MÉXICO -- A principio del año, muchos marcamos en nuestro calendario la Semana 12. Después de todo, se trataba de una nueva oportunidad para ver en acción a los que han sido, por mucho, los dos mejores jugadores de su generación, independientemente de la posición; Tom Brady y Peyton Manning.

Lastimosamente, Manning no estará presente para disputar la edición N° 17 del Brady-Manning Bowl --incluyendo postemporada--, cuando los New England Patriots visiten a los Denver Broncos por la noche. Sin embargo, eso no significa que el partido esté desprovisto de tramas a seguir, de las cuales mencionamos tres:

El sucesor. Brock Osweiler iniciará por segunda ocasión en su carrera, en lugar de Manning. La inexperiencia constituye una obvia desventaja en la posición de mariscal de campo para Denver, sobre todo, si se considera quién es el rival que tendrán enfrente: Bill Belichick. No obstante, Osweiler no lo hizo mal en su primera salida como titular en lugar de Manning, la semana pasada, y la única manera de probar sus cualidades reales es retar a los mejores. En este caso, los mejores en la AFC son los invictos Patriots.

Los ausentes. En New England, las lesiones se siguen acumulando, particularmente en la posición de receptor abierto. Este domingo, la ofensiva estará sin Aaron Dobson, quien aterrizó en la lista de reservas lesionados. Por si fuera poco, al que realmente van a extrañar es a Danny Amendola, desactivado a causa de una lesión en la rodilla. Todo indica que ante la falta de Amendola y Julian Edelman, lo lógico sería suponer que los Patriots intentarán correr más el ovoide pero es peligroso hacer suposiciones cuando se trata de New England. Veremos cuál es el plan de juego de hoy.

La siembra de la AFC. Los Patriots marcan con marca invicta de 10-0 y, siendo realistas, la visita a Denver es una de las aduanas más complicadas que restan en su calendario para lo que resta de la campaña. Si los Broncos no logran aprovechar las ausencias de los Pats, y su condición de localía, crecen exponencialmente las posibilidades de que New England culmine de manera invicta la temporada regular, con partidos ante Eagles, en Texans, ante Titans, en Jets y en Dolphins para cerrar la campaña.

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MÉXICO -- Los Minnesota Vikings visitan a los Denver Broncos con la encomienda de propinarles su primera derrota de la temporada y reducir el número de invictos que están en la NFL.

Aquí hay tres tramas a seguir en el encuentro:

Adrian Peterson
AP PhotoPeterson es el líder corredor de la NFL actualmente

Juego de números. Denver es la ofensiva N° 12 de la NFL con 24.7 puntos anotados por partido (empatados con los Seattle Seahawks), mientras que Minnesota está colocado en el sitio N° 19 con 20 puntos anotados por juego (empatados con los New Orleans Saints).

La diferencia es todavía menor al otro lado del balón.

Los Broncos son la defensiva N° 3 de la liga, admitiendo 16.3 puntos por juego (empatados con los Arizona Cardinals), mientras los Vikings están inmediatamente abajo en el N° 5, permitiendo 16.7 puntos por encuentro.

Me parece que lo prudente será esperar un marcador bajo en Mile High.

¿El más valioso? Después del primer mes de la campaña, nadie me ha impresionado más semana tras semana del lado defensivo del balón que DeMarcus Ware. Sus 3.5 capturas en lo que va de la campaña lo tienen empatado en 2o. Lugar de la NFL con otros tres jugadores detrás del líder momentáneo, Jacquies Smith de los Tampa Bay Buccaneers con 4.0, pero más allá de los derribos de mariscal de campo consumados, Ware ha estado encima de los pasadores rivales constantemente, incomodando en todas las situaciones de pase. Ware es segundo entre jugadores activos en capturas de por vida, pero su nivel se nota mucho más alto que el jugador al que persigue, el más reciente miembro de los Carolina Panthers, Jared Allen.

