las ocho raquetas se lo lleva Fabrizio Sestini, manager de comunicaciones de la ATP. Ron ya lo espera, para que el Planeta Federer comience a girar un día más en Nueva York.

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NUEVA YORK -- Juan Martín del Potro, el número 6 del ranking mundial, no tiene contrato vigente con ninguna firma de raquetas. El argentino no renovó convenio con Wilson y, según cálculos de especialistas, está resignando alrededor de un millón de dólares anuales al no tener relación contractual con la firma estadounidense (o con cualquier otra compañía). No solo eso: el campeón del US Open 2009 está jugando con raquetas que muchos podrían consideradas "viejas", que ya tienen cerca de 4 años.

Bienvenidos, entonces, a esta curiosa historia del mejor tenista latinoamericano de la actualidad y sus "armas". Las que lo ayudan en sus grandes triunfos, pero las que le niegan mayores ingresos.

"La raqueta es mi arma de trabajo. No la cambio. Me siento muy cómodo con mis raquetas, y creo que eso es fundamental. La raqueta es lo que yo necesito para jugar. Mientras esté jugando de esta manera, haciéndolo bien y con confianza, es difícil hacer un cambio", le dijo Del Potro a ESPNtenis.com este domingo en New York.

El argentino juega desde hace un lustro con la Wilson K Factor Six-One 95, el modelo con el cual ganó aquí hace cuatro años. La temporada siguiente a su conquista en Flushing Meadows, Juan Martín probó un nuevo modelo en partidos oficiales. Pero el cambio duró poco. Los ejecutivos le ofrecieron testear otras opciones, así como también "maquillar" su vieja raqueta con el look de las nuevas versiones de la marca estadounidense. Pero todo quedó como en un principio.

"Intenté en el 2010. Tuve problemas con la mano. Intenté un par de veces este año. Es un proceso normal, pero también como el calendario está ajustado, es difícil encontrar un periodo donde puedas decir: cambio de raqueta, y si me va mal no pasa nada. Federer intentó cambiar y ahora volvió a su raqueta antigua. A Djokovic le costó el cambio de Wilson a Head. Rompió varias raquetas en ese proceso", explica Del Potro.

Pero Juan Martín no solo usa un modelo viejo de raqueta, sino que utiliza las mismas raquetas con las que jugaba en la década pasada. Y le quedan pocas.

- ¿Cuántas raquetas tiene ahora?
- Cuatro, responde Franco Davin, coach de Del Potro. Y sugiere hablar con el experto de Wilson que le encuerda a su pupilo en este US Open.

"Las raquetas están muy usadas. Yo pregunté si podíamos cambiarle el protector plástico (que va en la cabeza de cada raqueta), pero me dijeron que no. Tampoco quieren cambiar los grommets", que son los orificios de plástico por donde pasan las cuerdas, explica Joe Heydt, encargado de encordar las raquetas de Del Potro en Flushing Meadows.

"Hasta ahora ha traído tres raquetas para encordar", agrega Heydt. "No corren riesgo de quebrarse en el proceso de encordado, porque no tienen fisuras. Pero la cabeza de las raquetas está deteriorada. Es curioso: este deterioro es de un solo lado del marco. Aparentemente (Juan Martín) siempre pega la derecha con la misma cara de la raqueta. Y ese lado de la cabeza está en peor estado. El otro lado, en cambio, está mejor. Finalmente, cada jugador debe hacer lo que cree conveniente para sentirse bien con su raqueta y seguir ganando".

En el caso de Del Potro, los triunfos conseguidos con su "viejas" raquetas no van de la mano con lo que podría estar ganando en concepto de contrato publicitario en ese rubro.

"Los ingresos que resigna dependen en parte de sus resultados, pero estimo que estarían cerca o por encima del millón de dólares por año", le dijo una persona con conocimiento del negocio del tenis a ESPN. Según otra fuente, la no renovación en 2013 del contrato fue de común acuerdo. Ambas partes mantienen una buena relación. Tanto que el jugador aceptó seguir pintando la "W" en sus cuerdas, y continúa recibiendo apoyo entre otros de Ron Rocchi, el experto en raquetas de la compañía estadounidense.

Rocchi, de todas maneras, sabe que el tema Del Potro-raquetas-Wilson es "delicado". Y se excusa de hablar al respecto, aquí en New York, sin antes pedir permiso.

- A estas raquetas que tenés, ¿le das algún tipo de cuidado especial?
- Y... las tengo que cuidar, tienen más uso, pobres. Yo no soy de romper raquetas. Si tuviese veinte, tampoco las rompería. Pero ahora que ando con poquitas, las cuido un poquito más, dice Juan Martín.

Del Potro, entonces, "está en el mercado" y disponible para negociar un nuevo contrato de raquetas. "Para la próxima temporada voy a tener un cambio", dice el tandilense, quien hasta ahora se ha mantenido leal a una sensación que solo él puede explicar: su éxito en el tenis está en buena parte ligado al uso de sus viejas raquetas, las mismas con las que ganó su único título de Grand Slam hasta ahora, y las que lo ayudan a convertirse en una seria amenaza para el trío Djokovic-Nadal-Murray en este US Open.

Entonces, por ahora, las raquetas de Del Potro no se tocan.

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MÉXICO -- El ranking de la ATP cumple 40 años. Un 23 de agosto de 1973, el rumano Ilie Nastase tuvo el honor de ser el primer número uno del mundo según el sistema de contabilización semanal de puntos que, desde entonces, rigió al circuito masculino. En total, 25 tenistas de 13 diferentes países han ocupado esa posición de privilegio. Pero de todos ellos, ¿quiénes han sido los más destacados?

