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La derrota ante Patriotas en Palmaseca dejó al Deportivo Cali en un momento delicado. El técnico Jaime De La Pava renunció y se volvió la amenaza del descenso en el fútbol colombiano. El arranque de temporada fue prometedor. Sumó 14 puntos en ocho jornadas con los que estuvo entre los clasificados. La estabilidad futbolística fue endeble. Perdió cuatro partidos seguidos, tres en casa y la crisis detonó. El colero también se llevó premio de Palmeseca y el desenlace estaba anunciado. Una vez más invasión de cancha, tribunas alteradas, renuncia de su entrenador y lo que más alarma, comprometido con la permanencia en primera división. “Soy un hombre de palabra. Yo le manifesté a los directivos que si perdía renunciaba”, señaló De La Pava. Cali está décimo con 14 unidades. Un dato amable pues en la otra tabla grita angustia. Su promedio es de 1,08 el mismo del recién ascendido Fortaleza y con apenas tres puntos de ventaja frente a Jaguares, el segundo equipo que en este momento perdería su lugar en la A. Su goleador, el juvenil Juan José Córdoba se quedó en blanco en los últimos cuatro partidos. Su defensa es la cuarta más vencida del torneo y los más grandes no dan respuestas. “El desafío sigue, faltan siete fechas más las 20 del otro semestre. Ser asertivos y que en la reflexión y el análisis que el cuerpo técnico que llegue acierte”, añadió su ex técnico. Aún lo esperan Millonarios, Águilas, Bucaramanga, clásico con América, su rival directo Jaguares en Montería, Envigado y el campeón Junior. Le falta fútbol en un momento de zozobra.
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