De vuelta en la élite. Después de una temporada perdida por situaciones legales fuera del campo, y de un inicio aletargado en el "Monday Night Football" de la Semana 1, podemos decir sin temor a equivocarnos que Adrian Peterson está de regreso.

Peterson acumula 260 yardas terrestres en sus últimos dos compromisos, con dos touchdowns, y está claro que Minny recuperó la confianza en su mejor elemento ofensivo después de una jornada inaugural en que lo olvidaron en la segunda mitad. Peterson es líder en la NFL con 291 yardas por partido, y por si fuera poco, también tiene el mejor promedio de yardas por acarreo, con una ganancia de 4.9 cada vez que le entregan el ovoide.

Mientras Minnesota alimente a Peterson con acarreos, los Vikings tendrán oportunidad de ganarle a quien sea.

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MÉXICO -- Los Detroit Lions buscan obtener la primera victoria de la temporada tras un inicio de 0-2, y lo intentarán en casa ante unos Denver Broncos que marchan con marca perfecta de 2-0 en el juego dominical nocturno.

Aquí hay tres aspectos a seguir de cerca en el encuentro:

Calvin Johnson
AP PhotoMegatron necesita ser más protagonista

Choque de Yellow Jackets. En el Draft del 2007, Calvin Johnson salió de Georgia Tech segundo global para los Lions. Tres años más tarde, el que ocupara su sitio en la alineación del programa salió vigésimo segundo global en el Draft 2010 para los Broncos. Ambos receptores están considerados entre la élite de la NFL, con todo y que no provienen de una escuela conocida por su ataque aéreo, sino todo lo contrario; en Georgia Tech se corre desde que bajan del autobús.

Ni Johnson ni Thomas han tenido el mejor inicio de campaña. El primero lleva 12 recepciones para 122 yardas y un touchdown, mientras que su contraparte acumula 15 yardas para 176 yardas sin anotaciones. El touchdown de Johnson fue una obra de arte de concentración y habilidad para no salirse de la zona de anotación, pero se espera que ambos empiecen a entregar actuaciones de mayor calibre. Denver no ha perdido pero la defensiva ha asumido un rol crítico para no perder los primeros partidos, mientras que Detroit ha acusado graves problemas de administración de partido.

Johnson y Thomas pueden ser parte de la solución para ambos ataques.

Otra vez, bajo la lupa. Será imposible para Peyton Manning sacudirse el escrutinio a lo largo de la temporada, así como los cuestionamientos de la fortaleza de su brazo o el tiempo que le reste de carrera. No importa. El Manning ligeramente impreciso que hemos visto tras las dos primeras semanas se debe sobre todo a la necedad del entrenador en jefe Gary Kubiak de ponerlo a operar bajo centro, pero eventualmente se recupera cuando juega en posición escopeta. Por si fuera poco, Manning sigue siendo mejor que la mayoría de sus oponentes.

No es momento de retirarlo todavía.

¿Dónde quedó el ataque terrestre? Los Broncos optaron por regresar a un esquema de bloqueo por zonas parecido al que produjo tantas campañas exitosas con gente como Clinton Portis, Olandis Gary, Reuben Droughns y otros. El ex recluta de segunda ronda del 2013, Montee Ball, proviene de la Universidad de Winsonsin, que se destaca por el juego terrestre de poder. Eso lo hizo desechable y Denver prefirió quedarse con C.J. Anderson y Ronnie Hillman. Ninguno de los dos ha respondido.

Anderson lleva apenas 56 yardas en 24 acarreos, mientras que Hillman tiene 75 yardas en 21 intentos. Ninguno ha anotado por tierra. Eso es más preocupante que lo del brazo de Manning.

En Detroit, la cosa tampoco es color de rosa. El novato Ameer Abdullah brilló intensamente en la jornada inaugural, pero la semana pasada apenas consiguió 9 yardas en seis acarreos. Joique Bell, quien se supone será el especialista para mover las cadenas, lleva solamente 16 yardas en 10 acarreos.