El siguiente top-ten está basado tanto en datos estadísticos como en apreciaciones. Y despertará polémica. ¿A quién incluirías? ¿A quién quitarías? ¿Quién debe estar más arriba o más abajo? Que comience la discusión sobre los diez mejores N° 1 de la historia del ranking ATP.

10. STEFAN EDBERG (SUECIA). Sus seis títulos de Grand Slam lo ponen por debajo de los 7 de su compatriota Mats Wilander, y al mismo nivel de los 6 de Boris Becker. Pero Edberg supera a ambos en semanas totales como N° 1 del mundo: 72, contra 20 de Mats y 12 de Boom-Boom. Es cierto que Lleyton Hewitt estuvo 80 semanas, y no lo encontrarán en esta lista. Pero el australiano apenas ganó 2 títulos grandes. En la "lucha" por entrar a este top-ten, Stefan dejó afuera también a Jim Courier, Gustavo Kuerten, Nastase y Andy Roddick, todos ellos con más de 10 semanas totales al frente del ranking mundial.

9. ANDRE AGASSI (ESTADOS UNIDOS). Su reinado en la cima del tenis masculino fue espasmódico. Alcanzó por primera vez el N° 1 el 10 de abril de 1995. Y su últimos días como el mejor de todos fueron a principios de septiembre de 2003. En total, cumplió 101 semanas en el primer puesto del ranking. Y sólo en 1999 finalizó la temporada en esa posición de privilegio. Sus 8 títulos de Grand Slam se potencian por haber levantado el trofeo de campeón tanto en Melbourme y París, como en Londres y Nueva York. Aun así, no le alcanza para superar al N° 1 vigente.

8. NOVAK DJOKOVIC (SERBIA). El próximo lunes, Nole cumplirá su semana 96 al frente del ranking ATP, lo que lo ubica todavía por detrás de Agassi. Djoko tiene 6 victorias en Grand Slams, 2 menos que Andre. Pero ya suma dos temporadas consecutivas terminando como N° 1 del mundo (2011 y 2012), luego de haber desbancado de la cúspide a dos tenistas que encontraremos mejor ubicados en esta lista: Roger Federer y Rafael Nadal. Lo que parecía imposible, Novak lo consiguió. Y su ascenso a la cima no fue momentáneo: Djokovic llegó para quedarse. A sus 26 años, tiene mucho tiempo por delante para seguir sumando logros. Pero lo que ha conseguido ya es histórico.

7. BJORN BORG (SUECIA). Apenas una vez jugó el Abierto de Australia (en 1974) y nunca pudo ganar el US Open, ni en arcilla ni en cemento (fue 4 veces finalista). Pero dando esa ventaja, El Hombre de Hielo ganó 11 títulos de Grand Slam, incluyendo esos míticos 5 consecutivos en Wimbledon. Sumó 109 semanas totales como N° 1, luchando primero con Connors y luego con McEnroe por ese honor. Terminó 2 temporadas consecutivas como el líder del ranking, en 1979 y 1980. Y la realidad es que su juego, su imagen y su leyenda trascienden las estadísticas: Borg es el símbolo del tenista cerebral, frío e imperturbable, capaz de defender como pocos y contraatacar como casi nadie. En el arte de la defensa y el contragolpe, quien le sigue en esta lista es uno de sus grandes herederos.

6. RAFAEL NADAL (ESPAÑA). El manacorí es la versión recargada de Borg. Pero a diferencia del sueco, el zurdo español se niega a despedirse temprano de la elite. Mientras Bjorn le dijo adiós al tenis a los 26 años, este Rafa de 27 está en búsqueda de recuperar la cima del ranking gracias a un 2013 soñado, que marcó su regreso tras casi 8 meses de inactividad. Nadal, que acumula ya 12 títulos de Grand Slam, suma 102 semanas al frente del ranking. En 2008 y 2010 terminó como líder del escalafón ATP. Y ha logrado algo que Borg nunca pudo: ganar los cuatro diferentes torneos de Grand Slam al menos una vez.

5. JOHN McENROE (ESTADOS UNIDOS). Fue el "niño terrible" del tenis. Ganó 77 títulos del circuito, incluyendo siete Majors. Durante 4 temporadas consecutivas (1981 a 1984) terminó como número uno del ranking. Con 170 semanas totales al frente del listado de la ATP, Big Mac dominó la primera mitad de la década de los '80. Fue el mejor de todos usando raquetas de madera, y luego raquetas de grafito o compuesto. ¿Su gran cuenta pendiente? No haber podido ganar Roland Garros. En 1984 llegó a la final y tuvo una ventaja de 2 sets a 0. Pero se le escapó frente a su gran enemigo, el hombre que lo precede en esta lista y que transformó su carrera luego de aquella tarde victoriosa en París.

4. IVAN LENDL (CHECOSLOVAQUIA). En los primeros seis años de su carrera, perdió 4 finales de Grand Slam. Hasta que ganó Roland Garros '84. Y allí se desató. Lendl, el N° 1 menos simpático de la historia, fue el dominador de la segunda mitad de los '80. Entre septiembre de 1985 y ese mismo mes de 1988, lideró el ranking mundial por 157 semanas consecutivas. Solo Wilander y sus victorias en Australia, Francia y Flushing de ese año, pudieron desbancarlo. Pero eso duró poco: en enero de 1989, Ivan volvió a trepar al primer puesto, y no lo soltó por otras 80 semanas, hasta agosto de 1990. En total estuvo 270 semanas como N° 1, dos más que quien se subió al 3º escalón del podio en este top-ten.

