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Manchester City salió airoso este sábado de una muy complicada visita a Bournemouth, ganó 1-0 y quedó a solamente un punto del líder de la Premier League, Liverpool. El inglés Phil Foden anotó el único tanto de un partido parejísimo y le dio el triunfo a los hombres de Pep Guardiola, que sufrió hasta el último instante el asedio de Bournemouth. El volante creativo aprovechó el rebote que dio el arquero brasileño Neto tras atajarle una pelota bárbara al noruego Erling Haaland y definió solo ante el arco vacío. Parecía que todo se encaminaba para los Citizens, que enseguida buscaron -como siempre- sacar ventaja del desconcierto rival ante el gol para aumentar rápido las diferencias. Pero Bournemouth es un equipo muy disciplinado en lo táctico, con una defensa muy sólida, que soportó bien el golpe anímico del gol de Foden. Haaland y compañía fueron con todo pero se encontraron con una pared defensiva. El local se concentró en ese tramo en soportar los embates, dejando de lado la posibilidad del contraataque. No obstante, con el pasar de los minutos se fue soltando. Y en el segundo tiempo se volvió norma. El City no resignó su esencia: continuó yendo al frente, aun sin claridad y complicado por las virtudes de contención del rival. Lo que cambió el panorama en la segunda parte fue que Bournemouth se le empezó a animar mucho más. Con el correr de los minutos, lo que había empezado tras el entretiempo como una tibia tendencia, se transformó en algo concreto. Por eso en la última media hora se acumularon las chances de gol del local y se incrementó el sufrimiento del City. A los 66, Ederson realizó una tapada que valió como un gol. Después de un corner pasado desde la derecha, el inglés Dominic Solanke le cabeceó a quemarropas y el brasileño, que había quedado involuntariamente dentro del arco, la rechazó con los puños, exactamente sobre la línea. El portugués Dango Ouattara tuvo el empate a los 84, tras una muy buena jugada individual en el sector izquierdo del área grande rival. Contó con la chance de ejecutar un remate franco pero cruzó demasiado el tiro. A los 90, el turco Enes Unal tuvo una chance inmejorable: recibió un centro bárbaro en soledad dentro del área chica. Buscó el palo izquierdo ante la desesperación de Ederson, que voló con todas sus fuerzas. La pelota salió apenas desviada. El City terminó pidiendo la hora pero se llevó tres puntos de oro.
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