Detroit es penúltimo en la NFL con solamente 107 yardas terrestres en lo que va de la campaña, mientras que Denver se coloca dos escalones arriba con 130. Esos números son un insulto. Veremos cuánto pueden mejorar este domingo.

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MÉXICO -- Los Denver Broncos reciben a los Indianapolis Colts para cerrar la Ronda Divisional, en el Sports Authority Field at Mile High.

Aquí están las tres tramas a seguir en el duelo:

Andrew Luck, Peyton Manning
Getty ImagesLuck y Manning prometen chispas ofensivas

Legado en juego. Hace unos meses, el propietario de los Colts, Jim Irsay, encendió la controversia cuando admitió que un anillo de Super Bowl para Indianapolis en los 14 años de Peyton Manning con la franquicia le sabía a poco. Eso definitivamente debe servir como un aliciente adicional para que el futuro miembro del Salón de la Fama consiga conquistar un segundo Super Bowl, ahora enfundado en los colores de Denver. Los Broncos estuvieron cerca el año pasado, pero este año tienen la oportunidad de pasar por encima del equipo de Indy en el proceso. Es muy prematuro para saber si los Colts tomaron la decisión correcta con Manning, y el mariscal de campo jamás dirá una palabra negativa acerca de los Colts o de la ciudad de Indianapolis. Sin embargo, no quepa ninguna duda de que el ultra-competitivo Manning sólo piensa en vencer a su ex equipo.

El sucesor. Es bien sabida, también, la anécdota de Manning recomendando a los Colts reclutar a Andrew Luck. El todavía joven mariscal de campo de Indianapolis se ha separado, con distancia de sobra, del resto de los pasadores reclutados en la última década o más en cuanto a su precisión para lanzar, y su capacidad para conducir a su equipo a triunfos viniendo de atrás. Está claro que los Colts no han temido llenarle el plato a Luck de toda clase de responsabilidades a la hora de ejecutar el ataque. Con todo y que Indianapolis no cuenta con un ataque terrestre confiable, Luck ha mantenido a Indy entre los invitados constantes a postemporada. En su segundo viaje consecutivo hasta la Ronda Divisional, el ex estelar de Stanford vuelve a ser el punto focal para todas las esperanzas de los Colts. Del brazo de Luck y su capacidad de crear ofensiva donde la mayoría no encontraría más que una plantilla con carencias, dependerá si Indianapolis alcanza por primera vez el Juego de Campeonato de la AFC desde la época de Manning.

¿Quién toma la estafeta? Al principio del año, Julius Thomas parecía encaminado a una temporada récord para la posición de ala cerrada, con nueve touchdowns en sus primeros cinco partidos. Thomas ha anotado apenas tres en los siete encuentros subsecuentes, incluyendo cinco encuentros en los que se fue en blanco. Por otra parte, C.J. Anderson tomó el camino opuesto. El corredor de los Broncos acumuló apenas 17 acarreos en las primeras nueve semanas. A partir de la décima fecha, lleva 162 acarreos para 767 yardas con ocho touchdowns por tierra y dos por aire. Emmanuel Sanders tardó un poco en dejar su marca con el ataque de Denver, pero en la parte media de la campaña regular fue imparable, con siete touchdowns en cinco encuentros. Demaryius Thomas, por su parte, fue incontenible en el rubro del yardaje durante toda la campaña, pero parecen pocos sus 11 touchdowns en el año, solamente uno en los últimos cuatro encuentros. Los Broncos pueden atacar con multiplicidad de armas ofensivas. Lo difícil será averiguar quién será esta semana...

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MÉXICO -- Los San Francisco 49ers visitan a los Denver Broncos en el que, de acuerdo a más del 70 por ciento de los votantes en nuestra encuesta en la sección NFL de ESPN.com.mx, es el duelo de la Semana 7.