3. JIMMY CONNORS (ESTADOS UNIDOS). Si Lendl terminó 4 temporadas como el mejor del ranking, Jimbo lo hizo en 5, y consecutivas. Entre 1974 y 1978 relegó a jugadores como Newcombe, Borg y Vilas. Llegó a estar 160 semanas consecutivas en la cima. Y ya entrados los '80, con 30 años, volvió a ese sitio, desplazando por breves lapsos a McEnroe y Lendl. Sus 109 títulos profesionales (que incluyen 8 conquistas de Grand Slam) parecen una marca inalcanzable. Lo mismo se pensaba de esas 5 temporadas seguidas finalizando como N° 1 del mundo. Hasta que un día, un joven de ascendencia griega que en su carrera junior había estado relegado por los Chang, Agassi y Courier, comenzó a ganar. Y no paró.

2. PETE SAMPRAS (ESTADOS UNIDOS). El N° 1 con el saque más dominante y devastador de la Era Abierta navegó la década de los '90 ganando títulos de Grand Slam (14), prestando por lapsos la cima del ranking a tenistas como Courier, Muster, Ríos y Agassi, pero luego recuperando ese lugar al final de la temporada. Pistol Pete terminó por encima de todos en 1993, 1994, 1995, 1996, 1997 y 1998. Y no hay mucho más que decir. Allí están esas 6 temporadas consecutivas, una marca aún en su poder. En total se mantuvo como el uno del mundo durante 286 semanas. Y este último récord también parecía intocable. Hasta que la perfección suiza, el año pasado, volvió a la carga.

1. ROGER FEDERER (SUIZA). El 9 de julio del año pasado, lo que pocos esperaban volver a ver, sucedió: FedEx regresó al Nº 1 del mundo, tras ganar en Wimbledon su 17º título de Grand Slam. Ese retorno al trono le permitió superar a Sampras como el jugador con más semanas totales en el primer puesto del ranking. Ahora el número a superar es un brutal 302. Roger, en cambio, no ha podido igualar a Pete en cuanto a temporadas finalizando por encima de todos. Federer terminó cinco años como el N° 1: 2004, 2005, 2006, 2007 y 2009. Pero el suizo pudo festejar en Roland Garros, y completar así el Grand Slam de carrera, algo que a Sampras le faltó. Por eso, y porque ha sido el ícono del tenis en la última década, Su Majestad encabeza este listado.

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BUENOS AIRES -- El 24 de julio pasado la Asociación Argentina de Tenis (AAT) anunció el final del trabajo de Bettina Fulco como capitana del equipo albiceleste de Fed Cup. La AAT explicó la decisión basándose en el cumplimiento de un "ciclo habitual de 3 años en capitanías", mientras que la ahora ex capitana dijo desconocer esta política y se mostró sorprendida por la decisión dirigencial.

Este jueves el diario Olé publicó entretelones de un cortocircuito entre Fulco y parte de su equipo, situación que habría precipitado la decisión de reemplazar a la marplatense.

Héctor Romani, vicepresidente ejecutivo de la AAT, aceptó responder vía mail un cuestionario de ESPNtenis.com que toca ambas explicaciones sobre el cese de Fulco, así como aborda otros temas delicados como la continuidad o no de Martín Jaite al frente del equipo de Copa Davis.

Romani respondió por escrito a las preguntas en dos tandas, el Martes 13 y Miércoles 14. El método de comunicación escogido por el dirigente evitó las repreguntas. Éstas son las respuestas del encargado de supervisar el trabajo de los dos equipos profesionales que representan al tenis argentino en las competencias por naciones más importantes del año.

- ¿Cuándo tomaron la decisión de hacer un cambio en la capitanía de Fed Cup y relevar de esa posición a Bettina Fulco?
- No hubo un momento específico, sino que la AAT siguió la política que desde hace algunos años tiene respecto de los capitanes de Copa Davis y Fed Cup, que es tener períodos de dos años, renovables por uno más, hasta totalizar tres años.

- ¿Habían hablado previamente con Fulco sobre este plazo de 3 años? ¿O la capitana se enteró en el momento en que usted se lo transmitió?
- Sí, con todos los capitanes hablamos de esto.

- Fulco dice que durante su tiempo al frente del equipo de Fed Cup jamás firmó un contrato y nunca tuvo por escrito responsabilidades, derechos y duración de su función. ¿Cuál es su respuesta a esto?
- Es cierto, y así estuvo nada menos que tres años en el cargo, en los que de ambas partes respetamos el acuerdo que teníamos.

- ¿Consultaron a las jugadoras que en los últimos años han formado parte del equipo (Ormaechea, Molinero, Irigoyen, Auroux) antes de comunicarle a Fulco la terminación de su trabajo como capitana?
- Sí, hablamos con las jugadoras y la decisión final fue de la AAT. Lo que conversamos con ellas es privado.

- ¿Concede que hubo un desentendimiento entre Fulco y Molinero al menos en la última serie ante Gran Bretaña, como afirman reportes periodísticos?
- Todo lo que sucede dentro del ámbito del equipo es parte de la intimidad de ese equipo y sobre eso no tengo comentarios para hacer.

