Barcelona ganó, sin brillo y con suplentes, al APOEL de Chipre

BARCELONA (Jordi Blanco | Corresponsal).-

El Barcelona inició su camino en la Champions cumpliendo con el objetivo de sumar los tres puntos, pero se apartó del ilusionante inicio de temporada y con un equipo en el que solamente Messi y Munir repitieron respecto al que se enfrentó de salida al Athletic, ganó en un partido para olvidar. De hecho Ter Stegen, en tiempo añadido, salvó la victoria con una excelente parada.

Gerard Piqué, señalado por el entorno y que en la previa mostró ante los medios un aspecto muy alejado de su habitual alegría, fue quien rompió la muralla chipriota rozándose la media hora del encuentro, con un remate de cabeza a una falta servida con maestría por Leo Messi, quien buscó por activa y por pasiva tanto la combinación con Neymar y Munir como la portería de su viejo compañero Urko Pardo, pero la suerte le fue esquiva.

Tan esquiva como al resto del equipo azulgrana, en el que destacó el debut de Ter Stegen en la portería y del joven Sergi Samper en la posición de mediocentro, ocupando el puesto de un Busquets que ni fue convocado. De hecho, el rosario de cambios que decidió introducir en el once Luis Enrique puso en el plano a muchos futbolistas prácticamente inéditos en el comienzo de temporada. Y el resultado no fue lo brillante que pudiera esperarse.

El APOEL se mostró como un rival menos cómodo de lo que pudiera imaginarse. El equipo chipriota planteó una defensa férrea de hasta cinco hombres y mantuvo en punta a Sheridan, con el apoyo, cuando era posible, de rápidas contras que sin poner en peligro evidente a Ter Stegen sí provocaron algún susto en la grada.

Atrapado en una tela de araña, el juego del Barça, rápido y vertical de entrada, fue perdiendo frescura a medida que avanzaban los minutos, con los jugadores de Luis Enrique combinando pesadamente el balón a la espera de encontrar un hueco por el que se colasen Neymar, Munir o Messi.

Una falta directa del argentino que rechazó el meta visitante y un par de combinaciones que estuvieron cerca de concretarse en gol fueron los hechos más destacados de una primera parte que ya acabó con una clara sensación de tedio en las gradas. Algo que se repitió en la segunda mitad.

Lejos de perder la paciencia, el APOEL mantuvo su defensa de cinco y hasta seis hombres con el objetivo de ir pasando los minutos con esa mínima desventaja que le diera la ocasión de dar un golpe de efecto a través de alguna jugada concreta.

Iniesta, que entró por Xavi a la hora de partido, y Sandro, que lo hizo poco después por Munir, recuperaron el ánimo en el juego azulgrana, que encerró al rival en su área y que pudo hasta en tres ocasiones aumentar la renta, pero la fortuna tampoco quiso acompañar.

Cuando el encuentro se encaminaba al final, Urko salvó una ocasión de oro a disparo de Sandro y Mário Sergio evitó que el remate a bocajarro de Messi se convirtiera en el 2-0. Inmediatamente después, en la contra del APOEL, Ter Stegen evidenció estar totalmente preparado para luchar por la titularidad con Claudio Bravo, con un vuelo excepcional que evitó el sorprendente empate.

Ganó el Barça y es líder gracias al empate entre Ajax y PSG, pero, desde luego, su estreno en la Champions de esta temporada no quedará, para nada, en el recuerdo.