Aquí están los cinco motivos principales por los que no debes perderte este encuentro:

Peyton Manning
Getty ImagesManning ha reiterado que no piensa en el récord

Se puede reescribir la historia. Brett Favre posee actualmente el récord de mayor número de pases de touchdown de por vida en la NFL, con 508. Peyton Manning lleva 506. Tres pases de anotación más dejarían al mayor de los Manning en solitario como el pasador más prolífico en la historia de la liga en cuanto a envíos anotadores, sumando un apartado más a su larga lista de hazañas en la NFL. De los cinco partidos que ha disputado Manning este año, en tres ocasiones ha tirado tres pases de touchdown, y una vez lanzó cuatro. Sólo durante la visita de los Broncos a los Seattle Seahawks, del 21 de septiembre pasado, Manning no lanzó al menos tres pases de touchdown en la campaña. La gran interrogante, de acuerdo a los antecedentes recientes, ya no es si romperá la marca de Favre, sino cuándo lo hará. Se puede apostar en Las Vegas por el cuarto en que se cree que caerá ese esperado pase de anotación ante los Niners, e incluso se puede apostar por el receptor que lo atrapará. Wes Welker y Julius Thomas son los favoritos con probabilidades de 2/1, mientras que Demaryius Thomas está 3/1 y Emmanuel Sanders aparece como 5/1. Para los escépticos, también está abierta la apuesta de que el pase 509 no sucederá sino hasta la octava fecha. Finalmente, el over/under en cuanto a las yardas que cubrirá ese pase N° 509 de touchdown de Manning está en 12.5.

Manning no está sólo. Los ojos estarán puestos sobre el mariscal de campo de los Broncos, y la mente estará puesta en el pase de anotación que quiebre la marca de Favre, pero no es el jugador de Denver que puede escribir historia. El ala cerrada Julius Thomas también lleva un paso récord, aunque la marca de la liga que tiene en la mira es para toda una temporada, y no se romperá este domingo. De cualquier manera, hay que ver si se sigue acercando. Actualmente, Thomas lleva nueve recepciones de touchdown en el año, en cinco partidos. Si mantiene el paso actual, terminará la temporada con 29 recepciones anotadoras. La marca de todos los tiempos en la NFL es de 23, impuesta por Randy Moss para los New England Patriots en el 2007. Si hablamos únicamente de alas cerradas, la marca es de Rob Gronkowski, con 17, y Thomas ya va a más de la mitad del camino en menos de una tercera parte de juegos disputados. Thomas está en el último año de su convenio de novato, uno que le pagará 645,000 dólares en el 2014. Es probable que cuando termine, nunca hayamos visto una temporada de contrato más productiva que la que nos está ofreciendo Thomas. Esa risita nerviosa que se escucha en el fondo proviene de los encargados de administrar el tope salarial en la gerencia de Denver.

El otro quarterback. Colin Kaepernick tuvo, quizás, su mejor partido como pasador el lunes por la noche pasado frente a los St. Louis Rams. Por primera vez en el año tiró para más de 300 yardas --apenas tercera ocasión que lo consigue como profesional--, y también por primera vez en el año tiró tres pases de touchdown, todo eso sin lanzar intercepción. Los aficionados de san Francisco ya saben que Kaepernick es capaz de dar partidos espectaculares. Lo que quieren saber es si lo puede hacer semana a semana, evitando los altibajos que han caracterizado su joven trayectoria en la NFL. La defensiva de los Broncos será un gran sinodal para medir el progreso real de Kaepernick como pasador.

Chris Borland
Getty ImagesBorland se presentó ante Broncos en pretemporada

Los ojos puestos sobre el novato. Indudablemente, los 49ers poseen la mejor dupla de apoyadores internos entre los equipos que juegan un esquema 3-4, con Patrick Willis y NaVorro Bowman. Desafortunadamente para San Francisco, ninguno de los dos saltará al campo el domingo por la noche, por lesión. En cambio, los puestos titulares estarán reservados para el novato de tercera ronda, Chris Borland, y para Michael Wilhoite, jugador de tercer año. En lo que va del año, Borland acumula cinco tacleadas y dos pases desviados. Wilhoite registra 19 derribos y también dos pases desviados. Tener enfrente a un mariscal de campo como Manning, y tener que perseguir en coberturas de pase --cuando así lo dicte la jugada defensiva--a Thomas será un reto mayúsculo para ambos.