- ¿De qué manera un desgaste de relación entre capitana y jugadoras influyó en la decisión de la AAT de no renovar el vínculo con Fulco? - La decisión se tomó porque, como ya dije, tenemos una política de ciclos de tres años para las capitanías. Esa política es amplia e incluye, entre otras cosas, temas de desgaste.

- ¿Desde cuándo está vigente la norma de mantener a un capitán un máximo de 3 años al frente del cargo?
- Me gustaría ser claro en esto para que no haya más confusiones: no es un reglamento, sino una política. No sé de dónde salió esto del reglamento porque no existe como tal. En estos momentos y desde hace varios años creemos que esta política es lo mejor. Pero no es algo que siempre se llevó adelante. Caio Rivera estuvo 12 años en el cargo y un día elegimos algo distinto. Así que no estamos atados a nada; es, sencillamente, la política en la que creemos en este momento y no se nos presentó una situación por la cual evaluemos cambiarla. En cuanto a los tiempos, ya con Tito Vázquez pusimos en práctica esta política, cuando dejó de ser capitán luego de haber alcanzado incluso la final de la Copa Davis en el 2011.

- Fulco comentó que el suyo fue un proceso de aprendizaje al frente del equipo, y que deja la función en el momento en que comenzaba a sentirse mejor preparada para el cargo. Su explicación tiene lógica. ¿Cómo la analiza usted?
- Experiencia siempre se suma con el tiempo y, si es por eso, no habría cambios nunca, en ningún puesto.

- ¿Cree que la nueva capitana deberá "comenzar de cero"?
- ¿Y qué es empezar de cero para un capitán o una capitana? Yo no creo que una capitana como Fulco, con toda su experiencia y trayectoria, haya empezado de cero. Es relativo como concepto.

- ¿Cree que el manejo de la situación fue el correcto? ¿O cree que podrían haber hecho algo mejor?
- La decisión no era un misterio para nadie porque esta política no es nueva, pero sí creo que podríamos haberle comunicado la decisión final con anterioridad. En ese sentido hacemos una autocrítica.

- ¿Con cuántos candidatos han hablado para la posición de capitán o capitana de Fed Cup?
- Todavía no comenzamos las conversaciones.

- ¿De uno a diez, cómo valoraría el trabajo de Fulco al frente del equipo, y por qué?
- No soy de hacer este tipo de evaluaciones numéricas. Prefiero decir que su trabajo fue bueno, estamos conformes. La valoración final del trabajo queda puertas adentro.

- ¿Qué perfil de capitán están buscando? ¿Qué desean de esta persona?
- El tenis femenino necesita profundizar su desarrollo y queremos alguien que se vincule dentro de lo posible con ese aspecto, que vaya a los torneos de menores y que colabore con las políticas que en este sentido llevamos adelante con el área que lidera Tito Vázquez, con especial atención a los Women's Circuit, los torneos de Inserción, en fin, un seguimiento de toda la plataforma del tenis argentino femenino.

- Teniendo en cuenta el criterio de los 3 años como máximo al frente de un equipo, ¿Martín Jaite inevitablemente dejará la capitanía de Copa Davis cuando se cumplan los 3 años?
-Tenemos una política que es para todos. Por el momento no vemos por qué cambiarla, pero cada caso se evalúa en forma particular y por ahora no consideramos que sea el momento de hacerlo.

- Finalmente: ¿la presencia de Del Potro está absolutamente descartada para semifinales y potencial final de Copa Davis 2013? ¿O de parte de la AAT hay una comunicación fluida con el jugador para saber si hay cambio en sus planes?
- Es un tema que ya se habló demasiado y no hay cambios al respecto. Del Potro tomó una decisión que no compartimos, pero que respetamos. Tiene las puertas abiertas.

- ¿Le gustaría que Del Potro cambiara su postura?
- Por supuesto, pero no se lo pedimos. Insisto, respetamos sus decisiones.

- ¿Cree que lo hecho por Argentina hasta aquí en Copa Davis 2013 tiene más valor por haberlo logrado sin Del Potro en el equipo?
- No vinculamos la evaluación a Del Potro. Lo que hizo el equipo es bueno por sí mismo.

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MÉXICO -- El hecho no tiene precedentes cercanos: este sábado, una tenista argentina de apenas 14 años ganó un partido de qualy de categoría WTA Tour, en el Citi Open de Washington DC. La protagonista de la historia es Usue Maitane Arconada, sin ranking mundial hasta el momento. Hoy, ella derrotó en la primera ronda de la clasificación a su compatriota María Irigoyen, 174 del mundo, por 7-5 y 6-3, en una hora y 38 minutos de juego.

"Se sintió genial, y estoy muy feliz", le dijo Arconada a los periodistas Romana Cvitkovic, de la publicación Tennis Grandstand, y Kelyn Soong, del Washington Post, tras su triunfo frente a Irigoyen, hoy N°2 de Argentina detrás de Paula Ormaechea. "Al principio estaba temblorosa (Usue comenzó 4-1 abajo en el marcador), pero luego comencé a crecer. Pude regresar, no tenía ningún tipo de presión. En el match point me decía: mantente en el punto, juega golpe a golpe, no te pongas nerviosa, juega tu tenis. Fue grandioso ganar. Todos mis amigos, coaches y mi hermano me estaban apoyando, y me dieron un gran abrazo".

