MÉXICO -- Los Dallas Cowboys reciben a los Detroit Lions para cerrar la actividad de la Ronda de Comodines en el Palacio de Jerry Jones, en Arlington Texas.

La última vez que Lions y Cowboys chocaron en el terreno de juego, Detroit ganó en casa, durante la temporada regular del 2013, por 31-30 gracias a una remontada que incluyó 24 puntos en el último periodo para Detroit.

Aquí hay cinco temas a seguir en este nuevo enfrentamiento de la NFC:

Calvin Johnson
Getty ImagesMegatron tuvo problemas para mantenerse sano

Las mejores manos. El último recuerdo que tienen los defensivos de Dallas respecto a Calvin Johnson fueron las 329 yardas por aire que les acumuló el 27 de octubre del 2013 en Ford Field, durante la mencionada victoria de los Lions que sirve como antecedente previo al juego de este domingo. A esa actuación le antecedieron, unos días antes, una serie de declaraciones de Dez Bryant en el sentido de que podía hacer cualquier cosa que hiciera Johnson. En aquella ocasión, el ganador fue claro. En el 2014, la balanza se inclinó hacia el lado opuesto. Dez Bryant lideró a la NFL en recepciones de touchdown, con 16, mientras Johnson se vio aquejado por lesiones a lo largo de la campaña. Inclusive, Megatron sigue lidiando con un problema de tobillo que lo tiene en la lista de lesionados de Detroit como "probable" para el duelo de este domingo, aunque es una certeza que jugará. Dos receptores abiertos de élite, posiblemente los dos mejores de la NFL, saltarán al campo, y sin lugar a dudas será ver quién hace más destrozos en la defensiva secundaria contraria.

Los otros. Durante el tiempo en que estuvo marginado de la acción Megatron, de la Semana 6 a la Semana 9, Golden Tate brilló intensamente. El segundo receptor de los Lions fue incluido en varios equipos ideales de media temporada, incluido el nuestro, y se convirtió en uno de los agentes libres más redituables de la presente campaña... hasta que regresó Johnson. Conforme Johnson ha recuperado su forma, el papel de Tate ha ido disminuyendo. Tate no ha alcanzado los dobles dígitos en recepciones desde la Semana 10, y a partir de ese encuentro contra los Dolphins, sólo registra un touchdown. En la banca de enfrente, ocurre una historia similar. Terrance Williams se destapó en el 2013 como un novato de impacto inmediato, pero en el 2014, cuando se esperaba que su rol creciera, ha ocurrido lo contrario. Pese a que Bryant acapara la atención defensiva, las atrapadas y yardas de Williams cayeron respecto al año pasado, con todo y que inició casi el doble de partidos en el 2014.Por si fuera poco, el receptor de ranura Cole Beasley ha cobrado protagonismo, convirtiendo a Williams en un pie de página para la ofensiva. De la Semana 8 a la Semana 17, sólo llegó a tres atrapadas en un partido en una ocasión, y anotó únicamente dos touchdowns en ese lapso. Está claro quiénes son los estelares, pero el elenco de reparto necesita hacer un mejor trabajo para ambas escuadras.

¿Carriles bloqueados? Los Lions recibieron dos buenas noticias en los últimos dos días. Para empezar, Ndamukong Suh ganó su apelación contra la suspensión de un partido impuesta por pisar a Aaron Rodgers la semana pasada, y podrá jugar frente a los cowboys. En segundo lugar, Nick Fairley regresó a entrenar después de perderse la segunda mitad de la temporada por una lesión en la rodilla. Aunque Fairley está listado como "en duda" por Detroit, existe alguna posibilidad de que pueda jugar, aunque sea mínima. En ese caso, se prevé que las avenidas entre los tackles para DeMarco Murray no serán tan amplias como el líder corredor de la NFL quisiera. La última vez que perdieron los Cowboys, en Día de Acción de Gracias frente a los Eagles, Fletcher Cox hizo lo que quiso contra la que es probablemente la mejor línea ofensiva de la NFL. Aun si no juega Fairley, Suh es capaz de eso y más. A eso hay que sumarle que lo más probable es que Doug Free no jugará por Dallas, no obstante Jeremy Parnell lo ha hecho bien como sustituto. La batalla en las trincheras será esencial para determinar el resultado.