El duelo en la orilla. Anthony Davis regresó a los entrenamientos esta semana, y podría realizar su segundo inicio en lo que va de una campaña en la que apenas ha podido participar por lesiones diversas --hombro, rodilla-- como tackle derecho. Su rival directo a lo largo de la noche será Von Miller, quien calladamente ha tenido una gran campaña acumulando al momento seis capturas, superando su total del 2013. La llegada de DeMarcus Ware --quien a su vez suma cuatro capturas-- a esta defensiva sin duda ha ayudado a restarle presión a Miller. Davis ha participado apenas en 23 jugadas ofensivas en lo que va del año. Si es insertado de inicio frente a los Broncos, habrá que monitorear de cerca su desempeño ante un cazamariscales encendido. Si Davis tiene problemas para encontrar su ritmo, sobre todo en protección de pase, no será raro volver a Jonathan Martin como tackle derecho de San Francisco. Por si fuera poco, los Niners estarán sin su guardia izquierdo Mike Iupati, también marginado por lesión.

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MÉXICO -- Este lunes, los Cincinnati Bengals aprovecharon la reciente ola de extensiones contractuales para brindarle a su mariscal de campo Andy Dalton un alargue que lo vincula con el club hasta el 2020 a cambio de unos 96 millones de dólares, suma que puede ascender hasta los 116 millones mediante escaladores.

Este acuerdo suma seis temporadas a su contrato original de novato, el cual estaba por entrar a su última temporada en el 2014.

Mi primera reacción fue de sorpresa. Hace apenas cuatro días, los Dallas Cowboys otorgaron una extensión contractual a su tackle izquierdo Tyron Smith por ocho campañas y 110 millones de dólares. En el desierto, el esquinero Patrick Peterson recibió una extensión de 70 millones de dólares y cinco años cortesía de los Arizona Cardinals, hace cinco días. A mediados del mes pasado, los New Orleans Saints convirtieron a Jimmy Graham en el ala cerrada mejor pagado en la historia del deporte, a cambio de "apenas" 40 millones de dólares por cuatro campañas.

Tanto Smith como Peterson y Graham son jugadores que han sido elegidos All-Pro, y existen pocas dudas de que, pese a jugar posiciones distintas a la de Dalton --y distintas entre sí-- son mejores jugadores en el presente que el pasador de los Bengals. Por si fuera poco, se antoja que los tres todavía tienen mayor espacio para seguir creciendo, aunque definitivamente esta última aseveración se hace pisando el terreno de la especulación.

Lo que queda claro es el modo en que la NFL ha sobrevalorado financieramente la posición de mariscal de campo. Dalton ni siquiera es el mejor jugador en la ofensiva de Cincinnati --ese honor pertenece al receptor abierto A.J. Green--, pero ya es el décimo pasador mejor pagado de la NFL en cuanto a valor total de contrato, empatado con Peyton Manning de los Denver Broncos.

Andy Dalton
Getty ImagesLas expectativas se acaban de elevar al cielo para Dalton

En cuanto a salarios promedio anuales, Dalton se coloca ahora decimotercero en la NFL, empatado con el ala defensiva Mario Williams de los Buffalo Bills, y por arriba de figuras como el mariscal de campo Tom Brady de los New England Patriots y el corredor Adrian Peterson de los Minnesota Vikings. De los 12 jugadores con un salario anual mayor al de Dalton en este instante, únicamente los receptores abiertos Calvin Johnson de los Detroit Lions y Larry Fitzgerald de los Cardinals no son pasadores.

