Con su segundo gol en partidos consecutivos, Vitor Roque se ganó la admiración, aunque su injusta expulsión hizo sufrir al Barcelona.
BARCELONA -- Vitor Roque fue el gran protagonista en Mendizorroza, pero sufrió en Vitoria una expulsión tan amarga como incomprensible después de una aparición, otra vez, estelar para evitar que el Barcelona sufriera por una victoria que certificó ante Alavés con un golazo. Se marchó Ilkay Gündogan lastimado y quejoso cuando se llegaba a la hora de partido y Vitor Roque ingresó en su lugar. Otra vez junto a Robert Lewandowski y apartado de la posición de 9 explícito, El brasileño le dio brío y verticalidad al ataque del Barcelona y apenas cuatro minutos después de entrar en el partido recibió un medido y suave centro raso del jovem Hector Fort que convirtió en el 1-3 gracias a un también suave pero soberbio remate cruzazdo, tan impensable como sorprendente. Un remate que, de alguna manera, recordó a aquellos del añorado Lionel Messi... Pero que dio paso casi de manera inmediata a la cruz para el bravo atacante brasileño. En el minuto 67 vio cartulina amarilla por, según el árbitro, sacar el codo ante Nahuel Tenaglia y cinco después fue expulsado por doble amonestación, según el mismo arbitro por dejar el pie al despeje por el suelo de Rafa Marín. La repetición de la jugada demostró el error, grave, de Juan Martínez Munuera en esa segunda amonestación por cuanto Roque, al ver la llegada del central local, apartó el pie para no impactar. Marín engañó al árbitro... Y el brasileño, incrédulo, se marchó a la caseta. Se entiende, obvio, que el Barça presentará alegaciones a esa cartulina amarilla y que, por lógica, se le retirará. GUNDOGAN
Ilkay Gündogan agradeció particularmente el invento de Xavi, avanzando a Andreas Christensen al puesto de mediocentro y avanzando de esta manera su posición en el campo. ¿El resultado? Estupenda asistencia a Lewandowski en el 0-1 y golazo, asistido por Pedri, en el 0-2. El alemán se marchó lastimado a la hora de partido pero después de recordar en cierta manera al futbolista vital que fue en el Manchester City. Sumando la novena asistencia de la temporada, que no es poco, y su cuarto gol, redondeó una actuación de mucho mérito, más aún siendo trascendente en los peores momentos del Barça, en la recta final de la primera parte. LEWANDOWSKI
Se le esperaba, ya con una pizca de desesperación, en el Barça a Lewandowski. El polaco se había quedado seco en LaLiga. Desde su gol al Girona el 10 de diciembre en Montjuïc (2-4) no había vuelto a marcar y sumaba ya 575 minutos en seis partidos cuando encaró el área esperando el pase necesario de Gundogan para lograr un gol excelente, levantando el balón ante la salida del portero. Esta era la peor racha liguera de Lewandowski desde que en la temporada 2010-11 enlazó, jugando en el Borussia Dortmund, diez partidos de Bundesliga sin ver puerta, aunque se quedó en 561 minutos puesto que su papel no era en ese primer curso jugando en Alemania tan indiscutible. Tres temporadas después, en la 2013-14, llegó a los 566 minutos sin gol en cinco jornadas... Pero nunca hasta este curso su sequía había llegado a tanto. ¿Su partido global? No pasó otra vez de discreto. Descolocado en ataque, apenas si combinó con sus compañeros, volviendo a pasar muy de puntillas por Mendizorroza... Pero, al menos, volvió a ver puerta.
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