Revancha para Rod. Durante la temporada del 2008, los Lions sufrieron la única temporada 0-16 registrada en la historia de la liga. El entrenador en jefe de aquel miserable conjunto era Rod Marinelli. El hoy coordinador defensivo de los Cowboys tomó a la unidad que el año pasado fue una de las peores en la historia de la NFL, dirigida por su mentor Monte Kiffin, y la ha mejorado, si bien no estamos hablando de una unidad de élite. Marinelli ha logrado conjuntar un cuadro competitivo tomando en cuenta el número de lesiones que han sufrido los Cowboys, donde resalta la ausencia de Sean Lee desde mayo, cuando sufrió rotura en el ligamento cruzado anterior durante una práctica de temporada baja. Para Marinelli será crucial hacer un buen papel ante el equipo que alguna vez dirigió para disipar, aunque sea en un grado mínimo, el amargo recuerdo de aquella campaña sin triunfos en Detroit.

A sacudirse las malas rachas. Los Cowboys han ganado apenas un partido de postemporada de 1997 a la fecha. ¿Los Lions? Ninguno desde 1991, curiosamente un juego de Ronda Divisional en casa frente a Dallas. Para poner en perspectiva ese tiempo, consideremos que la última vez que los Lions ganaron en playoffs, Matthew Stafford tenía tres años de edad, y las listas del Billboard eran dominadas por C+C Music Factory y Wilson Phillips. Las fieles aficiones de ambos equipos han soportado muchas campañas mediocres --y peor-- en años recientes. Los fans quieren celebrar, no solamente un triunfo en la Ronda de Comodines, sino a un equipo que trascienda en postemporada. ¿Serán los actuales playoffs el momento para alguno de ellos?

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MÉXICO -- Este lunes, los Cincinnati Bengals aprovecharon la reciente ola de extensiones contractuales para brindarle a su mariscal de campo Andy Dalton un alargue que lo vincula con el club hasta el 2020 a cambio de unos 96 millones de dólares, suma que puede ascender hasta los 116 millones mediante escaladores.

Este acuerdo suma seis temporadas a su contrato original de novato, el cual estaba por entrar a su última temporada en el 2014.

Mi primera reacción fue de sorpresa. Hace apenas cuatro días, los Dallas Cowboys otorgaron una extensión contractual a su tackle izquierdo Tyron Smith por ocho campañas y 110 millones de dólares. En el desierto, el esquinero Patrick Peterson recibió una extensión de 70 millones de dólares y cinco años cortesía de los Arizona Cardinals, hace cinco días. A mediados del mes pasado, los New Orleans Saints convirtieron a Jimmy Graham en el ala cerrada mejor pagado en la historia del deporte, a cambio de "apenas" 40 millones de dólares por cuatro campañas.

Tanto Smith como Peterson y Graham son jugadores que han sido elegidos All-Pro, y existen pocas dudas de que, pese a jugar posiciones distintas a la de Dalton --y distintas entre sí-- son mejores jugadores en el presente que el pasador de los Bengals. Por si fuera poco, se antoja que los tres todavía tienen mayor espacio para seguir creciendo, aunque definitivamente esta última aseveración se hace pisando el terreno de la especulación.

Lo que queda claro es el modo en que la NFL ha sobrevalorado financieramente la posición de mariscal de campo. Dalton ni siquiera es el mejor jugador en la ofensiva de Cincinnati --ese honor pertenece al receptor abierto A.J. Green--, pero ya es el décimo pasador mejor pagado de la NFL en cuanto a valor total de contrato, empatado con Peyton Manning de los Denver Broncos.

Andy Dalton
Getty ImagesLas expectativas se acaban de elevar al cielo para Dalton

En cuanto a salarios promedio anuales, Dalton se coloca ahora decimotercero en la NFL, empatado con el ala defensiva Mario Williams de los Buffalo Bills, y por arriba de figuras como el mariscal de campo Tom Brady de los New England Patriots y el corredor Adrian Peterson de los Minnesota Vikings. De los 12 jugadores con un salario anual mayor al de Dalton en este instante, únicamente los receptores abiertos Calvin Johnson de los Detroit Lions y Larry Fitzgerald de los Cardinals no son pasadores.

Sin embargo, lo que más llama la atención de ese listado es que de los diez mariscales de campo que lo encabezan, únicamente Matthew Stafford de los Lions gana más que Dalton sin conocer, lo mismo que el pasador de los Bengals, una victoria de postemporada. Eso constituye un riesgo mayúsculo para las franquicias de Detroit y Cincinnati.

Parte de ello se explica por la urgencia que sienten Lions y Bengals de acabar con la notoria falta de éxito de playoffs recientes. Detroit no ha ganado un partido en la postemporada desde 1991, cuando Barry Sanders era aún el rey de la manada, y Cincinnati no lo ha hecho desde 1990, cuando Anthony Muñoz todavía protegía el lado ciego de Boomer Esiason. Desde aquella última victoria de playoffs, los Lions acumulan siete derrotas consecutivas en playoffs, y los Bengals seis.