Sin embargo, lo que más llama la atención de ese listado es que de los diez mariscales de campo que lo encabezan, únicamente Matthew Stafford de los Lions gana más que Dalton sin conocer, lo mismo que el pasador de los Bengals, una victoria de postemporada. Eso constituye un riesgo mayúsculo para las franquicias de Detroit y Cincinnati.

Parte de ello se explica por la urgencia que sienten Lions y Bengals de acabar con la notoria falta de éxito de playoffs recientes. Detroit no ha ganado un partido en la postemporada desde 1991, cuando Barry Sanders era aún el rey de la manada, y Cincinnati no lo ha hecho desde 1990, cuando Anthony Muñoz todavía protegía el lado ciego de Boomer Esiason. Desde aquella última victoria de playoffs, los Lions acumulan siete derrotas consecutivas en playoffs, y los Bengals seis.

Yo no soy proponente de medir la calidad de un mariscal de campo de acuerdo al récord del equipo. Sin embargo, es indiscutible que para que una franquicia logre tener éxito en la postemporada, requiere de un buen líder en la posición de pasador, y Lions y Bengals están haciendo apuestas cuantiosas a que sus actuales mariscales de campo pueden desempeñar ese rol.

Está claro que en la NFL, se paga por la producción que está por venir, o que se cree está por venir, y no por la que fue. Prácticamente todos los contratos son una tirada de dados, y más si se trata de acuerdos de esta magnitud. Sin embargo, también creo que uno de los mejores indicadores de la potencial producción futura es la producción pasada, y ahí es donde me sorprende el tamaño del riesgo que han asumido Lions y Bengals para construir alrededor de Stafford y Dalton, respectivamente.

A eso debemos sumarle que Dalton jamás tuvo que pelear realmente su puesto titular en Cincinnati, ni ha tenido competencia seria por la titularidad desde entonces. A su llegada, Carson Palmer pidió salir y emigró a los Oakland Raiders. Las llaves de la nave ofensiva le fueron entregadas sin mayores obstáculos a Dalton en su año de novato, en el 2011. Los Bengals han optado por la certeza y estabilidad en la posición desde aquel momento, y el equipo nunca se ha atrevido a sumar a la plantilla a alguien que le amenace el puesto.

No estoy diciendo que Dalton jamás va a ganar un partido de playoffs, pero me parece que lo prudente por parte de los Bengals hubiera sido esperar hasta el término del 2014, su último año de contrato vigente, para evaluar la situación y determinar entonces si se extendería o no el acuerdo. Después de todo, no le veo nada de malo a que un jugador y su equipo cumplan totalmente con el pacto que él mismo aceptó años atrás. La apuesta en ese caso es que Dalton gozara de una temporada de destape, ganara el Super Bowl, y sus bonos se dispararan en un año, como sucedió con el caso Joe Flacco y los Baltimore Ravens.

Francamente, me parece que se trataba de un riesgo menor, y uno que felizmente debe asumir cualquier organización: pagar más después de la consecución de un título de Super Bowl. En otras palabras, esperar un año hubiera sido como lanzar una moneda al aire sabiendo que cayendo de cualquier lado, se gana. Si Dalton lidera a la franquicia a su primer título Trofeo Lombardi en el 2014, los Bengals no tendrán empacho en otorgar un contrato superior al que entregaron hoy, a un jugador probado en el escenario más grande. De no ser así, los Bengals hubieran tenido mayor palanca para negociar números favorables con Dalton, a sabiendas que en el draft se pueden conseguir pasadores a un precio ostensiblemente menor para los primeros tres años de carrera del jugador. En cambio para Dalton, otro año de fracaso en playoffs no le hubiera dado impulso suficiente de cara a la agencia libre como para exigir un cheque tan grande en Cincinnati.