Por edad y talento, Arconada debería ser considerada como una de las máximas esperanzas del tenis latinoamericano. Sin embargo, hay un detalle crítico: a pesar de haber nacido en Buenos Aires, hablar perfectamente español y viajar con pasaporte argentino, Usue representa a los Estados Unidos.

Ella misma le explica la situación a ESPNtenis.com, con absoluta claridad: "Hace cinco años jugué el torneo Eddie Herr representando a Argentina. Pero después cambié a Estados Unidos porque la Asociación Argentina de Tenis (AAT) no nos apoyaba".

La historia de los Arconada fue contada aquí mismo, a fines de 2011, por Jordi, hermano mayor de Usue y también junior destacado. La familia se mudo de Argentina a Puerto Rico hace poco más de un lustro. Los chicos comenzaron a recorrer un camino ascendente en el tenis. Pero cuando fueron a tocar la puerta de la AAT para pedir ayuda, la respuesta fue negativa.

"Nosotros hablamos con ellos para ver si nos podían apoyar para pagar [los gastos de] algunos torneos, pero nunca nos respondieron. Dijeron que ya no éramos argentinos porque vivíamos en Estados Unidos. Fuimos en 2010 a Argentina, a jugar por casi tres meses. Yo gané un torneo en Neuquén, y perdí la final en doble. Mi mamá volvió a preguntar, pero la AAT no quiso apoyarnos en nada", le contó Usue a ESPN a principios de 2013, de paso por el Distrito Federal para disputar el Abierto Juvenil Mexicano.

Luego de entrenar en Florida y en Atlanta, desde hace seis meses Usue vive y cultiva su tenis en College Park, Maryland, bajo la guía del coach Frank Salazar. En el Citi Open, Arconada se siente como si fuera una local, ya que vive a menos de cuatro kilómetros del William Fitzgerald Tennis Center, sede del torneo. Recién el viernes le avisaron a la argentino-estadounidense que recibiría un wild card para la qualy. "Estaba contenta, pero también nerviosa. Es una gran oportunidad y una experiencia", cuenta.

Usue comenzó a brillar en la categoría sub-12 en los torneos regionales y nacionales de los Estados Unidos. Prince la firmó cuando apenas tenía 10 años. La firma de raquetas la identificó como una atleta Next, con enorme futuro. Y hasta grabó un video, presentándola. "Ese video lo hice hace dos años, en el verano, en Bollettieri. Me encantó hacerlo", dice Arconada, que el próximo 28 de octubre cumplirá 15 años.

Desde aquella grabación hasta ahora, Usue ha crecido en todo sentido. Ahora mide 1,58 y sigue desarrollando su físico. El año pasado alcanzó las semifinales del Orange Bowl, en la categoría hasta 16 años. Y actualmente es 108 del ranking mundial junior, dando cuatro años de ventaja. Ya tiene también una breve experiencia profesional: en mayo pasado jugó dos qualys de torneos de 10 mil dólares. Ganó 3 partidos, y perdió 2. Y ahora, este impacto ante una tenista experimentada y de excelente 2013 como Irigoyen.

"A mí me gusta jugar agresivo. Mover a mis rivales. Y me gusta atacar mucho. También me encanta tirar drop shots y meterme dentro de la cancha", se define Arconada, que admira Maria Sharapova y a Roger Federer. "Ya no pienso en la diferencia con las chicas de 18, porque yo trabajo más duro que ellas en físico. Mi coach me pone a hacer doble turno, o a veces tres. Me encantaría ser profesional y tratar de lograr todo lo que pueda. Me gustaría ganar el US Open y Wimbledon".

La Asociación de Tenis de los Estados Unidos descubrió hace tiempo el potencial de Arconada. Y la cuida en todo sentido. "La USTA me está tratando de ayudar a sacar un permiso para competir con ellos en equipos de mundiales. Yo soy argentina, y aún no tengo pasaporte estadounidense. Sí Green Card, pero no tengo idea cómo va el proceso [del pasaporte]", explica Usue, que espera ser convocada para jugar la Junior Fed Cup 2013 por el país en el que vive actualmente.

Hoy, seguramente, Arconada ha ganado aún más crédito con su primera victoria "grande" como profesional. "Esto fue muy importante para mí, para darme cuenta de que puedo jugar en este nivel", dice Usue, quien ya no mira hacia el sur. Esa ruta de regreso hace tiempo ha sido clausurada. Y no justamente por ella, ni por su familia.


(*) Romana Cvitkovic y Kelyn Soong colaboraron en la realización de esta nota.

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NEWPORT -- Martina Hingis camina por el primer piso del Newport Casino, mirando cada detalle de la exposición. Ante sus ojos está la historia de su deporte, traducida en objetos que alimentan el hermoso Museo del Salón de la Fama del Tenis. Fotos, indumentaria, raquetas, pelotas y hasta una revista Newsweek con un mensaje de Nelson Mandela para Arthur Ashe forman parte la colección. Acompañada por su madre Melanie, Hingis recorre el área a paso lento.

La suiza ingresará como nueva miembro del Hall of Fame, junto a otros nombres que hicieron historia como el multifacético jugador-coach-manager-organizador Ion Tiriac; el ahora analista de tenis Cliff Drysdale; el creador del fantástico torneo de Indian Wells, el puertorriqueño Charlie Pasarell; y la ex tenista australiana Thelma Coyne Long, quien no pudo viajar y en su lugar escogió nada menos que a Rod Laver, dos veces ganador del Grand Slam, para que la representara. Pero de todos ellos, la que capta la mayor atención es Martina.

