MÉXICO -- Los Indianapolis Colts enfrentan una dura aduana de domingo por la noche de visita ante los Pittsburgh Steelers durante esta Semana 13.

Aquí están las tres tramas a seguir:

La magia de Matt. Con Matt Hasselbeck en los controles como mariscal de campo titular, los Colts no han perdido. La explicación es relativamente sencilla. Hasselbeck entiende su lugar en el equipo. Sabe que es el suplente de Andrew Luck, y que no tiene con qué pelearle el puesto. Sabe que su trabajo es salir y jugar dentro de sus propios límites, mover a la ofensiva, limitar los errores. Entiende que no debe cargar con el equipo semana a semana, ni lanzar para 400 yardas y cuatro pases de touchdown todos los días. Su experiencia le permite comprender cómo dejar que el juego llegue a él.

Luck, en cambio, juega con otro tipo de presión. La franquicia, los entrenadores, los compañeros de equipo y los aficionados sí esperan que lance 400 yardas y cuatro pases de touchdown todos los días, que se eche el equipo a los hombros en cada salida. Las declaraciones del entrenador en jefe Chuck Pagano de la primera mitad de la temporada en el sentido de que Luck, "debía estar acostumbrado a jugar sin bloqueo, porque así lo ha hecho siempre", evidencian cuán pesada es la losa que esperan en Indy cargue semana a semana el mariscal de campo franquicia.

Esta semana, ante los Steelers, Hasselbeck nuevamente tomará los controles mientras Luck se sigue recuperando de una letanía de lesiones, producto de la presión de tener que hacerlo todo detrás de una línea ofensiva que proteger casi nada. Hasselbeck es un pasador muy inteligente, pero desde luego tiene sus limitaciones en el aspecto físico. Ganar este partido de gira mantiene a Indy en el puesto de favorito para quedarse con la AFC Sur, pero sucumbir podría significar perder terreno ante los Houston Texans en la carrera divisional.

Comodines en juego. En caso de que los Colts pierdan la carrera divisional, quizás todavía se puedan mantener en la pelea por un pasaje de temporada en calidad de comodín, mismo boleto al que aspiran los Steelers en una AFC Norte que ha sido dominada por los Cincinnati Bengals. Descartando la improbabilidad de un empate, Colts o Steelers dejarán de tener marca ganadora al término de este encuentro. Al término de la jornada, es posible que sólo queden cuatro equipos con marca ganadora en la AFC. La pelea por los boletos incluye a un montón de equipos, y no todos parecen muy merecedores de jugar playoffs. ¿Quién levanta la mano?

Controversia con Roethlisberger. El mariscal de campo de los Steelers dijo en la semana no haber sufrido conmoción, luego de salir en los instantes finales del duelo ante los Seattle Seahawks en la jornada previa tras sufrir un golpe en la cabeza. Se trató de una "migraña ocular" de acuerdo al pasador. Momentos más tarde, el mismo día, el entrenador en jefe Mike Tomlin salió a decir que sí se trataba de una conmoción, y que su mariscal de campo estaría sujeto al protocolo de conmociones. Roethlisberger aprobó satisfactoriamente todas las pruebas que manda la liga para el caso de lesiones a la cabeza, y será titular ante Indianapolis. Sin embargo, no deja de llamar la atención este episodio en una franquicia en la que rara vez surgen este tipo de polémicas entre lo que dicen los jugadores y la versión oficial del club. ¿Se trata de un simple error de comunicación, o es evidencia de un problema más grave entre Tomlin y su jugador más importante?

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Fail MaryGetty ImagesGB no olvida el "Fail Mary" aunque la caída de los pasados playoffs ante Seattle sea más fresca.

MÉXICO -- La NFL reveló su calendario para la campaña regular del 2015. Echamos un vistazo semana a semana a lo largo de las 17 jornadas del cronograma para tratar de identificar al juego más atractivo de cada fecha. Acá están nuestras recomendaciones:

SEMANA 1
Pittsburgh Steelers en New England Patriots.
Ben Roethlisberger y sus Steelers (ya sin el retirado Troy Polamalu), serán los primeros en recibir la oportunidad de abollarles la corona a los campeones reinantes Patriots y Tom Brady. Steelers y Patriots se han combinado para representar a la Conferencia Americana en nueve de los últimos 14 Super Bowls, conquistando seis anillos entre ambos durante este periodo. Nada mejor que un duelo entre dos mariscales de campo que en el futuro compartirán domicilio en los pasillos del Salón de la Fama en Canton, Ohio.

SEMANA 2
Seattle Seahawks en Green Bay Packers.
Aaron Rodgers y los Packers han perdido tres consecutivos ante los Seahawks, pero todos esos partidos ocurrieron en los ruidosos confines del CenturyLink en Seattle, incluyendo el Juego de Campeonato de la NFC de enero pasado. Ahora el choque ocurrirá en Lambeau Field, donde en el 2009 Green Bay obtuvo su último triunfo ante los Seahawks. Por si fuera poco, los Packers todavía no olvidan el "Fail Mary", triunfo de Seattle en el 2012 gracias a una controversial llamada de los oficiales de reemplazo, quienes dirigían el partido a causa de una huelga de los oficiales permanentes de la liga.

SEMANA 3
San Francisco 49ers en Arizona Cardinals.
Duelazo de la NFC Oeste entre dos equipos que deben demostrar que todavía cuentan con defensivas de élite. Los 49ers estrenan entrenador en jefe tras la partida de Jim Harbaugh, y una repentina racha de retiros ha dejado una interrogante enorme sobre lo que se puede esperar de San Francisco este año. No hay nada mejor que un duelo divisional para demostrar la fortaleza, y mejor si se trata de un equipo que también cuenta con una defensiva de primera línea. Si los Cardinals cuentan con un mariscal de campo sano para toda la temporada, podrían ser un equipo de cuidado en la postemporada.

SEMANA 4
Baltimore Ravens en Pittsburgh Steelers.
A lo largo de los últimos años, esta fue la rivalidad divisional N° 1 en la liga, hasta que los Seahawks y 49ers les arrebataron ese título. Este es el momento perfecto para que Ravens y Steelers revaliden ese título con un juego de horario estelar en jueves por la noche. Como todos los duelos entre estas dos franquicias, podemos anticipar durísimos golpes y poco cariño entre las plantillas.

SEMANA 5
New Orleans Saints en Philadelphia Eagles.
Hace dos temporadas, estos dos clubes chocaron en la Ronda de Comodines de la NFC, pero el año pasado, ambos cuadros decepcionaron al no lograr meterse a la postemporada. Ambos equipos llegan a la temporada luego de perder a sus mejores armas ofensivas, respectivamente: Jimmy Graham en New Orleans y LeSean McCoy en Philadelphia. Este duelo será un buen barómetro para medir qué tan bien se han podido recuperar después de esas salidas. Se trata de ofensivas explosivas, y aquí no faltarán los puntos en el marcador.