Desde el punto de vista del jugador, también hay repercusiones serias. Dalton se ha comprado tiempo en Cincinnati, y ahora no salta al campo con la mente desviada hacia el siguiente contrato. No obstante, el precio es casi tan alto como la cifra en el documento que acaba de firmar. La presión sobre Dalton ahora se centra en el hecho de que el mariscal de campo debe justificar sobre el campo la decisión que tomó el equipo en las oficinas al entregarle un cheque tan grande. El dinero de su extensión contractual eleva exponencialmente las expectativas que hay respecto a su desempeño. Cualquier excusa que se pudiera esgrimir respecto a la relación entre su sueldo de 1.7 millones de dólares para el 2014 y su desempeño ha salido por la ventana. No es aceptable, de ninguna manera, que Dalton siga registrando un Total QBR de 18.1 en postemporada, como ha acumulado hasta ahora en sus tres apariciones. Desde las tribunas, los abucheos serán más sonoros con cada intercepción.

La estrategia de los Bengals en los años recientes ha sido clara: recompensar a los jugadores de núcleo antes que adquirir agentes libres del exterior. El acuerdo con Dalton sigue ese lineamiento, pero el dinero involucrado claramente se desvía de la tradicional noción de que los Bengals eran un club que no gastaba lo necesario para ser competitivo. Pero con el cambio crecen las expectativas. Si Dalton no se gana la recompensa que le ha sido entregada a priori, Cincy podría estar amarrado al menos unas tres temporadas más a un pesado lastre financiero en la posición más importante del juego.

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Kyle OrtonAP PhotoKyle Orton no se presentó al trabajo de temporada baja en Dallas mientras ponderaba el retiro.

MÉXICO -- Por sí sola, la inminente baja del mariscal de campo suplente, Kyle Orton, no es ni por mucho el evento más trascendente en lo que va del receso de temporada baja de los Dallas Cowboys.

No hay mucho qué echar de menos con la salida de un mariscal de campo que apareció en cuatro encuentros durante sus dos años en Dallas, completando 42 de 61 intentos de pase para 487 yardas con tres touchdowns y dos intercepciones. En todo caso, Orton demostró en el último partido de temporada regular del año pasado, su único inicio para los Cowboys, que a los 31 años de edad no ofrecía nada especial para la ofensiva como suplente de Tony Romo, más allá de siempre comportarse como un profesional en Valley Ranch.

Sin embargo, su salida constituye un síntoma más de uno de los principales males que aquejan a los Cowboys: el dinero muerto.

Orton estuvo ponderando el retiro desde el final de la campaña pasada, en cuyo caso los Cowboys hubieran podido perseguir parte del bono por firmar por 5 millones de dólares que acordó como parte del contrato que firmó en la temporada baja del 2012 (aproximadamente unos 3.4 millones).

Al ser liberado, Orton --quien fue multado por la franquicia con cerca de 70,000 dólares por no presentarse a ninguna práctica obligatoria durante el receso de temporada-- puede quedarse con la totalidad del bono, que se suma a la cantidad de dinero muerto que cuenta en contra del tope salarial del club, 1.1275 millones en contra de la nómina del 2014 y otros 2.255 millones contra el tope del 2015.

¿Qué es el dinero muerto?

Bueno, en esencia es el dinero que un equipo pagó a un jugador --usualmente en forma de un bono por firmar a la hora de acordar un contrato o una extensión al mismo-- que se prorratea para impactar topes salariales de años futuros, en lugar de asumir un impacto inmediato contra el tope del momento en que se paga. La diferencia con los bonos de plantilla o los sueldos base, es que éstos últimos que sólo impactan el tope salarial del año en que se hacen exigibles.

La capacidad de convertir cantidades debidas bajo el rubro de sueldos base en bonos por firmar constituye la esencia de la mayoría de reestructuraciones contractuales por medio de las cuales se libera espacio en el tope salarial presente: En lugar de pagarte un salario alto que va contra mi tope salarial presente, te pago una cantidad fuerte el día de hoy por concepto de bono y reduzco tu sueldo base en los años que se suman mediante la extensión, pero reparto el impacto de esta cantidad a lo largo de esos años. El jugador sigue recibiendo el dinero, pero bajo otro rubro.

