El extécnico del Barcelona y la selección inglesa falleció a los 80 años luego de una larga enfermedad, según informó su familia.
BARCELONA -- Terry Venables, fallecido a los 80 años tras una larga enfermedad y que desarrolló gran parte de su carrera deportiva en Inglaterra (la totalidad como futbolista), fue también un personaje destacado en la historia del Barcelona, al que dirigió en 169 partidos entre 1984 y 1987, siendo el sexto entrenador con más presencias en el banquillo y pasando a los anales tanto por el título de Liga que conquistó en su primera temporada como por la derrota sufrida en la final de la Copa de Europa en Sevilla. Sorprendente elección del entonces presidente Josep Lluís Núñez para suceder en el banquillo a César Luis Menotti, Venables aterrizó en el Barça tras ascender al Queens Park Rangers en Inglaterra y clasificarle en quinta posición en la temporada 1983-84. Siempre se dijo que Bobby Robson, en aquel momento seleccionador inglés, convenció a Núñez del fichaje de un Venables desconocido en España pero a quien el presidente azulgrana otorgó plenos poderes desde el primer día. Así se entiende que una de sus primeras decisiones fuera echar por tierra el acuerdo que tenía el Barça con el Atlético de Madrid (y con Hugo Sánchez) por el fichaje del delantero mexicano para imponer la contratación del escocés Steve Archibald. Si el primer año fue estupendo... La carrera del azteca en el Real Madrid a partir de la siguiente temporada dejó claro el error, mayúsculo, cometido por el club azulgrana. Conquistó la Liga en su primer curso en el banquillo. Se sobrepuso a la marcha de Maradona y liderado por un soberbio Bernd Schuster el Barcelona celebró un título que se le resistía desde 1974 y que conquistó con una superioridad manifiesta, con cuatro jornadas de antelación. Ni la humillante eliminación en la Recopa de Europa a manos del modesto Metz francés (que convirtió el 2-4 de la ida en un insólito 1-4 en el Camp Nou) ensombreció la euforia alrededor de un equipo que en la temporada siguiente ya no respondió a lo esperado. Venables aconsejó a Núñez el traspaso de un Schuster de quien decía no se adaptaba a su idea pero la figura del mediocampista alemán era innegociable a ojos de la hinchada, que asistió impotente al paseo del Madrid en la Liga, con Hugo Sánchez convertido en máximo goleador, y se estrelló en una final trágica: la de la Copa de Europa de 1986 celebrada en Sevilla, frente al semidesconocido Steaua de Bucarest y con más de 50 mil aficionados del Barça en las gradas. Aquella derrota, en la tanda de penalties, abrió una grave crisis a todos los niveles que, de hecho, no se apagaría hasta la llegada de Johan Cruyff en el verano de 1988 y motivó, de entrada, que el club apartase, por deseo de Venables y orden del presidente, a Schuster, quien se pasó una temporada entera sin jugar mientras el prestigio del entrenador inglés entraba en barrena. Tras el Mundial de México apostó por los fichajes de Gary Lineker y Mark Hughes pero aquella temporada 1986-87 se cerró en falso, eliminado por el Dundee United escocés en la Copa de la UEFA, por el Osasuna a las primeras de cambio en la Copa del Rey y superado nuevamente por el Madrid en la Liga. La cuarta temporada de Venables en el banquillo del Barça no pasó de septiembre. Aunque ganó en la primera jornada, perdió las tres siguientes y tras la derrota en el Camp Nou frente al Valencia (0-1) del 20 de septiembre fue despedido y sustituido por Luis Aragonés, en un curso que acabaría siendo, casi, un desastre. Dos meses después de ser cesado en el club azulgrana tomó las riendas del Tottenham, del que se despidió en 1991 conquistando la FA Cup, derrotando en la final al Nottingham Forest, antes de hacerse cargo de la selección inglesa.
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