Andrew Luck, Tom Brady
Getty ImagesLuck y Brady se volverán a ver las caras

SEMANA 6
New England Patriots en Indianapolis Colts.
Otra revancha de la postemporada pasada, en este caso, se trata de la Final de Conferencia de la AFC. Andrew Luck no ha fallado llevando a Indy a los playoffs en sus tres campañas en la liga, pero todavía le falta dar el último paso hacia la grandeza. Tom Brady lo ha hecho en cuatro ocasiones. Duelo de mariscales de campo que definen dos generaciones diferentes, podría ser el cambio de estafeta oficial de Brady a Luck si este partido termina fungiendo como criterior desempate a la hora de ordenar la siembra en la siguiente postemporada.

SEMANA 7
Oakland Raiders en San Diego Chargers.
Este podría ser un duelo de mucho morbo para el futuro de la NFL en Los Ángeles porque, después de todo, podría tratarse de un partido entre los futuros residentes de un estadio compartido en esa ciudad. De cualquier manera, es difícil despreciar una rivalidad divisional, y podría tratarse de un juego con mariscales de campo del futuro. Derek Carr tiene su puesto en Oakland, pero los Chargers podrían llegar con otro pasador bajo centro si se concretan los rumores de una salida de Philip Rivers por la vía del canje.

SEMANA 8
Cincinnati Bengals en Pittsburgh Steelers.
Por años, los Bengals fueron el tercero en discordia en la AFC Norte, pero se han llevado un boleto a postemporada en cada una de las últimas cuatro temporadas. No hay mejor sinodal para medir el progreso de Andy Dalton y el resto de la plantilla en Cincy que los duros Steelers, un cuadro que aun en épocas difíciles, representa un reto mayúsculo como local.

SEMANA 9
Denver Broncos en Indianapolis Colts.
Regresa Peyton Manning al frente de los Broncos a la ciudad donde brilló por más de una década antes de darle paso al futuro de los Colts, Andrew Luck. Aunque el palmarés de Manning es más rico en récords individuales que títulos de Super Bowl, a diferencia de Brady, este partido puede ser la segunda mitad de ese cambio de estafeta generacional, con Luck apuntando a convertirse en el siguiente gran mariscal de campo de la NFL. Juegos como este son los que empezarán a definir su legado.

SEMANA 10
Buffalo Bills en New York Jets.
Rex Ryan comenzó su mandato en New York con mucho éxito, pero poco a poco fue perdiendo el control de los Jets hasta ser despedido al término de la siguiente temporada. No tuvo que esperar demasiado para recibir una nueva oportunidad, firmando para hacerse cargo de los Bills, rivales divisionales de su ex equipo en la AFC Este. Ryan volverá a New York con la consigna de dar un par de lecciones con su nuevo equipo. Todos los ojos estarán puestos sobre el ala cerrada Jace Amaro.

SEMANA 11
Denver Broncos en Chicago Bears.
Nuevamente, la oportunidad de revancha para un entrenador en jefe. John Fox dejó a los Broncos luego de cuatro títulos divisionales consecutivos y una aparición en el Super Bowl. El reto en Chicago podría ser mayor en Chicago. Fox debe descifrar cómo ganar un Super Bowl con Jay Cutler en los controles, luego de no conseguirlo con Peyton Manning. Por si fuera poco, el propio Cutler empezó su carrera en Denver, lugar del que no salió demasiado contento luego de que circularan rumores de que el entonces entrenador en jefe de los Broncos, Josh McDaniels, lo buscaba reemplazar con Matt Cassel.

SEMANA 12
New England Patriots en Denver Broncos.
Brady-Manning Bowl, edición N° 17. No hay mucho más que agregar al enfrentamiento entre los dos mejores pasadores de su generación. Al menos en lo que concierne a la temporada baja, no pueden llegar en diferentes momentos a la temporada del 2015. Brady viene de ganar su tercer nombramiento como Jugador Más Valioso del Super Bowl, mientras Manning pasó varias semanas contemplando el retiro tras quedar eliminado en la Ronda Divisional. Como en todos sus choques, esperamos algo memorable.

SEMANA 13
Green Bay Packers en Detroit Lions.
No se puede hablar de candidatos al título sin mencionar a los Packers de Aaron Rodgers, quienes se quedaron apenas en la orilla del Super Bowl el año pasado. Los Detroit Lions son un equipo cuya ventana de oportunidad podría comenzar a cerrarse, al tiempo que se acumulan los años en la carrocería de Calvin Johnson. La defensiva de los Lions perdió a su elemento más valioso, Ndamukong Suh, y seguramente Rodgers lo aplaude. Está por verse qué tal se desempeña en su lugar Haloti Ngata, cuando tenga que frenar el ataque terrestre comandado por Eddy Lacy. Además de ser un duelo divisional, involucra a dos asistentes de la pasada postemporada.

Dez Bryant
Getty ImagesBryant tendrá su revancha personal ante GB

SEMANA 14
Dallas Cowboys en Green Bay Packers.
Ninguna jugada fue más controversial que la atrapada/no atrapada de Dez Bryant en el juego de la Ronda Divisional pasada. La liga ha enmendado sus reglas para aclarar el lenguaje de lo que constituye una recepción, pero aún bajo la nueva redacción, se tratar+ia de un pase incompleto. Bryant saldrá con todo a demostrar que los Cowboys merecían ganar ese encuentro en Lambeau Field, donde se llevará a cabo esta revancha, pero lo tendrá que hacer sin el apoyo por tierra de DeMarco Murray, quien emigró vía agencia libre.

SEMANA 15
Kansas City Chiefs en Baltimore Ravens.
A la conclusión de la temporada regular pasada, los Chiefs "le hicieron el favor" a los Ravens, venciendo a los San Diego Chargers para permitir a Baltimore acceder a la postemporada. John Harbaugh agradeció el gesto a Andy Reid con una cena. Esta vez, las implicaciones de playoffs podrían ser directas entre Kansas City y Baltimore. Si los Chiefs han arreglado su ataque aéreo --y mucho tendrá que ver Jeremy Maclin--, podría ser un duelo de mucha calidad.

