Uruguay vivirá un viernes especial. En plena semana de Turismo, el día que los cristianos celebran su tradicional Viernes Santo, los futboleros estarán pendientes de la máxima fiesta del fútbol local: el clásico que protagonizarán Peñarol y Nacional en el Campeón del Siglo.
Aurinegros y tricolores llegan al partido de la sexta fecha del Torneo Apertura con realidades distintas. Peñarol jugará con la tranquilidad que le genera ocupar el primer lugar de la tabla de posiciones. Nacional, en cambio, arriba con la necesidad de tener que ganar para no perder el tren del Apertura.
Y como en todo partido de estas características, se plantean duelos y claves que ESPN repasa en esta nota.
Velocidad contra potencia
El Peñarol de Diego Aguirre apela a la velocidad como una de sus armas fundamentales para generar el desequilibrio ofensivo. Utiliza constantemente las bandas y tiene hombres rápidos para lastimar a sus rivales. Juega con extremos y doble 5.
En Nacional, en cambio, se anuncia que se apelará a la potencia física de Gonzalo Carneiro y Ruben Bentancourt jugando con doble 9. El tricolor juega sin extremos y centraliza más el juego con volantes como Sanabria, Ginella, Pereyra y Recoba.
¿Quién controla a Leo Fernández?
El volante de Peñarol, Leonardo Fernández, es una de las claves del partido. Pasa por un gran momento y dependiendo de su posición se generará uno de los duelos del clásico. ¿Qué volante de Nacional lo toma como referencia? ¿Lucas Sanabria o Francisco Ginella? El pequeño jugador aurinegro venía actuando como doble 5, pero en el último partido jugó unos metros más arriba. La libertad de movimientos que le otorga Diego Aguirre, lo torna un jugador peligroso.
¿Quién controla a Mauricio Pereyra?
A nadie escapa la importancia de Mauricio Pereyra en la construcción del juego de Nacional. El volante tricolor tiene la ductilidad de jugar de doble 5 o unos metros más arriba. Es el conductor del equipo y habrá qué ver cómo resuelve su control el técnico de Peñarol, Diego Aguirre, teniendo en cuenta que el único volante de marca que viene utilizando es Damián García. Una opción es que los jugadores que pone Aguirre por banda tomen como referencia la marca de Pereyra.
Polenta vs Sequeira
El capitán de Nacional, Diego Polenta, tendrá la dura misión de controlar a Leonardo Sequeira. El delantero aurinegro se transformó en una de las principales armas de gol del equipo. Tiene potencia, velocidad, y un detalle que llevará a Polenta a estar muy atento: su juego aéreo. Sequeira va bien arriba y es peligroso cuando ataca la pelota y anticipa.
Los laterales
Por las bandas se va a generar otro duelo. Peñarol tiene más tendencia a ocupar el ancho de cancha. Nacional centraliza más el juego y, al margen de sus laterales, no tiene muchos hombres que vayan por las bandas.
Los aurinegros juegan con Javier Cabrera y Eduardo Darias o Diego Sosa como extremos bien abiertos. Allí se producirá un duelo con los laterales de Nacional.
Por su parte los tricolores, apelan a las subidas de Gabriel Báez y Leandro Lozano como arma ofensiva. El tema es que tendrán que cuidar su espalda teniendo en cuenta la forma en que juega Peñarol.
Silvera vs Izquierdo
Otro duelo que puede tener el partido clásico pasará por el control de Maximiliano Silvera. El delantero de Peñarol tiene la tendencia a bajar unos metros para conectar con los volantes y de ese modo estar en la zona de gestación del juego. Allí se produce la interrogante de saber si el zaguero tricolor, Juan Izquierdo, lo sigue o lo libera porque el juego de Silvera genera espacios para el resto de sus compañeros.
Pelota quieta
Las acciones de pelota quieta serán una de las claves del partido clásico. En Nacional, de acuerdo a lo que dijeron los propios jugadores, Recoba ya dio la orden de no cometer faltas en las cercanías del área. ¿Motivos? La pegada del volante aurinegro Leo Fernández. El jugador de Peñarol destrabó varios partidos apelando a su pegada.
Nacional también dispone de elementos para lastimar a su rival en acciones de balón detenido. Carneiro, Bentancourt, Izquierdo, Polenta y Antoni -si juega- son difíciles de controlar en las acciones de pelota quieta.
