Fútbol Americano
Jeff Carlisle 36d

Estados Unidos y su suerte, pero no puede confiarse ante México

Si el equipo de las 'Barras y las estrellas' repite una actuación ante México como ante Jamaica, la puede costar el título de la Concacaf Nations League.


ARLINGTON, Texas - ¿Podría una victoria marcar la peor actuación de la era Gregg Berhalter en la selección masculina de Estados Unidos? El triunfo 3-1 sobre Jamaica en semifinales de la CONCACAF Nations League es buen ejemplo de ello. Sin duda, fue la más afortunada.

Algunos se esforzaron en encontrar aspectos positivos en un encuentro que, cuando se analizan las estadísticas, tiene la apariencia de una épica remontada gracias a un gol que igualó el marcador en tiempo de reposición y par de tantos de Haji Wright en la prórroga, ambos producto de las asistencias de Gio Reyna, que también entró a la cancha en condición de suplente.

“No siempre tienes tu mejor juego, pero los campeones consiguen la forma de hacer las cosas y ganar”, expresó Berhalter. “Y eso es lo que creo que nos llevamos”.

Ciertamente, los estadounidenses mostraron cierto espíritu de lucha, la marca característica de este equipo por largo tiempo, para hacerse con la victoria. Pero si analizamos más exhaustivamente, se revela que no hay forma de sacarle brillo por más que se intente.

En cuanto a talento, Estados Unidos tiene una ventaja clara. Sí, los recientes encuentros con los Reggae Boyz han sido reñidos: Jamaica es una selección organizada y con férrea defensiva. Y a pesar de que se han producido algunos resultados humillantes durante la era Berhalter, incluyendo la derrota 2-1 ante Trinidad y Tobago en noviembre pasado, ésta es una prueba que los norteamericanos debieron haber superado sin mayor dificultad.

Por el contrario, Estados Unidos pasó los primeros 95 minutos (tiempo de reposición incluido) buscando el partido gracias al gol de Greg Leigh, convertido a 31 segundos del pitazo inicial, cuando toda la defensiva de Estados Unidos cayó dormida. Jamaica, como le corresponde, procedió a replegarse con una formación táctica 5-4-1 que muchas veces parecía ser un 5-5-0. Funcionó en gran parte de la noche. Los estadounidenses apenas dieron muestras de tener la inventiva necesaria para desequilibrar a los Reggae Boyz. Reyna aportó su chispa desde el banquillo, pero se acercaba una humillante derrota.

Luego, faltando literalmente segundos en tiempo de reposición del segundo tiempo, se produjo un gol que provocó una clase distinta de “locura de marzo”. Berhalter lo calificó de “milagroso”. Christian Pulisic hizo un tiro de esquina, Miles Robinson hizo un ligero cabezazo y eso bastó para despistar al delantero jamaiquino Corey Burke, que envió un potente cabezazo a su propio arco. Estados Unidos no sólo abandonó el lecho de muerte, sino que empezó a correr como si gozara de plena salud y se hizo con el control absoluto del partido en la prórroga para sellar su pase a la final del domingo contra México.

Entonces, ¿hasta qué punto tuvo suerte Estados Unidos?

Según los datos de ESPN Stats & Information, los estadounidenses llevaban 30 años sin beneficiarse de un autogol del rival en tiempo de reposición para empatar o tomar ventaja. A los 95 minutos y 24 segundos, el tanto fue el más tardío en tiempo reglamentario durante la era Berhalter y fue el último convertido en tiempo reglamentario desde que Ricardo Clark lo hiciera en el séptimo minuto de la reposición contra Venezuela en un amistoso disputado el 21 de enero de 2012.

La suerte no se acabó allí. Jamaica tuvo una oportunidad gloriosa en el segundo tiempo para sellar la victoria cuando Renaldo Cephas se escapó en una clara carrera en el minuto 62, pero disparó tímidamente ante el portero Matt Turner.

En cuanto a Wright, su momento estuvo a punto de no llegar. El domingo pasado, luego de primero quedar fuera de la convocatoria estadounidense, Wright estaba en el aeropuerto con su novia y familiares, preparándose para viajar a Dubai de vacaciones. Sin embargo, recibió una llamada de Berhalter para informarle que sería incluido a última hora tras la lesión de Josh Sargent. Berhalter le dio a Wright unos minutos para contarle a su familia. Cuando Wright le llamó de vuelta, le dijo a Berhalter: “Me apunto”.