Sin embargo, esas cantidades no desaparecen del tope, y en cambio quedan asignadas irremediablemente a los límites salariales futuros. Si un jugador es cortado o canjeado, el dinero que se le pagó de antemano mediante un bono por firmar sigue contando, y de hecho se acelera su impacto al tope salarial actual --o en el caso de los cortes posteriores al 1° de junio, como el caso de Orton, se reparte entre el tope actual y el del año entrante--, más allá de que ese jugador también pueda aparecer en la nómina de otro equipo al mismo tiempo.

En esencia, el dinero muerto es el dinero que pagó un equipo en el pasado, pero que cuenta contra el tope salarial presente, por un jugador que ya no está en la plantilla.

Usualmente, la cantidad de dinero muerto que carga un equipo contra su tope es indicativo del número de malos contratos firmados por ese equipo en años recientes. De acuerdo a las cifras proporcionadas por el Roster Managment System de ESPN, ninguna franquicia de la NFL cargaba en nómina más dinero muerto que los Cowboys, que al inicio del día tenían 23'504,515 dólares bajo este rubro... sin contar los 1.1275 millones adicionales de Orton.

Eso significa que con un tope salarial alrededor en la NFL de 133 millones de dólares, los Cowboys deben encontrar el modo de armar una plantilla de 53 hombres competitiva con "solamente" 108'367,985 dólares.

Para darnos una idea de la clase de handicap que tiene Dallas, tomemos en cuenta que los Tampa Bay Buccaneers --el equipo que actualmente carga con menos dinero muerto contra su tope salarial, con 903,429 dólares-- tiene 132'096,571 dólares para armar también su plantilla de 53 hombres de cara a la campaña del 2014.

Hace un año, nadie cargaba con más dinero que los Indianapolis Colts, con cerca de 38.6 millones de dólares, de los cuales más de 10 millones correspondían al mariscal de campo Peyton Manning. Sin embargo, Indy hizo un excelente trabajo purgando su nómina y actualmente, de acuerdo al Roster Managment System de ESPN, sólo lleva un lastre de 1'892,173 dólares.

En cambio para Dallas, esta posición no es novedosa.

En el 2012, los Cowboys fueron una vez más los líderes en la liga en dinero muerto, cargando con cargos resultantes de contratos con Roy Williams, Marion Barber, Leonard Davis y Marc Colombo, entre otros, para un total que ascendió hasta los 30'378,408 dólares.

Para darnos una idea del presente en Dallas, aquí hay un vistazo de lo que cargaría el equipo en dinero muerto si decidiera cortar a algunos de los jugadores más relevantes en este momento: Tony Romo (49'181,000), Brandon Carr (17'868,000), Orlando Scandrick (10'203,750), Morris Claiborne (9'610,842), Jason Witten (8'648,000), Doug Free (7'000,000), Mackenzy Bernadeau (4'248,334).

Tarde o temprano, todos los equipos pasan por rachas donde se les acumulan algunos contratos malos, y por tanto, periodos donde crece su total de dinero muerto. Adicionalmente, bajo las reglas del nuevo contrato colectivo de trabajo entre la NFL y el sindicato de jugadores, el tope salarial de un equipo se incrementa por la cantidad de espacio salarial que la franquicia no usó el año anterior, por lo que el impacto al tope salarial con que el dinero muerto impacta a la nómina no es definitivo, necesariamente.

Sin embargo, está claro que entre más dinero muerto carga un club, más atado de manos se encuentra a la hora de firmar agentes libres u otorgar extensiones contractuales a jugadores propios. Incluso, de acuerdo a la situación financiera de un equipo dado, puede que no le "alcance" para cortar a un jugador determinado, de acuerdo al impacto que ese corte pueda traer en contra de su tope salarial.

En el caso de los Cowboys, las altas cantidades de dinero muerto suelen ser constantes año con año, síntoma de que el equipo está firmando malos contratos con cierta regularidad.

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