"Debo agradecerle a mi mamá, que me dio la vida, me dio amor y me dio el tenis. Ella me sacó de la prisión en la que vivíamos", dice Hingis durante la ceremonia de exaltación al Hall of Fame, en referencia a su temprana niñez en la antigua Checoslovaquia comunista. "Tú eres la más joven en todo. También en ingresar al Salón", bromea Christopher Clouser, el Chairman de esta institución con sede en el noreste de los Estados Unidos, que durante esta semana también recibe al circuito ATP con un torneo de categoría 250.

Aún joven, a sus 32 años Hingis es símbolo de los campeones precoces de los '80 y '90. Casi sin darse cuenta, ella misma lo reconoce en sus palabras: "Yo comencé a competir entre los profesionales cuando tenía 15. En ese tiempo, no había reglas que limitaban la edad para jugar los torneos, como ahora. Recuerdo que hablando con Lindsay Davenport, ella me contaba que cuando tenía 22 se sentía presionada porque aún no había ganado un título de Grand Slam, y hacía mucho tiempo que estaba jugando. Hoy Azarenka gana a los 22 y todo el mundo dice: qué joven es, cuánto camino por delante tiene".

Martina también es representante de aquellos campeones que saben lo que valen, y que acompañan su tenis inteligente, variado, estratégicamente envidiable con una chispa entre egocéntrica y provocadora. Un intercambio dialéctico con Stan Smith en la conferencia de prensa de hoy en Newport, antes de la ceremonia de inclusión al Salón de la Fama, la pinta perfecto.

"Recuerdo la primera vez que vi a Martina. Tenía 14 años y perdió la final junior del US Open. Pero yo noté que ella tenía un gran tenis y un temperamento que le permitió ir ganando los partidos a pesar de dar una gran ventaja de edad", contó Smith, otra leyenda del tenis y hoy vocero del Salón de la Fama. Su intención era compartir un recuerdo simpático sobre la ex número uno del mundo. Hingis lo escuchó atentamente. Ojos abiertos, sonrisa amplia, mano izquierda acomodando su cabello detrás de su oreja. Por dentro, la suiza pensaba y recordaba. Y apenas Stan terminó su respuesta, la ganadora de 15 títulos de Grand Slam en singles y dobles volvió a tomar el micrófono. Miró al frente y le puso tabasco al asunto.

"Me acuerdo que esa era mi primera vez en Norteamérica, y en el torneo previo al US Open había perdido en primera ronda. Yo le decía a mi mamá: no me siento bien, y nunca me acostumbraré a jugar en canchas duras. Toda mi vida había jugado en clay. Pero entonces mi madre me dijo: no te preocupes, porque para el Abierto de Estados Unidos estaremos bien. Entonces entrenamos cuatro horas al día. Y camino a aquella final vencí a Anna Kournikova, que en ese momento era la que todo el mundo esperaba que le fuera muy bien. Las tribunas estaban llenas. Y fue una gran victoria. Yo creo que la "bagueleé" (Hingis derrotó a la rusa 6-0 y 6-0 en esa 2da ronda). Y en la final perdí contra Meilen Tu, quien hoy es la manager de Azarenka".

El recuerdito para Kournikova no fue el único momento original de Martina. También durante la conferencia de prensa, le lanzó una indirecta a Tiriac y otro "bocadillo" a Drysdale: "Ion, nunca trabajamos juntos pero cada cosa que tocas la conviertes en oro. Me encantaría poder trabajar contigo, quizás en Madrid. Cliff, hemos hecho grandes entrevistas juntos. No sé qué habrás dicho detrás de cámara, pero espero que hayan sido (comentarios) buenos".

Finalmente, durante la ceremonia en la que recibió su saco como nueva integrante del Salón de la Fama, Hingis reflejó lo que es el tenis de estos días, alejado del romanticismo de los tiempos amateurs y de inicios de la Era Abierta. Quien presentó a Martina frente a las tribunas llenas de estadio Bill Talbert fue Phil De Picciotto, el fundador de la agencia de representación Octagon. Entre los invitados especiales de la suiza --sentado al lado de Melanie-- estaba un ejecutivo de Yonex, la empresa de raquetas e indumentaria que firmó a Hingis en 1994, cuando apenas tenía 14 años. Y en el cierre de su discurso de aceptación, la ganadora del Abierto de Australia, Wimbledon y el US Open '97 le agradeció especialmente al CEO de Tonic, la firma de ropa que la patrocina actualmente. "Este vestido hermoso que tengo lo diseñaron ellos. Así que ya lo saben: pueden encontrar las prendas de Tonic en Tenniswarehouse.com", dijo Martina, como conclusión en su ingreso al ¿sagrado? Hall of Fame.

Como ya ocurrió con Mónica Seles (exaltada al Salón en 2009), Andre Agassi (2011) y Jennifer Capriati (2012), y ahora pasa con Hingis, un nuevo perfil de leyendas de la raqueta comienza a quedar inmortalizado para siempre en Newport. A ellos los definen sus padres obsesivos, sus salidas precoces hacia tierras prometidas, el concepto de que la imagen lo es todo, sus deslices, sus declaraciones polémicas, sus historias dramáticas y tu tenis moderno y excelso.