SEMANA 16
Cincinnati Bengals en Denver Broncos.
El año pasado, tanto Bengals como Broncos fueron echados de la postemporada por los Colts. Con toda seguridad, ambos cuadros estarán pensando nuevamente en los playoffs cuando llegue la Semana 16. Después de todo, se trata de un duelo entre equipos que llevan cuatro viajes a postemporada seguidos, y no piensan parar ahora. Nuevamente para Andy Dalton, la oportunidad de mostrar que puede jugar al tú por tú con una de las leyendas del juego, algo que necesita probar si es que Cincy ha de superar la primera ronda de playoffs algún día.

SEMANA 17
Seattle Seahawks en Arizona Cardinals.
Nada mejor que un duelo con boleto de playoffs en juego cuando llega el final de la campaña. Si es entre rivales divisionales, mejor. Los Cardinals ganaron 11 encuentros el año pasado, apenas uno menos que los Seahawks. Si los 49ers se siguen rezagando y los Rams no muestran mejoría, nuevamente la corona de la NFC Oeste quedará entre una de estas dos franquicias. Dependiendo cómo se puedan repartir los boletos de comodines en la Nacional, existe la posibilidad de quien pierda este encuentro deba conformarse con seguir los playoffs desde casa. Oportunidad de oro para que los Cardinals den el campanazo ante el bicampeón reinante de la Conferencia.

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MÉXICO -- Si hay una cualidad que le conviene mostrar a Cam Newton en sus negociaciones contractuales con los Carolina Panthers, es la paciencia.

Todd Gurley
AP PhotoNewton firmó por cuatro años y 22 millones tras el Draft 2012

Newton fue el primer jugador reclutado bajo el más reciente acuerdo laboral entre la National Football League y el sindicato de sus jugadores, la National Football League Players Association. Bajo este acuerdo laboral, se acabaron los monstruosos convenios con reclutas de primera ronda, tanto en dinero como en longitud, de los años anteriores.

Como primer recluta global del Draft 2011, Newton firmó un acuerdo por cuatro temporadas y 22 millones de dólares, muy distante del convenio que un año antes firmó, también como primer recluta global, Sam Bradford, por seis temporadas y 78 millones de dólares.

El convenio de Newton contenía una opción a una quinta temporada --hecha válida por los Panthers para la temporada del 2015-- a cambio de 14.666 millones de dólares. Esa cantidad supone aproximadamente dos terceras partes de su contrato original, en una cuarta parte de tiempo. Aun así, es poco para el dinero que puede comandar Newton en Carolina.

Y aquí, es donde a Newton le conviene sentarse a esperar.

Por un lado, Adam Schefter de ESPN reportó hace un mes que los Indianapolis Colts ya trabajaban los parámetros del nuevo acuerdo de Andrew Luck, anunciado que podría ser el mayor contrato en la historia de la NFL.

Los Colts están entrando al último año de contrato de Luck, quien firmó por cuatro campañas y 22.1 millones de dólares como primer recluta global un año después de Newton. En el 2015, Indy tiene previsto pagar a Luck unos 3.4 millones de dólares. Los Colts podrían ejercer esa opción contractual a un quinto año --los primeros diez reclutas reciben una compensación igual al número designado para quienes reciben la etiqueta de jugador de transición en la misma posición--, por una cantidad superior a los 14.666 millones de dólares de Newton para el 2015, en el 2016.

Suponiendo que Indy tomara ese camino, retendrían a Luck por dos campañas más, por un promedio cercano a los 10 millones de dólares anuales, antes de verse obligados a entregarle un contrato a largo plazo. Al empezar las negociaciones con Luck ahora, los Colts podrían estar apostando en contra de la inflación. Si se espera que un nuevo contrato a Luck promedie cerca de 25 millones de dólares anuales ahora, no sería impensable suponer que ese mismo acuerdo deba/pueda promediar 30 millones de dólares anuales o más en un par de años, después de entregarle esos 20 millones adicionales entre 2015 y 2016. Por otro lado, también se puede suponer que alcanzar un acuerdo con Luck ahora podría facilitar a futuro una segunda extensión contractual antes de que el mariscal de campo se convierta en agente libre, prácticamente asegurando que Luck juegue toda su trayectoria para Indianapolis.

El segundo factor que le conviene conocer a Newton es si Russell Wilson obtiene su nuevo contrato con los Seattle Seahawks.

De acuerdo a un reporte de la semana pasada de NFL.com, Los Seahawks estarían negociando una extensión contractual totalmente garantizada para Wilson, algo que simplemente no se ve en la NFL. A diferencia de los Colts con Luck, los Seahawks sí tienen mayor prisa por acordar una extensión con Wilson. Al no ser seleccionado de primera ronda --Wilson fue elegido en la tercera vuelta, N° 75 global, del Draft 2012--, el club no tiene a su disposición esa opción al quinto año contractual. Para el 2015, Wilson tiene previsto cobrar poco menos de 800,000 dólares. Sin lugar a dudas, en Seattle se sentirá la obligación de recompensar de mejor manera al único mariscal de campo de la NFL que ha conseguido llevar a su equipo al Super Bowl en cada una de las dos últimas temporadas. Pero, adicionalmente, se puede esgrimir el mismo argumento que con Luck: si los Seahawks firman a Wilson ahora, es probable que su promedio salarial anual sea menor que el año que viene, contando la inflación y, además, el alza artificial que puede producir el hecho de que Wilson sería altamente codiciado en el mercado abierto, dando al mariscal de campo una posición ventajosa en la mesa de negociaciones. Lo mismo se puede decir del argumento sobre una segunda extensión contractual, una que prácticamente asegure la totalidad de la carrera de Wilson con los Seahawks, en caso de que así lo decidan las partes (recuerden el caso de Ben Roethlisberger con los Pittsburgh Steelers).

Cam Newton
AP PhotoNewton tiene una victoria de playoffs con Panthers

Newton, en cambio, tiene todas las de ganar en caso de esperar. Es un dos veces elegido al Pro Bowl que ha guiado a Carolina a dos títulos divisionales y una victoria de postemporada. Con todo y eso, se le considera que está todavía un paso --o más-- por detrás de Luck y Wilson. Jugar una temporada más le permitirá seguir abultando el currículo positivo que se ha forjado en cuatro años en la NFL, pero además, lo ayudará a consolidarse como el rostro de la franquicia.

Los contratos de Luck y Wilson, por lo tanto, ayudarán a colocarle un techo a las pretensiones económicas de Newton. Al pasador de los Panthers le conviene, en ese sentido, ver hasta dónde puede llegar en su siguiente contrato.

Aunado a la inflación esperada para el siguiente año, no sería sorpresivo si el siguiente contrato de Newton ronde los 20 millones de dólares, una suma que difícilmente conseguiría si se decide a firmar en la actual temporada baja, con todo y que se cuente a favor suyo su corto historial como pasador de los Panthers, además de su edad (25 años).