Yo no soy proponente de medir la calidad de un mariscal de campo de acuerdo al récord del equipo. Sin embargo, es indiscutible que para que una franquicia logre tener éxito en la postemporada, requiere de un buen líder en la posición de pasador, y Lions y Bengals están haciendo apuestas cuantiosas a que sus actuales mariscales de campo pueden desempeñar ese rol.

Está claro que en la NFL, se paga por la producción que está por venir, o que se cree está por venir, y no por la que fue. Prácticamente todos los contratos son una tirada de dados, y más si se trata de acuerdos de esta magnitud. Sin embargo, también creo que uno de los mejores indicadores de la potencial producción futura es la producción pasada, y ahí es donde me sorprende el tamaño del riesgo que han asumido Lions y Bengals para construir alrededor de Stafford y Dalton, respectivamente.

A eso debemos sumarle que Dalton jamás tuvo que pelear realmente su puesto titular en Cincinnati, ni ha tenido competencia seria por la titularidad desde entonces. A su llegada, Carson Palmer pidió salir y emigró a los Oakland Raiders. Las llaves de la nave ofensiva le fueron entregadas sin mayores obstáculos a Dalton en su año de novato, en el 2011. Los Bengals han optado por la certeza y estabilidad en la posición desde aquel momento, y el equipo nunca se ha atrevido a sumar a la plantilla a alguien que le amenace el puesto.

No estoy diciendo que Dalton jamás va a ganar un partido de playoffs, pero me parece que lo prudente por parte de los Bengals hubiera sido esperar hasta el término del 2014, su último año de contrato vigente, para evaluar la situación y determinar entonces si se extendería o no el acuerdo. Después de todo, no le veo nada de malo a que un jugador y su equipo cumplan totalmente con el pacto que él mismo aceptó años atrás. La apuesta en ese caso es que Dalton gozara de una temporada de destape, ganara el Super Bowl, y sus bonos se dispararan en un año, como sucedió con el caso Joe Flacco y los Baltimore Ravens.

Francamente, me parece que se trataba de un riesgo menor, y uno que felizmente debe asumir cualquier organización: pagar más después de la consecución de un título de Super Bowl. En otras palabras, esperar un año hubiera sido como lanzar una moneda al aire sabiendo que cayendo de cualquier lado, se gana. Si Dalton lidera a la franquicia a su primer título Trofeo Lombardi en el 2014, los Bengals no tendrán empacho en otorgar un contrato superior al que entregaron hoy, a un jugador probado en el escenario más grande. De no ser así, los Bengals hubieran tenido mayor palanca para negociar números favorables con Dalton, a sabiendas que en el draft se pueden conseguir pasadores a un precio ostensiblemente menor para los primeros tres años de carrera del jugador. En cambio para Dalton, otro año de fracaso en playoffs no le hubiera dado impulso suficiente de cara a la agencia libre como para exigir un cheque tan grande en Cincinnati.

Desde el punto de vista del jugador, también hay repercusiones serias. Dalton se ha comprado tiempo en Cincinnati, y ahora no salta al campo con la mente desviada hacia el siguiente contrato. No obstante, el precio es casi tan alto como la cifra en el documento que acaba de firmar. La presión sobre Dalton ahora se centra en el hecho de que el mariscal de campo debe justificar sobre el campo la decisión que tomó el equipo en las oficinas al entregarle un cheque tan grande. El dinero de su extensión contractual eleva exponencialmente las expectativas que hay respecto a su desempeño. Cualquier excusa que se pudiera esgrimir respecto a la relación entre su sueldo de 1.7 millones de dólares para el 2014 y su desempeño ha salido por la ventana. No es aceptable, de ninguna manera, que Dalton siga registrando un Total QBR de 18.1 en postemporada, como ha acumulado hasta ahora en sus tres apariciones. Desde las tribunas, los abucheos serán más sonoros con cada intercepción.

La estrategia de los Bengals en los años recientes ha sido clara: recompensar a los jugadores de núcleo antes que adquirir agentes libres del exterior. El acuerdo con Dalton sigue ese lineamiento, pero el dinero involucrado claramente se desvía de la tradicional noción de que los Bengals eran un club que no gastaba lo necesario para ser competitivo. Pero con el cambio crecen las expectativas. Si Dalton no se gana la recompensa que le ha sido entregada a priori, Cincy podría estar amarrado al menos unas tres temporadas más a un pesado lastre financiero en la posición más importante del juego.

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