Ellos también son hijos de la época económicamente más floreciente del deporte. Y hoy también fueron receptores de las palabras de Tiriac. El rumano, dueño de una capacidad de expresión notable, describió con claridad durante la ceremonia de hoy cómo el tenis hace tiempo entró en una etapa donde el dinero todo lo domina. Elegante en su saco "azul clay de Madrid", el ex coach de Guillermo Vilas y Boris Becker dijo: "Cuando yo jugaba, apenas había dinero para comer. Me enorgullece saber que quienes me eligieron para ingresar al Salón de la Fama son mis colegas, con los cuales compartí un pedazo de pan y a veces un poco de manteca. Hoy estamos en otra época. Pero yo no soy celoso: déjenlos ganar los millones de dólares. Pero nunca podrán vivir los momentos que vivimos nosotros".

MÉXICO -- La campeona 2013 de Wimbledon, esa que camina con el codiciado Rosewater Dish bajo su brazo, es la misma tenista que llegó a la fiesta del Abierto de Monterrey directamente desde las canchas de entrenamiento. Mientras sus colegas habían dedicado tiempo a escoger sus elegantes vestidos, a maquillarse y a posar para los fotógrafos, ella, Marion Bartoli, cumplió en aquel domingo de abril una sesión nocturna de entrenamiento de dos horas y media. Y luego tomó su bolso Prince, y del court se fue directamente a cenar como el resto de sus colegas. Sin vestido para lucir. Sin maquillaje sobre su rostro. Sin seguir los pasos de las demás.

Bartoli es diferente. Dentro y fuera de la cancha. La escena en tierras mexicanas es solo una pincelada más de aquello que separa a la francesa de sus colegas.

"Pero, ¿sabes? Yo creo que a veces ser "inusual" es bueno. Te diferencia del resto. Ser distinta puede ser muy bonito", me contaba Marion hace tres meses, en su paso por la capital regia. "Algunas personas se muestran muy interesadas por la manera como entreno o juego. Y yo amo ser diferente. No solo se limita al tenis, sino que es parte de mi personalidad fuera del court. A veces soy un poco distinta del resto. Pero eso es lo que soy".

La historia de Bartoli comenzará a hacerse más conocida a partir de hoy, luego de su inapelable conquista en el All England, sin perder sets camino a la coronación. Luego de 47 torneos de Grand Slam disputados, a los 28 años la francesa conquistó su primer gran título. Desde Mónica Seles, el tenis internacional no tenía un campeón de torneo grande que pegara a dos manos tanto la derecha como el revés.

"Yo crecí admirando y teniendo como ídola a Seles", explicaba en esa misma charla Bartoli, quien saca con la mano derecha pero firma los autógrafos con la izquierda (como Nadal, pero al revés). "Desde siempre ejecuté mis golpes a dos manos, porque quería fortalecer la potencia de mi brazo derecho. Eso es gran parte de mi juego "diferente". Y la diferencia también tiene que ver en cómo mi papá me entrenó. Él no es un coach de tenis, entonces me preparaba de manera distinta al resto. Y eso dejó una huella para siempre en mi estilo".

Hoy Walter Bartoli ya no es más el entrenador de su hija. Ya nadie lo verá sentado solo, en el piso del pasillo del estadio Arthur Ashe, esperando a que Marion salga del vestidor, como ocurrió en el US Open pasado luego del triunfo sobre Petra Kvitova, remontando un 1-6 en contra. Pero hoy Bartoli padre estuvo en el palco del Centre Court, viendo cómo el trabajo de casi 25 años terminaba con la recompensa de la victoria en La Catedral.

"Él tiene que estar aquí. Pero ya no será más mi coach. Hay momentos en donde tienes que cambiar cosas, animarte, e ir para adelante. Éste es mi primer Wimbledon sin él, pero aun así lo he llamado todos los días. No hubo una ruptura entre los dos", decía Bartoli en conferencia de prensa, luego de derrotar en semifinales a la belga Kirsten Flipkens.

Quizás Walter ya no sea más su coach, pero los métodos de entrenamiento que ideó para su hija siguen presentes en el día a día de Marion. En Monterrey, Bartoli utilizó la inusual rutina de jugar en cancha con elásticos atados a tobillos y muñecas . "Yo le pedí que siguiéramos usando esta técnica de su padre", explicó Gerald Bremond, por entonces su nuevo coach (apenas duró unas semanas). Y durante Wimbledon, su hitting partner Thomas Drouet (el mismo que sufrió la agresión por parte de John Tomic en Madrid, y terminó con la nariz rota) también aplicó el drill de Walter de pegarle a la pelota sin que pique, en repeticiones intensas. Este video tomado por el ex jugador Jonas Bjorkman lo ilustra.

"¿Para qué sirven este tipo de entrenamientos? Yo necesito mejorar mi stamina, mi estado físico, mi explosividad, mi resistencia. Es un paquete completo que debes cumplir para estar en el top del tenis. Ya estuve allí, y es lo que debo hacer para regresar", decía Marion en Monterrey, donde perdió en 1ra ronda ante la estadounidense Coco Vandeweghe, en un partido en el cual la francesa superó las 20 doble faltas.

Hoy, en cambio, cerró su victoria en Centre Court con un ace. Las vueltas que tiene el tenis.

Cuando habla, Marion Bartoli mira directo a los ojos. Levanta sus cejas para reforzar el mensaje de sus palabras. Se muerde levemente los labios mientras escucha las preguntas. Y sus respuestas son directas. Claras. Contundentes. Inclusive para explicar su singular comportamiento en cancha, que incluye saltos, "sombra" de cada uno de sus golpes, y un aliento constante, casi exagerado, que también la hace distinta al resto.