Actualmente, Aaron Rodgers de los Green Bay Packers es el jugador mejor pagado de la NFL, con un convenio que promedia 22 millones de dólares anuales. Luck está cerca de quebrar esa marca, y Wilson podría aproximarse bastante. Si Newton espera un año, y disfruta de otra temporada positiva en el 2015, también se acercará a ese total anual.

Los representantes de Newton se reunieron con los ejecutivos de Carolina en Indianapolis, durante el Combinado de Talento. De acuerdo a un reporte publicado por The Charlotte Observer, el equipo ya había hecho una oferta inicial para un contrato a largo plazo a Newton durante el pasado receso de temporada, el cual fue rechazado por el pasador. Si Newton fue capaz de ejercer la paciencia y jugar el 2014 a cambio de unos 3.38 millones de dólares, puede esperar un poco más, a cambio de 14.666 millones en el 2015 y un potencial contrato de 20 millones anuales.

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MÉXICO -- Quizás fue la Srta. Escarlata, en la sala, con el candelero. O posiblemente se trató del Coronel Mostaza, en la cocina, con el cuchillo.

Al más puro estilo del clásico juego de mesa, "Clue", la NFL intenta descubrir quién, y cómo, le sacó el aire a 11 de los 12 balones utilizados por la ofensiva de los New England Patriots durante la primera mitad del Juego de Campeonato de la AFC ante los Indianapolis Colts.

Las pistas no son abundantes, y la mayoría de los hechos no son claros. Sabemos que la liga ha exonerado a los oficiales por alguna falla respecto a la aprobación inicial de los balones, unas dos horas antes del inicio del juego, cuando aparentemente todos los balones presentados por ambos equipos cumplían con las medidas, peso y presión requeridas por la NFL. A partir de ese momento, todos los ovoides quedan bajo resguardo de los oficiales hasta el momento de la patada inicial.

También sabemos que a la mitad del encuentro, los balones anormales fueron reemplazados por otros 12, también presentados por parte de los Patriots, que cumplían con lo establecido en el reglamento de la NFL. Los marcadores parciales del juego fueron 20-7 en la primera mitad a favor de New England, con los balones anormales, y 28-0 en la segunda mitad, también a favor de New England, con los balones de reemplazo.

Eso significa que en algún punto entre la patada de salida, cuando todos los balones de ambos equipos cumplían con las normas de la liga, hasta algún momento previo al medio tiempo, cuando fueron medidos nuevamente los balones, detectándose las anomalías en 11 de las 12 piezas provistas por New England, éstas perdieron aproximadamente dos libras de aire, cada una.

Bill Belichick
Getty ImagesComo era de esperarse, Belichick no aportó claridad

La liga ya conduce su investigación. Bill Belichick, entrenador en jefe de los Patriots, se presentó en conferencia de prensa este jueves por la mañana, sosteniendo, "No tengo explicación por lo sucedido", y desviando las interrogantes hacia su mariscal de campo Tom Brady, quien apareció también ante los reporteros unas horas más tarde. "No alteré los balones de ninguna manera", fue la versión de Brady, además de señalar que la liga no se ha puesto en contacto con él todavía, respecto a la investigación.

Nos encontramos en el punto en el que las preguntas superan con creces a las respuestas. ¿Por qué la liga no ha hecho contacto con Brady, cuatro días después del incidente, como parte de su pesquisa? ¿Quién tuvo acceso a los balones en el transcurso de la primera mitad del juego, además de los oficiales y jugadores? ¿Cómo es que los oficiales --y sobre todo el encargado de colocar el balón antes de todas y cada una de las jugadas, gracias a lo cual constantemente tuvo en sus manos los balones de Colts y Patriots de forma alternada-- no se percataron de las anomalías del ovoide?

Lo que no se puede negar es que el "Deflate-gate", nombre que aparentemente ganó la competencia extraoficial en los medios por bautizar al más reciente escándalo que cimbra a la NFL, se ha convertido en la historia más importante de la liga, a menos de dos semanas de disputarse el Super Bowl XLIX.

Ha llegado el momento de lanzarnos de lleno al terreno de las especulaciones. Por eso, presentamos cuatro teorías, cada una con un grado distinto de plausibilidad, respecto a lo que pudo haberle sucedido al aire de los balones de Foxborough.

¿Fue un miembro de un equipo de los Patriots? Esta teoría parece ser la más socorrida, aunque no tengamos en claro a quién culpar todavía. El escándalo de "Spygate" es la excusa perfecta para negar al equipo de New England el beneficio de la duda, e incluso la polémica respecto a las sustituciones de jugadores elegibles/inelegibles ante los Baltimore Ravens --situación perfectamente legal en un partido de la NFL-- ha sido utilizada como argumento en contra de los Patriots.

Tom Brady
Getty ImagesLos números señalan que Brady jugó mejor con balones sustitutos

Es posible que Belichick, o Brady, o ambos, hayan ordenado a alguno de los encargados de utilería alterar los balones durante el transcurso del juego, con la finalidad de mejorar el agarre del mariscal de campo sobre el ovoide en un partido afectado por el clima frío, los vientos, y la humedad. Aparentemente, esto tendría que haber ocurrido en la banca, prácticamente a la vista de los miles de aficionados en Gillete Stadium, y a merced de las decenas de cámaras y reporteros presentes en el estadio.

El hecho de que 11 de los 12 balones presentaran una anomalía casi idéntica en cuanto al aire faltante, nos dice que la persona que habría manipulado los balones podría haber contado con un instrumento de precisión, e incluso una bomba de aire para volver a inflar los ovoides en caso de que se excediera al sacar el aire a cada unidad. Eso aumentaría las posibilidades de ser atrapado in fraganti, exponencialmente.

La admisión de Brad Johnson de que habría pagado 7,500 dólares para que se alteraran balones previo al Super Bowl XXXVII entre los Tampa Bay Buccaneers y Oakland Raiders podría abrir la puerta a la suposición que no se trata de un caso aislado, pero no hay que olvidar que aquello sucedió en un tiempo en el que no se permitía, como ahora, preparar los balones por parte de cada equipo antes de los juegos. En otras palabras, Johnson no hubiera tenido que pagar nada por hacer algo que ahora está dentro de las reglas, aunque claro, existen límites.

¿Se trata de una conspiración? Una fracción de los seguidores de New England ha acusado al resto de la NFL de querer perjudicar a los Patriots, para impedir de que aparezcan en su sexto Super Bowl en la era Belichick-Brady, valiéndose de cualquier tipo de acusación que esté a la mano, incluyendo el tema de las sustituciones ante los Ravens, que, como ya dejamos en claro, siempre estuvo dentro de los límites de lo permitido.

