Bastó con un toque de su magia

BUENOS AIRES (DyN) -- Cuando todo parecía indicar que iba a terminar cero a cero, el estelar Sergio Agüero se iluminó y con dos goles suyos Independiente superó el sábado por la noche a Vélez Sarsfield en el Estadio José Amalfitani.

Agüero fue el único goleador de la noche y sus aciertos desnivelaron este adelanto de la decimocuarta fecha del Clausura a los 36 y a los 41.

Vélez tuvo una noche negra, porque salieron afectados por problemas musculares los delanteros Lucas Castromán y Rolando Zárate y fue expulsado el defensor Fabián Cubero.

Esta caída doméstica para los dirigidos por Miguel Angel Russo seguramente terminará de volcarlos hacia la Copa Libertadores de América, el gran objetivo que les queda para la primera parte de 2006.

En cambio, a Independiente estos tres puntos lo potencian en su lucha por clasificarse para las próximas copas internacionales y dio un paso clave para escaparle definitivamente a la tan odiosa promoción.

El partido comenzó con ambos equipos buscando a sus jugadores más habilidosos, Leandro Gracián y Agüero como principales cartas ofensivas.

El trámite del encuentro era intenso, pero con muchas imprecisiones y fue justamente el joven delantero de Independiente quien mostró algo distinto cuando a los 7 minutos recibió un pase excelente de Martín Fabro, le ganó en la carrera a Mariano Uglessich y definió apenas desviado por encima del capitán Gastón Sessa.

A los 14, Vélez respondió por intermedio de Castromán, quien remató débil y le permitió al capitán Oscar Ustari controlar el balón sin sobresaltos.

Un minuto más tarde, Sergio Sena disparó desde lejos y la pelota dio en el travesaño. Fue lo más claro de Vélez en el primer período.

El tiempo continuó sin que ninguno de los dos lograra imponerse en forma neta en el juego sobre el otro, aunque Vélez se mostró como el más peligroso gracias a que Castromán y Rolando Zárate sacaron a la luz algunas falencias en el fondo de Independiente.

Hacia los 30, aquella intención inicial de buscar a Gracián y Agüero se esfumó y ambos jugadores tomaron entonces un papel secundario en las acciones.

Ante esta situación, el cotejo se tornó lento, previsible y con carencia de ideas por ambos lados.

Vélez tuvo que reemplazar en esa primera parte a Castromán y el Roly Zárate por sendos problemas musculares y los futbolistas que los reemplazaron, Claudio Enría y Emmanuel Fernandes Francou, no consiguieron mantener el rendimiento que habían mostrado en algunos pasajes los titulares.

La segunda mitad comenzó con una aproximación de Independiente, a los 3 minutos, cuando Eduardo Domínguez se perdió la apertura del marcador al cabecear desviado, solo en el área chica.

Sin embargo, luego de esta insinuación del equipo de Julio Falcioni, el compromiso volvió a parecerse al del primer tiempo, es decir, aspero y muy luchado en la mitad de la cancha.

A los 11, Independiente dispuso de otra chance para anotar el primer gol de la noche, cuando Cubero falló increíblemente en posición defensiva y Fabro, mano a mano con Sessa, definió débil y al cuerpo del arquero.

A partir de ese momento el partido tuvo una matiz más emotivo, no tanto por virtudes propias de cada equipo, sino por errores en ambos bandos.

Luego, a los 23, llegó la expulsión de Cubero por reiteración de faltas y doble amonestación e Independiente supo hacer valer el jugador de más.

El juego siguió con ambos equipos intentando con más ganas que fútbol y de esa manera prosiguió hasta que, a los 36, Agüero se iluminó y, tras dejar atrás a un par de defensores locales, resolvió con mucha calidad a la izquierda de Sessa para poner a Independiente arriba en el marcador.

Vélez no reaccionó y el Kun tuvo la oportunidad para liquidar el partido, la que aprovechó cuando le quedó un balón servido en la medialuna y estiró la ventaja hasta tornarla inalcanzable.