Pizzi evitó el 'alcorconazo'

BARCELONA (Jordi Blanco/Corresponsal) -- Un churro de Víctor Álvarez y un golazo de Pizzi, separados por solo dos minutos y en la recta final de un partido sin orden ni control, evitaron que el Alcorcón diera el golpe en Barcelona y eliminase a un Español que estuvo KO durante 84 minutos y cuyo desastre llegó a provocar las protestas de los pocos aficionados que acudieron al estadio.

Un día después de que el Racing de Santander diera la gran campanada en Almería, el equipo de Miguel Álvarez mereció tener mejor suerte en Barcelona, desnudando a un Espanyol tan falto de ideas como huérfano de ritmo y al que solamente salvó la providencia.

Dirigidos por Alfredo Tena aunque se supone que bajo las decisiones del sancionado Javier Aguirre, los jugadores blanquiazules completaron dos tercios de partido horroroso. Si reaccionaron con prestancia al temprano gol de Óscar Plano a través de las dianas de Simao y Sergio García (éste transformando un claro penalti cometido sobre el portugués), con el 2-1 la intensidad cayó en picado y el Alcorcón acarició con más tranquilidad de la supuesta la campanada.

La locura, cuando los pitos ya eran generalizados entre los pocos hinchas presentes en el estadio, se desató en la recta final. A los 80 minutos Javito (futbolista formado en la cantera del Barça) logró el 2-2 que certificaba el 'alcorconazo' y provocaba la estampida de muchos hinchas indignados con el desastroso juego de su equipo.

La eliminación se consumaba sin remedio, con el Espanyol atacando sin ton ni son, Tena hundido en la banda y Aguirre con la mirada perdida cuando, a los 84 minutos Víctor Álvarez devolvió la esperanza al rematar de manera poco ortodoxa, por raso y ajustado al palo, una pelota perdida en el área.

El 3-2 congeló el ímpetu del Alcorcón y provocó una reacción rabiosa en el equipo blanquiazul, que se fue con todo, pero sin casi tiempo, en busca del gol definitivo. Y este llegó apenas dos minutos después, en el 86, cuando Pizzi, sustituto de Simao, agarró un balón en el vértice del área y lanzó un disparo de rosca que se coló con maestría en la meta de Dani Giménez.

Dos portugueses, Simao y Pizzi, salvaron los muebles en una noche de pesadilla. El primero abrió el marcador y provocó el penalti del 2-1 y el segundo evitó el ridículo con un golazo que evitó que el ridículo se apoderase de un Espanyol que sacó su billete para los cuartos de final de la manera menos esperada-