Sin embargo, a diferencia de aquello frente a Baltimore, jugar con balones que carecen de dos libras por pulgada cuadrada de presión para ser considerados reglamentarios, no lo está.

Para que esto pudiera haber sucedido, una persona ajena a los Patriots tendría que haberse infiltrado a su banca --o quizás incluso al cuarto donde permanecen los balones por dos horas después de ser inspeccionados por los oficiales en primera instancia, antes de la patada de salida-- para manipularlos. En el caso de la teoría previa, tendría que haber llevado alguna clase de instrumento de precisión para dejar los balones en un estado en el que se puede seguir jugando con él, que los oficiales no se percaten de la falta de aire, pero que la infracción a las normas de la liga sea de tal magnitud como para plantar las semillas de la sospecha y el dolo en contra de New England.

Otro motivo de sospecha se genera, de acuerdo a este sector de fanáticos, gracias a que fue Bob Kravitz, miembro de la prensa local de Indianapolis, quien dio a conocer en primera instancia la investigación.

Carl Paganelli
Getty Images¿Cómo es que los oficiales no se percataron de la anomalías?

¿Se trata de un error de los oficiales? La NFL actuó rápidamente para declarar libres de toda culpa a los oficiales por el proceso mediante el cual aprueban los 12 balones que cada equipo aporta al juego, además de los seis balones que se emplean para equipos especiales.

Sin embargo, vale la preguntarse si es posible que en efecto, el procedimiento no se hubiera llevado a cabo apropiadamente a dos horas de la patada de salida. Después de todo, como ya dijimos, los oficiales no notaron anomalías en el balón durante gran parte de la primera mitad, y de acuerdo a un reporte de NBCSports, una fuente de la liga dijo que la falta de una o dos libras de aire al balón no sería algo "obvio" para los oficiales.

¿Será entonces posible que los oficiales "revisaron" los balones antes del encuentro a la ligera, sin todas las precauciones debidas para tal tarea?

¿Se desinflaron solos? Desde luego, esta teoría no señala que el aire desapareció mágicamente de los balones, sino que no hubo una persona o personas directamente involucradas en la manipulación del mismo, sino que sucedió por factores externos.

Un defecto en la producción del balón podría explicar hasta cierto punto una pérdida de aire, pero sería una coincidencia imposible de imaginar que 11 de los 12 balones de los Patriots sufrieran el mismo desperfecto, mientras que ninguno de los Colts.

El clima puede ser otro factor externo que podría entrar en juego. Después de todo, los balones son medidos y pesados en un cuarto al interior del estadio, con temperatura regulada, antes de ser sacados a la intemperie, donde las bajas temperaturas indudablemente hacen que el balón pierda tamaño y presión.

Eso ayudaría a explicar por qué tantos balones de un equipo sufrieron una alteración tan similar, partiendo de que los 12 fueron inflados a la misma presión originalmente, y fueron sometidos a las mismas condiciones climáticas. Lo que no explica, no obstante, es por qué los balones de los Colts permanecieron dentro de la norma cuando fueron medidos y pesados nuevamente.

La explicación podría radicar en que los balones no estaban inflados a la misma presión, para empezar, antes del arranque del partido. La NFL permite una variación de una libra por pulgada cuadrada de presión, entre el máximo permitido 13.5, y el mínimo, 12.5. ¿Sería muy descabellado suponer que los balones de Indianapolis fueron inflados a una presión cercana al límite máximo, y que por tanto aunque podrían haber sufrido alteraciones por el clima durante el transcurso del partido, se mantuvieron siempre por arriba del 12.5, mientras que los balones de los Patriots hubieran sido inflado originalmente muy cerca del 12.5, quedando por debajo del límite de lo establecido al ser expuesto al frío y humedad de aquella noche?

Para saberlo, bastaría con que la NFL revelara la presión que arrojó la medición y peso de cada uno de los 24 balones dos horas antes de la patada de salida, así como la presión y peso final de los balones de los Colts, pero la liga no ha ofrecido esos datos, y es probable que no exista. De ese modo, se podría comprobar una pérdida de presión más o menos uniforme en todos los balones, con las medidas finales dependiendo de las medidas iniciales.

Balones del Super Bowl XLIX
AP PhotoLa NFL ajustará su política de revisión de balones

Hay que recordar que cada mariscal de campo tiene preferencias muy particulares respecto a sus balones. Aaron Rodgers declaró esta misma semana que él prefiere el balón inflado al máximo posible, e incluso destacó que los oficiales suelen sacar el aire a los balones en el transcurso de los encuentros --aunque no dijo por órdenes de quién lo hacían--. Tom Brady ha dicho que le gusta el ovoide en 12.5, algo que reiteró en su conferencia de prensa de hoy.

John Brenkus, del laboratorio de SportScience, probó el efecto del frío en los balones de la NFL, exponiendo un ovoide a una temperatura de 10° F por una hora, para encontrar que había perdido aproximadamente un 20 por ciento de su presión, cayendo de 13 libras por pulgada cuadrada a 11.

La temperatura a la hora de la patada de salida del encuentro entre los Colts y Patriots el domingo pasado estuvo por arriba de los 50° F, cayendo unos 10° durante el transcurso del partido, de acuerdo al sitio AccuWeather.com. Esa caída de temperatura por sí sola sería incapaz de restarle dos libras de presión al balón. Los balones fueron medidos y pesados en primera instancia en un cuarto al interior del estadio que contaría con un clima controlado de aproximadamente 70° F, de acuerdo a observadores múltiples, y aunque la liga no ha detallado donde se hizo la revisión de los balones de los Colts al término del encuentro, más de uno ha sugerido que también se hizo en el mismo cuarto interior, donde los balones habrían recuperado presión al final del encuentro, a diferencia de los que se presentaron anomalías a la intemperie.

"Si inflaron los balones adentro del edificio y los dejaron en un mínimo, y luego los sacaron a temperaturas que eran unos 30° F más bajas, eso reduciría la presión por pulgada cuadrada entre 1 y 2", dijo Martin Schmaltz, un profesor de física de la Universidad de Boston al portal Boston.com.

Las teorías no deben quedar reducidas a las presentadas aquí. Cualquier otra teoría para explicar la desaparición de las dos libras por pulgada cuadrada de presión en el aire de los balones en Foxborough es bienvenida en este espacio, incluyendo la combinación de una o más teorías.

Lo que sí es seguro es que Humphrey Bogart no irrumpirá en el salón para desenmascarar al mayordomo, como ocurre en el film noir. Al final, la NFL concluirá su investigación y hará públicos los resultados de la misma. Como siempre, nosotros nos reservamos el derecho de creer o no creer.

