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Real Madrid consiguió el pase a semifinales de la UEFA Champions League ante Manchester City y lo hizo mostrando una faceta quizás no tan habitual, pero que la supo realizar casi a la perfección. Después de que Rodrygo marque el 1-0, la lógica llevó a los de Ancelotti a replegarse y empezar a soportar los embates del local y vaya si lo hizo. Apoyado en un esfuerzo colectivo muy solidario, con ayuda de todos, comenzando por los delanteros y su presión, el vértigo y la versatilidad que le dan Fede Valverde y Jude Bellingham en el medio y una línea de cuatro en el fondo granítica, el Madrid sacó todo lo que le tiró el City. Si alguno de los nombrados fallaba aparecía Andriy Lunin, muchas veces apuntado por algunas dudas, incluyendo la ida de esta misma serie, pero esta vez el portero fue la gran figura del partido, con algunas atajadas tan increíbles como claves. Erling Haaland, quizás el goleador más temible del mundo, fue reducido casi al anonimato por la dupla central de Rüdiger y Nacho. Kevin De Bruyne consiguió el empate en el minuto 75, en la única que se le escapó a la defensa Merengue, con algo de fortuna. Pero cuando parecía que el City crecía, la defensa del Madrid no flaqueó nunca más y soportó los embates, sobre todo desde la banda derecha de la defensa, apoyado en los desbordes de Jérémy Doku. Los 120 minutos pasaron y el Real Madrid se llevó el triunfo en los penales, pero la clasificación está apoyada en una tarea defensiva increíble, sin brillos individuales, pero con una esfuerzo colectivo emocionante.
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