¡Atlético Madrid ganó la Liga!

BARCELONA (Jordi Blanco/Corresponsal) -- Lo hizo. Lo consiguió. El último día y en terreno enemigo. El Atlético de Madrid le ganó la Liga en el Camp Nou con grandeza y demostrando que el mejor Barcelona es historia. Y que el futuro precisará tantos cambios en su seno como la felicidad se dibujó en el universo colchonero.

Entre la impaciencia y la impotencia al FC Barcelona se le escapó esta Liga entre las manos. Atolondrado en el juego y alejado de su personalidad, el equipo de Martino se estrelló frente a un épico Atlético de Madrid, que sobrevivió a las lesiones de Diego Costa y Arda Turan con un ánimo encomiable y se llevó un merecido título del Camp Nou.

Simeone tenía un plan y cuando la fatalidad le golpeó anduvo ágil para cambiar el destino. Mantener a Messi alejado del área era una de las claves sobre las que cimentó el entrenador colchonero la suerte de la Liga y sus hombres supieron cumplir a rajatabla las órdenes, favorecidos además por la poca claridad de ideas de un Barça que funcionó a golpes de genio pero sin ninguna continuidad.

Así se explicaría el gol de Alexis, golazo en un obús sideral e imparable, que sorprendió a Courtois y al Camp Nou en pleno cuando superada la primera media hora de partido el ánimo de la hinchada culé empezaba a mezclarse con los nervios y desconfianza. Le llegó el balón al pecho de Messi y el argentino, con el corazón, lo cedió para que lo empalmase con furia su compañero. Apenas dos disparos entre palos había necesitado el Barça para abrazar el sueño.

Pero ausente Xavi del once, la pausa en el futbol azulgrana brilló por su ausencia. El Atlético acusó el golpe pero el equipo de Martino no fue a rematarlo y debió pensar que la renta le bastaba. Y llegó con ella poco menos que de casualidad al descanso por cuanto el cierre de la primera parte fue una sucesión de balones al área de pinto que pusieron de los nervios a la hinchada local.

Lo más curioso, con todo, fue observar la tímida salida azulgrana al terreno de juego en la continuación. Dormido o descentrado, le regaló el balón al Atlético y si al primer minuto avisó Villa con un disparo raso al palo, a los cinco, en un tiro de esquina, Godín se elevó al cielo de Barcelona para, imponente, estampar el balón en la red de Pinto con un cabezazo al que nadie se opuso.

Alucinado, al Barça se le venía encima a partir de ahí una misión de locos. Y suerte tuvo de sobrevivir en los siguientes instantes, cuando groggy asistió poco menos que a una clase maestra colchonera, presionante en la salida de balón y más cerca de marcar el 1-2 que de encajar el 2-1.

Firme en su dibujo, el Atlético, sin embargo, se vio obligado a dar un paso atrás ante el brío que Iniesta y Cesc quisieron dar al Barça. Primero entró Neymar y después, ya en la recta final, Xavi con la intención de devolver la lógica al futbol y en un último intento conquistar la gloria a través de la personalidad íntima del Barça que todos conocimos.

Una falta de Messi a la barrera fue, sin embargo, lo más cerca que estuvo el ex campeón de derribar el muro de Simeone, un grupo que crecido en el ánimo entendió que la misión que se podía entender imposible cuando vio los lloros de Costa y Arda era ya más que posible.

El Camp Nou en pleno empujó a los suyos hacia lo que ya se comprendía un milagro. La firmeza defensiva atlética alcanzaba cotas heroicas sin necesidad de sufrimiento porque el Barça daba ya la impresión de estar sin gasolina. Fiando el título a un milagro, la pasión se fue apagando en un ataque de nervios colectivo, con Piqué de delantero centro y el equipo de Martino atacando de cualquier manera. Vulgar. Simplemente.

Y el Atlético de Madrid, con un esfuerzo sobrehumano, abrazó la gloria en el Camp Nou. Después de 18 años, el universo colchonero vivió su mayor momento de gloria, en una tarde para la leyenda en que le arrebató el título, cara a cara, a un campeón que cayó con la cabeza alta... Pero sin futbol.

Le ayudaron a nadar hasta la orilla y en la orilla se ahogó. Sin excusa ninguna. Con Pinto, desesperado subiendo a rematar el último córner y el Barça enseñando que el pasado glorioso es eso: pasado. Gloria al campeón. Gloria al Atleti.