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MÉXICO -- Los Denver Broncos reciben a los Indianapolis Colts para cerrar la Ronda Divisional, en el Sports Authority Field at Mile High.

Aquí están las tres tramas a seguir en el duelo:

Andrew Luck, Peyton Manning
Getty ImagesLuck y Manning prometen chispas ofensivas

Legado en juego. Hace unos meses, el propietario de los Colts, Jim Irsay, encendió la controversia cuando admitió que un anillo de Super Bowl para Indianapolis en los 14 años de Peyton Manning con la franquicia le sabía a poco. Eso definitivamente debe servir como un aliciente adicional para que el futuro miembro del Salón de la Fama consiga conquistar un segundo Super Bowl, ahora enfundado en los colores de Denver. Los Broncos estuvieron cerca el año pasado, pero este año tienen la oportunidad de pasar por encima del equipo de Indy en el proceso. Es muy prematuro para saber si los Colts tomaron la decisión correcta con Manning, y el mariscal de campo jamás dirá una palabra negativa acerca de los Colts o de la ciudad de Indianapolis. Sin embargo, no quepa ninguna duda de que el ultra-competitivo Manning sólo piensa en vencer a su ex equipo.

El sucesor. Es bien sabida, también, la anécdota de Manning recomendando a los Colts reclutar a Andrew Luck. El todavía joven mariscal de campo de Indianapolis se ha separado, con distancia de sobra, del resto de los pasadores reclutados en la última década o más en cuanto a su precisión para lanzar, y su capacidad para conducir a su equipo a triunfos viniendo de atrás. Está claro que los Colts no han temido llenarle el plato a Luck de toda clase de responsabilidades a la hora de ejecutar el ataque. Con todo y que Indianapolis no cuenta con un ataque terrestre confiable, Luck ha mantenido a Indy entre los invitados constantes a postemporada. En su segundo viaje consecutivo hasta la Ronda Divisional, el ex estelar de Stanford vuelve a ser el punto focal para todas las esperanzas de los Colts. Del brazo de Luck y su capacidad de crear ofensiva donde la mayoría no encontraría más que una plantilla con carencias, dependerá si Indianapolis alcanza por primera vez el Juego de Campeonato de la AFC desde la época de Manning.

¿Quién toma la estafeta? Al principio del año, Julius Thomas parecía encaminado a una temporada récord para la posición de ala cerrada, con nueve touchdowns en sus primeros cinco partidos. Thomas ha anotado apenas tres en los siete encuentros subsecuentes, incluyendo cinco encuentros en los que se fue en blanco. Por otra parte, C.J. Anderson tomó el camino opuesto. El corredor de los Broncos acumuló apenas 17 acarreos en las primeras nueve semanas. A partir de la décima fecha, lleva 162 acarreos para 767 yardas con ocho touchdowns por tierra y dos por aire. Emmanuel Sanders tardó un poco en dejar su marca con el ataque de Denver, pero en la parte media de la campaña regular fue imparable, con siete touchdowns en cinco encuentros. Demaryius Thomas, por su parte, fue incontenible en el rubro del yardaje durante toda la campaña, pero parecen pocos sus 11 touchdowns en el año, solamente uno en los últimos cuatro encuentros. Los Broncos pueden atacar con multiplicidad de armas ofensivas. Lo difícil será averiguar quién será esta semana...

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MÉXICO -- La Semana 11 de la NFL todavía nos tiene reservados cuatro duelos entre equipos con marca ganadora, después de la visita de los Buffalo Bills a los Miami Dolphins para abrir la fecha en jueves, con tres de esos partidos restantes protagonizados por equipos del Top-10 de nuestros Power Rankings.

Sin embargo, de todos los partidos de una jornada que pinta para ser estelar, parece que ninguno llama más la atención que el compromiso entre los New England Patriots y los Indianapolis Colts. Aquí hay cinco motivos para no perderse un duelo de la AFC en el que podría estar en juego la localía en playoffs:

Andrew Luck
Getty ImagesLuck lidera a la liga en yardas por pase

Brazo a brazo. Los mariscales de campo se roban los reflectores en esta partido. Andrew Luck lidera a la liga en intentos de pase (393) y yardas aéreas (3,085), lo que delata una desviación importante en la filosofía ofensiva del coordinador Pep Hamilton, un entrenador que tradicionalmente ha preferido correr el balón más de lo que lanza. Por otro lado, ninguno de los mariscales de campo que ha iniciado todos los partidos para su equipo, ha lanzado menos intercepciones que las tres de Tom Brady (empatado con Aaron Rodgers). No obstante, ambos mariscales de campo entran al partido con una racha negativa frente a su rival en turno. Luck acumula siete intercepciones (el único punto flaco de su juego, en este momento) en sus únicas dos apariciones en contra de los Patriots: tres en la temporada regular del 2012 y cuatro en la pasada postemporada. Por su parte, Brady ha disputado dos partidos en Lucas Oil Stadium (escenario del compromiso de este domingo), y en ambas instancias se llevó la derrota: una vez en la temporada regular del 2009, y la otra en el Super Bowl XLVI, contra los New York Giants. El pasador más exitoso de su generación se medirá ante el que apunta como el más talentoso de la siguiente camada en un encuentro imperdible.

¿El down del dinero? A menudo, se afirma que el down más importante en el fútbol americano es la tercera oportunidad. La defensiva de los Colts es la mejor en la NFL en esta instancia, permitiendo a sus rivales convertir en tercera oportunidad en solamente el 30 por ciento de las ocasiones. La ofensiva de los Patriots, por su lado, convierte en cerca del 55 por ciento de sus intentos de tercera oportunidad, cuando la distancia por recorrer es de 5 yardas o menos. Sin embargo, ese porcentaje se reduce drásticamente a casi la mitad cuando la distancia es de 6 yardas o más. New England no es el equipo de jugadas largas que alguna vez fue, por lo que será fundamental mantenerse en terceros intentos con distancias cortas para darle continuidad a sus avances.

Hay de backfields a backfields. Trent Richardson no ha sido, ni cerca, lo que esperaban los Colts cuando cedieron una selección de primera ronda a los Cleveland Browns por sus servicios. Sin embargo, me cuesta trabajo pensar en un jugador que corra con mayor intensidad que Ahmad Bradshaw, un tipo que parece estar poseído cada vez que tiene el ovoide en las manos. Al otro lado, los Patriots no tienen a ningún jugador de la calidad de Bradshaw, por más que el equipo haya encontrado formas de hacer que Shane Vereen sea productivo, sobre todo en el juego aéreo. Jonas Gray, firmado hace apenas algunas semanas, ha recibido mayores oportunidades que Brandon Bolden, lo que no habla muy bien del estado del backfield en New England. La ventaja para Indianapolis es clara en este departamento.

