Brasil y Chile empataron en un amistoso y el local se fue abucheado

RIO DE JANEIRO (EFE) -- Una buena selección chilena, guerrera y competitiva, empató 2-2 contra un Brasil gris, que salió de este amistoso fuertemente abucheado en la ciudad de Belo Horizonte.

Marcos González (m.7) adelantó a Chile de cabeza, Brasil dio la vuelta con un córner anotado por Rever (m.24) y Neymar (m.54), que coronó la mejor jugada colectiva de la "canarinha", y Eduardo Vargas (m.63) estableció el empate definitivo con un gran disparo desde fuera del área.

Chile ejerció un marcaje eficiente y supo controlar en todo momento a un Brasil adormecido, que jugó demasiado alborotado, perdió muchos balones en el centro del campo y careció de ganas e ideas para buscar la victoria.

La exigente y justa afición brasileña abucheó a su equipo a lo largo de todo el partido y premió a los chilenos con gritos de "olé" en la etapa final.

La "Roja" se adelantó en una jugada a balón parado, en un centro al área desde muy lejos que, aprovechando el desbarajuste de la defensa brasileña, cabeceó a gol Marcos González cuando se cumplían apenas siete minutos de juego.

Ese tanto era todo un síntoma de la falta de ritmo y de compenetración de la selección brasileña, que apenas tuvo tiempo para entrenarse antes de este amistoso y no era capaz de mantener el orden en ninguna línea.

Chile, mucho más concentrado, supo aprovechar los errores rivales para generar ocasiones de gran peligro, en especial en un mano a mano de Eugenio Mena ante el arquero Diego Cavalieri, quien evitó esta ocasión de gol cantada con una salida competente.

Avanzando a trompicones, Brasil descubrió que las bandas eran el mejor camino hacia la portería chilena, sobre todo por el lado izquierdo, donde Neymar tiró de velocidad para incomodar a la zaga rival.

El empate del equipo de Luiz Felipe Scolari llegó en un saque de esquina sacado por Neymar y que Rever remató con un salto soberbio y un cabezazo picado.

A partir del gol, Brasil se enchufó un poco más y avanzó unos metros más en campo contrario, aunque solo en unas muy contadas ocasiones logró incomodar al equipo visitante.

Tan solo una brillante triangulación entre Ronaldinho, Jadson y Alexandre Pato, que acababa de entrar en la cancha, logró romper la hasta entonces firme zaga chilena y le permitió a Neymar quedarse totalmente solo ante la línea de gol.

Esa jugada de gran nivel técnico fue un espejismo aislado dentro del juego por lo general plano de la selección brasileña, que después no volvió a incomodar a la "Roja".

La respuesta de Chile llegó pocos minutos después en un proverbial zapatazo desde fuera del área de Eduardo Vargas inalcanzable para el arquero Cavalieri.

En los minutos finales parecía Chile con más ganas de jugar, de atacar y de buscar la victoria, lo que recibió el regalo de la afición de Belo Horizonte, que cantó "olé" con los pases de los rivales y castigó a los suyos con abucheos.

Este amistoso se jugó en el estadio Mineirão, de Belo Horizonte, una de las sedes del Mundial 2014, ante 53.000 espectadores.