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Renzo Rodríguez, arquero de Independiente: "Fue una cosa de locos jugar el partido con Bahía"

Renzo Rodríguez, arquero de Independiente, contó en el programa Quiero Fútbol de radio Sport 890 cómo fue el engorroso episodio que el Rojo vivió cuando viajaba hacia la ciudad brasileña de Salvador para enfrentar a Bahía en la Copa CONMEBOL Sudamericana, sobre lo que comentó que “nunca había pasado una cosa así”.

Independiente llegó el martes a las 7:30 al aeropuerto de Salvador de Bahía y cuando fueron a pasar el check-in, algunos tenían un resultado negativo de test de COVID-19 y un grupo, entre los que estaba Rodríguez, llevó un certificado de test PCR que marcaba que el virus era “detectable”, ya que habían tenido el virus, pero había pasado el tiempo posterior necesario para no contagiar más. Quienes tenían ese certificado fueron retenidos por las autoridades de seguridad del aeropuerto: “Se armó un quilombo bastante importante, nos tuvieron seis horas a todo el grupo”, contó el golero.

“Se decidió a lo último dividir los grupos, que los 11 que teníamos test detectable nos quedáramos en el aeropuerto que nos iban a dar dos piezas para dormir, y el otro grupo que se vaya a descansar al hotel porque se veía muy difícil que se suspendiera el partido. Aparte, tenemos un partido muy importante este domingo contra Huracán donde nos jugamos todo y no lo queríamos posponer”, señaló el uruguayo.

El grupo que se quedó, compuesto por ocho jugadores y tres miembros del cuerpo técnico entre los que estaba el entrenador, estuvo sin acceso a agua ni comida por seis horas. “Ahí empezó un calvario bastante difícil”, dijo el jugador. Dijo que el nerviosismo iba en aumento, tanto entre los futbolistas como entre los miembros de la policía. “Nosotros estábamos pidiendo donde estaban las piezas que habían prometido, eran las 3:30 de la mañana y no aparecían. A lo último apareció una pieza de 3x3 metros o 2x2, no entraban ni cinco personas, y tenían 4 colchonetas. Ahí arreglamos para rotar las colchonetas y que algunos durmieran en el piso. Así fue, con un frío muy importante, no nos bajaron el aire acondicionado, no nos bajaron las luces. Si no fuera por los chicos que fueron al hotel, no comíamos porque tuvimos que trasladar la comida y el agua del hotel al aeropuerto. Fue muy difícil”, explicó.

En la mañana, la situación se puso peor. “Cuando nos despertamos a las 9:00 o 10:00, estaba la policía despertándonos pateando las colchonetas, levantándonos a los gritos. Nos decían que no era una favela, que era una falta de respeto lo que estábamos haciendo y, a mi parecer, la falta de respeto era de ellos que nos habían prometido dos piezas que no aparecieron nunca, no nos trajeron agua ni comida, nos dejaron durmiendo en el piso. Ahí se pusieron nerviosos, empezaron a mostrar armas”, añadió el jugador.

También, Rodríguez dijo que les prohibieron usar los celulares y que los guardias llegaron con pistolas Taser. El arquero relató que la situación recién empezó a calmarse con la llegada del jefe de la policía de Salvador y del cónsul argentino, quienes entablaron un diálogo y empezaron a resolver el asunto.

Rodríguez destacó el apoyo de sus compañeros que estaban en el hotel, y que aunque tenían el partido al otro día, se quedaron despiertos hasta altas horas de la madrugada consultándoles sobre su situación. “Había chicos que estaban en el hotel que se durmieron a las 4:00 o 5:00, tenían la cabeza en cualquier lado. Nos hablaban a ver cómo estábamos. Hubo compañeros que se levantaron con dolor de espalda, les dolía el pecho y la garganta por el frío del piso. Fue una cosa de locos jugar ese partido, yo pensaba que iba a ser un lindo triunfo, pero se logró un punto importantísimo por todo lo que se vivió, más la situación de cómo estaba la cancha y el clima”, señaló. Independiente terminó empatando 2 a 2 con Bahía, con el arquero titular, el también uruguayo Sebastián Sosa, atajando un penal en los últimos diez minutos.

Los jugadores retenidos ni siquiera pudieron ver el partido, ya que cuando finalmente los dejaron abordar un vuelo de vuelta a Argentina, se atrasó el viaje y salieron a las 16:00 cuando debían hacerlo a mediodía. “Nos perdimos el partido. El piloto tenía una radio e íbamos escuchando los goles en la radio del avión, ahí más o menos nos íbamos informando pero después no teníamos información de nada; si no fuera por el piloto no sabíamos nada”, contó Rodríguez.

Para el arquero, Independiente hizo todo lo que CONMEBOL le ordenó hacer, pero ni siquiera el ente rector estaba enterado de que en esa parte de Brasil no se podía ingresar con certificados como el que ellos tenían. “Nosotros fuimos a trabajar y hacer lo que nos gusta, y nos trataron como delincuentes”, señaló.

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