Atlas escala al subliderato tras vencer por la mínima a Chivas

GUADALAJARA (Omar Fares / ESPN.com.mx) -- El Clásico Tapatío está señalado como el más antiguo del futbol mexicano, y desde su primera edición a principios del Siglo XX en 1916, ha estado marcado por diferentes circunstancias, personajes, y escenarios.

Esta tarde en el Estadio Omnilife, Chivas no llegaba como el gran favorito por la crisis futbolística que derivó en la renuncia de Carlos Bustos el jueves pasado al caer ante el Toluca. Pero, hoy contra el Atlas, su timonel interino, Ramón Morales había tratado de trasmitir pasión para revivir a un moribundo.

Sin duda el discurso emotivo y la línea dura que mostró más en la práctica del sábado en Verde Valle surtieron un efecto positivo.

En Atlas, un estratega tan veterano como Tomás Boy tenía claro tal factor y sabía cómo plantear el partido para frenar el vendaval que tendría encima por el cambio de estado anímico.

El Guadalajara dominó ampliamente los primeros 20 minutos, pero Atlas con toda la intención consintió a un rival que estaba ansioso por sacudirse la presión de no sumar y no ganar.

Los ajustes realizados por Ramón Morales en la alineación funcionaron en el cambio de actitud, para crear más peligro en su contrincante rojinegro al que asfixiaba pero al que no sabía rematar.

Sergio Nápoles llegaba poco, y Ángel Reyna simplemente no conectaba con Omar Bravo y Carlos Fierro.

Así, al minuto 23, Atlas enfrió todo ese ímpetu que mostraba el Guadalajara. Alfonso González cobró tiro de esquina y Enrique Pérez ante la complacencia de la defensa rojiblanca, colocó con un remate de cabeza el 1-0 que hizo explotar las tribunas del Estadio Omnilife, y enmudeció a miles de aficionados del Rebaño.

Posteriormente, Chivas se enredaría en los laberintos de sus pasiones para caer en las provocaciones y olvidar el juego.

Para la segunda parte, el Guadalajara de Morales apeló al esfuerzo, pero sin un argumento que le generara inquietud al Atlas que esperaba en calma para un contragolpe.

Morales metió gente de ataque como Zaldívar, Giovani Hernández y hasta a Aldo de Nigris, en un intento de rebelión ante un Atlas que estuvo más cercano a anotar el segundo al aprovechar los espacios con llegadas gambeteras de Castillo, y fugas veloces de Caballero y González, pero que encontraron en Antonio Rodríguez una recia muralla.

Chivas cambió en actitud, pero no en el resultado, y su situación se agrava a cada partido que no suma más allá de los golpes de timón en la banca y a nivel directivo.