Wright añadió: “Me [sorprendió] un poco, pero soy futbolista profesional. Este es mi trabajo y por eso, me emocioné de inmediato cuando me llamó para informarme. La verdad, solo quería entrar y ayudar al equipo”.

Y así lo hizo, aportando el empuje ofensivo que el equipo ansiaba, a pesar de que la mayoría de sus parientes no sabían lo que había hecho debido a la diferencia horaria. Wright expresó: “Mi mamá me envió un mensaje de texto, pero no creo que nadie más esté despierto”. Wright es el primer jugador en la historia de la selección estadounidense en convertir varios goles como suplente en un partido de eliminación directa.

A pesar de las hazañas de Wright y Reyna, esta victoria no es para celebrarla, sino para recordarla como una moraleja. Fue un escape fortuito y no tan maravilloso. ¿Es Berhalter el responsable? Por supuesto, pero también lo son los jugadores. Simplemente, no hay excusa para la falla defensiva que metió a Estados Unidos en un atolladero tan temprano. Y los estadounidenses siguen teniendo problemas en el ataque, especialmente contra equipos que tienden a amarrar su juego como Jamaica. Berhalter lo atribuyó a su inhabilidad para encontrar y aprovechar espacios por las bandas.

“A mi criterio, se trata de la velocidad de movimiento del balón, de las combinaciones, sobre todo por las bandas para llegar por detrás y hacer daño a la defensa”, expresó el seleccionador. “Y no lo hicimos lo suficiente. Cuando lo hicimos, creamos ocasiones de gol. Creo que los goles esperados fueron 2,6 o algo así. Entonces tuvimos muchos, pero… no creo que fuera lo bastante consistente”.

A riesgo de ser repetitivo, poner a jugar a Reyna como titular habría ayudado en este sentido. La preferencia de Berhalter de dar minutos a los jugadores que han acumulado tiempo de juego con sus respectivos clubes es comprensible. Y si tomamos en cuenta la falta de minutos de Reyna con el Nottingham Forest, no fue una sorpresa verlo fuera del XI titular con Malik Tillman recibiendo la titularidad. Pero en el caso de Reyna, es hora de que Berhalter haga una excepción. La creatividad de Reyna hace una diferencia notable cuando éste entra a la cancha y el encuentro del jueves no fue distinto. El ritmo del ataque estadounidense se acelera un poco y Reyna aporta cierto aire de imprevisibilidad. Estados Unidos es simplemente mejor con él en el césped.

Si Reyna puede mantener su nivel durante 90 minutos es una buena pregunta. Fue inteligente al negarse a cuestionar a Berhalter después del partido, limitándose a afirmar que estaba “listo para hacer lo que el equipo necesite este domingo”. Pero tiene sentido ponerle a jugar de cualquier forma que sirva para maximizar sus minutos. Las estadísticas lo sustentan: desde el primer partido de Berhalter en su regreso como seleccionador de Estados Unidos en septiembre pasado, Reyna ha hecho la mayor cantidad de contribuciones de gol (tres tantos y dos asistencias en cinco encuentros) entre los jugadores del combinado.

Se requiere que Estados Unidos muestre mayor agudeza mental. Si Jamaica es lo suficientemente buena como para aprovechar un comienzo tan lento de Estados Unidos, imagínense lo que puede hacer una México revitalizada después de su triunfo 3-0 ante Panamá en la otra semifinal de la noche.

“No celebramos después del partido”, afirma Tyler Adams, que tuvo un regreso exitoso al seleccionado estadounidense con 37 minutos de participación. “De hecho, nos sentimos un poco decepcionados porque casi parece una derrota, porque sabemos que podemos hacerlo mucho mejor y podemos definir ese partido en los primeros 90 minutos. Nos faltó esa ventaja competitiva desde el primer minuto”.

La buena noticia es que México no se va a replegar como lo hizo Jamaica, lo que ayudará a mostrar un partido más abierto. Eso será mejor para las destrezas de Estados Unidos y quizás le ayude a sacudirse una actuación mediocre.

Estados Unidos debe remontar. No puede volver a confiar en su buena suerte.

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