Tiempo adicional de preparación. Bill Belichick se ha forjado una reputación como uno de los entrenadores que mejor prepara a su escuadra para jugar semana a semana, confeccionado planes de juego muy específicos para cada rival en turno. Esa preparación suele ser más detallada después de las jornadas de descanso, gracias al tiempo adicional del que se dispone. En las 14 temporadas anteriores en que Belichick ha dirigido a los Patriots, acumula marca de 10-4 en los partidos inmediatamente posteriores a la semana de descanso, con una derrota de 24-20 ante los Carolina Panthers en la Semana 11 del 2013 como el antecedente más reciente. Indianapolis presenta un reto de alto nivel para Belichick. Los Colts poseen una ofensiva explosiva que brinda a Luck un buen número de armas ofensivas: Bradshaw, los receptores abiertos Reggie Wayne y T.Y. Hilton, y los alas cerradas Dwayne Allen y Coby Fleener. Defensivamente, el equipo de Pagano está entre los líderes contra el juego terretsre y ya hablamos arriba de su desempeño en terceras oportunidades. Con todo y eso, la historia señala que no es buena idea apostar en contra de Belichick después de la semana de descanso.

¿La patada de la victoria? Si algún día va a ingresar un segundo pateador de lugar al Salón de la Fama, después de Jan Stenerud, no cabe duda de que se tratará de Adam Vinatieri. El pateador de Indianapolis ayudó a los Patriots a conquistar tres Super Bowls, antes de convertirse en pieza fundamental para el título de los Colts en el Super Bowl XLI. Vinatieri no sólo será recordado como uno de los pateadores de lugar con mayor precisión, sobre todo en momentos definitorios, a lo largo de una larga carrera profesional --una que comenzó con los desaparecidos Amsterdam Admirals-- sino que se trata de un jugador que no ha perdido su toque con el pasar de los años. Vinatieri viene montando una racha de 26 goles de campo conectados en forma consecutiva, manteniéndose entre lo mejor de la NFL. Si el partido llega con un marcador cerrado hasta los momentos finales, puede ser Vinatieri el que defina el resultado en contra del equipo para el cual ganó tantos juegos en el pasado.

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MÉXICO -- Por primera vez en la historia de la NFL, un equipo consigue arrancar la temporada con marca de 2-0 después de tener que remontar, en semanas consecutivas, déficits de dobles dígitos en la segunda mitad. Aquí hay algunas conclusiones acerca de la victoria de los Philadelphia Eagles sobre los Indianapolis Colts, por 30-27, en el "Monday Night Football" de ESPN.

Pasadores imprecisos. Uno de los puntos más interesantes a seguir en la noche fue el desempeño de los mariscales de campo de ambos equipos. Andrew Luck de los Colts es considerado ampliamente como el mejor de toda una generación, mientras que Nick Foles de los Eagles disfrutó una de las temporadas más espectaculares el año pasado. Extrañamente, ninguno de los dos tuvo una gran noche. A Luck lo incomodaron toda la noche con cargas por el centro, y una intercepción --dudosa gracias a una "no llamada" de los oficiales-- hacia el final del cuarto periodo anunció la debacle de Indy. Foles tiró por detrás de sus receptores toda la noche, careciendo de la precisión que lo puso sobre el mapa en el 2013.

Nick Foles
AP PhotoFoles no salió en su mejor día pero ganó

¿Culpamos a las cebras? En la recta final del encuentro, la cuadrilla de árbitros cometió dos errores que sin lugar a dudas incidieron en el resultado final. Con poco más de 5 minutos por jugar en el partido y los Colts arriba 27 a 20, Luck tiró una intercepción al profundo Malcolm Jenkins en una jugada en la que el esquinero Brandon Boykin claramente jala al potencial receptor del envío, T.Y. Hilton, impidiendo que llegara a conectar con la trayectoria del balón. Indy se encontraba en la yarda 22 de Philly, en distancia conseguir al menos un gol de campo de Adam Vinatieri que estirara la ventaja a dos anotaciones, nuevamente. En la serie subsecuente de los Eagles, en segunda y 6 por avanzar, el profundo de los Colts LaRon Landry derribó al corredor LeSean McCoy sobre la línea de golpeo, sólo para ser penalizado por un supuestamente haber cometido una tacleada "horse-collar" que jamás existió. En esa serie Philly empataría el partido. Indy fracasó en su siguiente avance, y los Eagles condujeron 42 yardas en su avance final para convertir el gol de campo del triunfo, por lo que no se puede decir que los árbitros sentenciaron el encuentro, pero ciertamente influyeron.

La diferencia estuvo en el backfield. Trent Richardson habría tenido su mejor partido desde que llegó a Indianapolis, acarreando el ovoide 21 veces para 79 yardas, pero sufrió dos balones sueltos, incluyendo uno perdido que fue costoso en la segunda mitad. Ahmad Bradshaw se lució con 70 yardas en 13 acarreos y cinco recepciones para 26 yardas, incluyendo dos touchdowns, pero fue insuficiente. Al lado victorioso, la dupla Darren Sproles-LeSean McCoy fue fenomenal. McCoy corrió 20 veces para 79 yardas con un touchdown y agregó cuatro recepciones para 23 yardas, mientras Sproles contribuyó con cuatro acarreos para 26 yardas y un touchdown, y siete recepciones para 152 yardas, una nueva marca personal por aire. En un juego donde se dice que los pasadores se vuelven cada vez más importantes, fueron los corredores los que inclinaron la balanza.

Balones de juego para... Sproles, McCoy y para el tackle defensivo Fletcher Cox. Los corredores fueron imposibles de parar en campo abierto y Cox se cansó de hacer jugadas en el backfield de Indy, incluyendo provocar el balón suelto perdido de Richardson.

Lo que sigue. Con dos remontadas de por medio, los Eagles se han colocado en la cima de la NFC Este con marca de 2-0, por arriba de los 1-1 de los Dallas Cowboys y Washington Redskins, y el 0-2 de los New York Giants. Philly querrá hacer algo respecto al sus problemas de zona roja y sus inicios aletargados, pero por el momento camina el club. Su próxima cita es en contra de los 'Skins en casa, para abrir su calendario divisional. En Indy, la situación es la opuesta. Los Colts se han puesto 0-2 y están empatados en el fondo de la AFC Sur con los Jacksonville Jaguars, a quienes visitan en la próxima jornada, y por debajo de los Tennessee Titans en 1-1 y los Houston Texans en 2-0.

