Quilmes le ganó a un tibio Racing y tomó aire

BUENOS AIRES -- Quilmes quedó en la noche de este viernes a un paso de asegurarse la permanencia en la Primera División de la AFA al ganarle 1-0 a un Racing Club de juego tibio y horizontal.

En el Estadio Centenario y en el marco de un adelanto de la decimosexta fecha del Torneo Final, el gol aliviador para los Cerveceros lo aportó una vez más el uruguayo Martín Cauteruccio, a los 8 minutos del período inicial.

En la escena que derivó en la conquista de la red ajena, el artillero uruguayo disparó rasante y a la derecha del capitán Sebastián Saja, todo como producto de la presión que impuso Cristian Menéndez en la salida de los académicos.

Con este resultado Quilmes en la tabla de los promedios pasó la línea de Argentinos Juniors, otro de los amenazados, y ambos se hallan por encima de dos de los clubes que, de momento, están descendiendo, que son Independiente y San Martín de San Juan. El que ya no tiene remedio es Unión de Santa Fe, condenado a militar la próxima temporada en la Primera B Nacional.

Por su parte, el equipo de Luis Zubeldía, al caer ante los quilmeños, todavía deberá esperar para alcanzar el boleto que le permita participar en la Copa Sudamericana 2013.

En el primer tiempo, Racing fue sumamente pasivo. Se trató de un equipo que de hecho regaló el primer gol porque, a los 9 minutos, Menéndez le quitó la pelota a Iván Pillud y se la dio a Cauteruccio, quien desde la puerta del área clavó el 1-0 en un rincón inferior.

Se vio un primer tiempo muy pobre, en el que hubo una diferencia de actitud entre un conjunto y el otro.

El local dio la impresión de que se jugaba la vida, como si estuviera definiendo directamente este viernes la continuidad en la división más trascendente del fútbol argentino. En cambio, a Racing se lo notó tibio por demás, adoptando desde el comienzo una actitud pasiva que no cambió ni después de la apertura del tanteador.

En el elenco albiceleste fue el mediocampista creativo Adrián Centurión quien cumplió el rol de referente del ataque, pero en conjunto los de Avellaneda carecieron de la claridad y la penetración para comprometer la portería de Emanuel Trípodi.

Por eso estuvo más cerca de volver a convertir Quilmes, que recurrió a un planteo lineal, buscando el desborde, el centro y el tiro desde afuera del área como variantes para tratar de vulnerar a Saja, todo como complemento de la presión que ejerció en todo el primer capítulo.

Cuando la Academia dispuso del balón fue demasiado lateral y a sus intentos les falto temperatura, hasta en los intentos individuales.

Bruno Zuculini y Agustín Pelletieri se desempeñaron como dupla de volantes centrales y más adelante de ellos se ubicaron Diego Villar, Luis Fariña y Rodrigo De Paul, pero esa fórmula no sirvió para abastecer a Centurión.

No se modificó mucho el panorama en el principio del segundo segmento. Es más, Cauturuccio tuvo su chance para aumentar la diferencia a los 12 minutos, dado que se escapó por derecha y remató desviado, aunque cerca de un poste.

Eso sí, el visitante tuvo una reacción interesante con el ingreso de Javier Cámpora por Villar a los 19 y el ex Huracán generó poco después una acción de gran peligro, porque ingresó al área, eludió oponentes y fusiló a Trípodi, pero el arquero primero tapó y cuando Zuculini fue a capitalizar el rebote también lo frustró con una respuesta sobresaliente.

Fue así que Quilmes superó ese mal momento respaldándose en esa doble intervención de su guardavalla.

A partir de entonces, resignó la pesesión del esférico, se cuidó y se dedicó a proteger la ventaja.

Por su parte, Racing avanzó, pero no terminó de decidirse a lanzarse a pleno en procura del empate.

En definitiva, Quilmes prevaleció con poco fútbol, pero mucho esfuerzo. Y la salvación parece haber quedado al alcance de la mano.

Cuando terminó el partido se observó una escena inusual: todo el público, tanto el del anfitrión como el académico, cantó a coro "el que no salta se va a la B", en clara alusión a Independiente.

Es que el Rojo es uno de los adversarios directos del Cervecero en la tabla de los porcentuales y, el archirrival histórico de los Académicos.

En el último acto antes de la marcha de los futbolistas hacia los vestuarios, el público dueño de casa aplaudio a los jugadores de Zubeldía, como si se tratara de amigos de toda la vida.