"Lo que me enciende en el court es, primero que todo, que amo jugar al tenis. Esa es mi pasión. Para mí, estar alejada del juego aunque sea por tres o cuatro días es muy duro. Necesito tener una raqueta en la mano. Necesito pegarle a la pelota, aunque sea contra la pared. Cuando estoy en la cancha, realmente amo jugar al tenis. Me gusta competir. Y eso se ve en mis emociones, en la manera en que actúo. Luego, odio perder. Y junto a eso, amo ganar. La combinación de esos tres factores es lo que hace que yo sea como soy en el court".

Amiga del DJ Bob Sinclair, otro amante del tenis, Bartoli contó hace un par de años que tenía un coeficiente intelectual de 175, superior al de Albert Einstein o Bill Gates. Algo más que la hace distinta. Sin embargo, sus sueños siempre fueron los mismos que los de tantos otros tenistas que, con su cabeza en la almohada, se imaginan levantando un trofeo de Grand Slam.

-¿Y cuál es ese sueño que aún no has cumplido? -fue la última pregunta para Marion, hace tres meses. Ella sonrió y respondió rápido.

-Ganar un Grand Slam. Ganar cualquiera de ellos. Pero si fuese Wimbledon... Wimbledon y el Abierto de Francia, porque es en mi país. Ése sería mi sueño más grande. Pero no importa lo que ocurra, si pasa o no, yo fui absolutamente bendecida durante mi carrera. Pude lograr mucho más de lo que siquiera hubiese soñado. No tengo nada que reprocharme. Desde ahora hasta la última pelota que pegue como tenista profesional, sé que puedo mirarme al espejo y decir que lo dejé todo cada día. Y al final eso es lo más importante.

Sí. Pero con el trofeo de campeona de Wimbedon bajo el brazo, es mucho mejor.

MÉXICO -- En los últimos cinco meses, Paula Ormaechea trepó nada menos que 116 puestos en el ranking mundial. La argentina saltó de la posición 197 con la cual inició el mes de febrero, a su actual 81 en el WTA Tour. Hoy, Paula es la tenista sudamericana mejor ubicada en el escalafón femenino. Y llegó a esa posición de una manera poco usual: viajando y jugando sin coach durante los últimos dos meses de gira europea.

Pero ya no más.

-¿Cuál es el límite para tomar la decisión sobre quién será tu nuevo entrenador?
-Ya. En estos próximos días. Mañana o pasado. No más - dice Paula.

De regreso en Buenos Aires, luego de disputar la qualy de Wimbledon en singles y el main draw en doble, Ormaechea está enfocada en escoger y llegar a un acuerdo con un entrenador que potencie aún más su talento y capacidades. "Quiero a alguien que quiera seguir sumando, que me ayude a mejorar, que quiera viajar y que me enseñe", explica Paula, quien terminó la relación laboral con Federico Paskvan, su anterior coach, en abril pasado.

La situación es algo atípica: Daniel Paskvan, el padre de Federico, es el "sponsor" de Ormaechea. Él apoya desde 2010 la carrera de Paula, y cumple funciones de manager. Daniel está envuelto en la selección del nuevo coach. "Me ayuda con las reuniones. A hablar o a negociar. Pero la decisión final es mía, porque yo me tengo que llevar bien con el entrenador", aclara Ormaechea.

Seguir sin coach no está en los planes de la sunchalense. "Necesito tenerlo. Los resultados de la gira por Europa (título en el Challenger de Saint Gaudens, acceso a la tercera ronda de Roland Garros tras haber sorteado la qualy, ingreso al top-100) fueron buenos. Y se dieron porque me estoy acomodando con mi cabeza. Pero también fue muy difícil, porque debí ocuparme de cosas a las que antes no le prestaba atención", explica la joven de 20 años.

Ormaechea apunta a tener un entrenador argentino. "No tengo interés en hacer base en otros lugares", dice. Aún no se reunió cara a cara con ningún candidato. En cambio, se enfoca en seguir su trabajo con el equipo que la acompaña: el preparador físico Lucas Mascanfroni, el kinesiólogo Diego Méndez y el psicólogo Fernando Vázquez.

Paula también ha encontrado un valioso soporte lejos de casa en la familia Huber. Ellos llegaron a alojarla en su casa de Buenos Aires cuando la santafesina tenía 17 años y se entrenaba en la academia del Club GEBA. "Me adoptaron como parte de su familia, porque no tenía donde quedarme", cuenta Ormaechea, quien mantiene una estrecha relación con Francisco ("un año más grande que yo"), Rodrigo ("de mi edad") y Zarina Huber ("la más chica"), sus otros "hermanos". Rodrigo, inclusive, la acompañó en su viaje europeo.

A este sólido núcleo laboral y afectivo se sumará el nuevo coach, que tendrá entre manos la posibilidad de llevar a Paula a un nada lejano top-50. Y tal vez mucho más, en una segunda mitad de temporada con pocos puntos para defender.

"Tener este ranking es increíble, porque me permite jugar los torneos WTA. Eso era lo que estaba buscando", dice la 81 del mundo. "Para mí, lo más valioso es seguir en contacto con las mejores, y poder enfrentarlas para seguir mejorando. Los Challengers fueron algo necesario. Yo lo sé. A veces es necesario dar un paso atrás para luego dar tres adelante".

Acá viene Paula Ormaechea. Paso a paso hacia la cima.

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