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Kyle OrtonAP PhotoKyle Orton no se presentó al trabajo de temporada baja en Dallas mientras ponderaba el retiro.

MÉXICO -- Por sí sola, la inminente baja del mariscal de campo suplente, Kyle Orton, no es ni por mucho el evento más trascendente en lo que va del receso de temporada baja de los Dallas Cowboys.

No hay mucho qué echar de menos con la salida de un mariscal de campo que apareció en cuatro encuentros durante sus dos años en Dallas, completando 42 de 61 intentos de pase para 487 yardas con tres touchdowns y dos intercepciones. En todo caso, Orton demostró en el último partido de temporada regular del año pasado, su único inicio para los Cowboys, que a los 31 años de edad no ofrecía nada especial para la ofensiva como suplente de Tony Romo, más allá de siempre comportarse como un profesional en Valley Ranch.

Sin embargo, su salida constituye un síntoma más de uno de los principales males que aquejan a los Cowboys: el dinero muerto.

Orton estuvo ponderando el retiro desde el final de la campaña pasada, en cuyo caso los Cowboys hubieran podido perseguir parte del bono por firmar por 5 millones de dólares que acordó como parte del contrato que firmó en la temporada baja del 2012 (aproximadamente unos 3.4 millones).

Al ser liberado, Orton --quien fue multado por la franquicia con cerca de 70,000 dólares por no presentarse a ninguna práctica obligatoria durante el receso de temporada-- puede quedarse con la totalidad del bono, que se suma a la cantidad de dinero muerto que cuenta en contra del tope salarial del club, 1.1275 millones en contra de la nómina del 2014 y otros 2.255 millones contra el tope del 2015.

¿Qué es el dinero muerto?

Bueno, en esencia es el dinero que un equipo pagó a un jugador --usualmente en forma de un bono por firmar a la hora de acordar un contrato o una extensión al mismo-- que se prorratea para impactar topes salariales de años futuros, en lugar de asumir un impacto inmediato contra el tope del momento en que se paga. La diferencia con los bonos de plantilla o los sueldos base, es que éstos últimos que sólo impactan el tope salarial del año en que se hacen exigibles.

La capacidad de convertir cantidades debidas bajo el rubro de sueldos base en bonos por firmar constituye la esencia de la mayoría de reestructuraciones contractuales por medio de las cuales se libera espacio en el tope salarial presente: En lugar de pagarte un salario alto que va contra mi tope salarial presente, te pago una cantidad fuerte el día de hoy por concepto de bono y reduzco tu sueldo base en los años que se suman mediante la extensión, pero reparto el impacto de esta cantidad a lo largo de esos años. El jugador sigue recibiendo el dinero, pero bajo otro rubro.

Sin embargo, esas cantidades no desaparecen del tope, y en cambio quedan asignadas irremediablemente a los límites salariales futuros. Si un jugador es cortado o canjeado, el dinero que se le pagó de antemano mediante un bono por firmar sigue contando, y de hecho se acelera su impacto al tope salarial actual --o en el caso de los cortes posteriores al 1° de junio, como el caso de Orton, se reparte entre el tope actual y el del año entrante--, más allá de que ese jugador también pueda aparecer en la nómina de otro equipo al mismo tiempo.

En esencia, el dinero muerto es el dinero que pagó un equipo en el pasado, pero que cuenta contra el tope salarial presente, por un jugador que ya no está en la plantilla.

Usualmente, la cantidad de dinero muerto que carga un equipo contra su tope es indicativo del número de malos contratos firmados por ese equipo en años recientes. De acuerdo a las cifras proporcionadas por el Roster Managment System de ESPN, ninguna franquicia de la NFL cargaba en nómina más dinero muerto que los Cowboys, que al inicio del día tenían 23'504,515 dólares bajo este rubro... sin contar los 1.1275 millones adicionales de Orton.

Eso significa que con un tope salarial alrededor en la NFL de 133 millones de dólares, los Cowboys deben encontrar el modo de armar una plantilla de 53 hombres competitiva con "solamente" 108'367,985 dólares.

Para darnos una idea de la clase de handicap que tiene Dallas, tomemos en cuenta que los Tampa Bay Buccaneers --el equipo que actualmente carga con menos dinero muerto contra su tope salarial, con 903,429 dólares-- tiene 132'096,571 dólares para armar también su plantilla de 53 hombres de cara a la campaña del 2014.

Hace un año, nadie cargaba con más dinero que los Indianapolis Colts, con cerca de 38.6 millones de dólares, de los cuales más de 10 millones correspondían al mariscal de campo Peyton Manning. Sin embargo, Indy hizo un excelente trabajo purgando su nómina y actualmente, de acuerdo al Roster Managment System de ESPN, sólo lleva un lastre de 1'892,173 dólares.

En cambio para Dallas, esta posición no es novedosa.

En el 2012, los Cowboys fueron una vez más los líderes en la liga en dinero muerto, cargando con cargos resultantes de contratos con Roy Williams, Marion Barber, Leonard Davis y Marc Colombo, entre otros, para un total que ascendió hasta los 30'378,408 dólares.

Para darnos una idea del presente en Dallas, aquí hay un vistazo de lo que cargaría el equipo en dinero muerto si decidiera cortar a algunos de los jugadores más relevantes en este momento: Tony Romo (49'181,000), Brandon Carr (17'868,000), Orlando Scandrick (10'203,750), Morris Claiborne (9'610,842), Jason Witten (8'648,000), Doug Free (7'000,000), Mackenzy Bernadeau (4'248,334).

Tarde o temprano, todos los equipos pasan por rachas donde se les acumulan algunos contratos malos, y por tanto, periodos donde crece su total de dinero muerto. Adicionalmente, bajo las reglas del nuevo contrato colectivo de trabajo entre la NFL y el sindicato de jugadores, el tope salarial de un equipo se incrementa por la cantidad de espacio salarial que la franquicia no usó el año anterior, por lo que el impacto al tope salarial con que el dinero muerto impacta a la nómina no es definitivo, necesariamente.

Sin embargo, está claro que entre más dinero muerto carga un club, más atado de manos se encuentra a la hora de firmar agentes libres u otorgar extensiones contractuales a jugadores propios. Incluso, de acuerdo a la situación financiera de un equipo dado, puede que no le "alcance" para cortar a un jugador determinado, de acuerdo al impacto que ese corte pueda traer en contra de su tope salarial.

En el caso de los Cowboys, las altas cantidades de dinero muerto suelen ser constantes año con año, síntoma de que el equipo está firmando malos contratos con cierta regularidad.

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