Golf
Alejo Iriart 15d

Tiger Woods se dio el gusto de completar el Masters de Augusta, ¿habrá sido el último?

Ataviado con su clásico uniforme de cuarta ronda: remera roja, pantalón negro y gorrita negra. Así apareció Tiger Woods en el tee del hoyo 1 en la cuarta ronda de la 88ª edición del Masters de Augusta. Los nostálgicos que atesoran aquellas inolvidables tardes del, para muchos, mejor golfista de la historia, habrán hecho fuerza para evitar alguna lágrima. Así vestido, el estadounidense consiguió triunfos mágicos, cinco de ellos justamente en Augusta, primer Major de la temporada. Esta vez, sabía que no tenía ninguna chance de volver a ponerse el saco verde, pero eso no evitó que fuera el más seguido del público en los que salieron al campo por la mañana. Muchos madrugaron más de la cuenta para estar tempranito y ver, quién sabe, tal vez la última salida de Tiger en Augusta.

Sus números, malos, sí, pero a quién le importa. Probablemente a él, porque su espíritu combativo y competitivo hacen que siempre quiera luchar por lo más alto. Si en la previa habló de la posibilidad de llegar a su sexto Masters e igualar a Jack Nicklaus. Pero no hubo caso. La vuelta final fue de 77 golpes, para terminar el torneo con 16 sobre el par en el puesto 60, último entre los que superaron el corte. El sábado, el exnúmero 1 del mundo había firmado una tarjeta de 82, su peor ronda de Augusta. Sin embargo, en medio de todo eso, marcó un récord. Porque Tiger es Tiger: se convirtió el viernes en el jugador con más cortes superados de manera consecutiva en Augusta al llegar a 24 (rompió la parda con Fred Couples y Gary Player).

Woods aguantó las cuatro rondas. Renqueante por momentos, por ese tobillo derecho que se destrozó en el accidente automovilístico que sufrió en febrero de 2021. Se salvó de la amputación, pero las secuelas le quedaron. Le cuesta caminar y Augusta, para colmo, es un campo con lomadas que complican más los traslados del Tigre. Pero ahí estuvo, firme, por momentos desenfocado porque no lograba los tiros que quería, pero completó las cuatro rondas, después de tener que bajarse de la edición 2023 tras arrancar el fin de semana.

El juego de Tiger en el Masters tuvo destellos de su magia, como el tercer tiro del hoyo 18 en la ronda final (a punto estuvo de embocar desde afuera del green). Pero falló mucho. Se puso en problemas muchas veces en los 72 hoyos con los golpes de salida: visitó los árboles en varias ocasiones y este domingo, en el 5, debió repetir la salida tras dejarla fuera de los límites. Y no logró recuperarse en el green, porque no estuvo fino en el putt. Pero el público ovacionó cada cosa que hizo Woods, hasta las pelotas que terminaban en lugares casi imposibles de rescatar.

Solo Tiger sabe si la edición 2024 habrá sido su última participación en campo en Augusta. La tarjeta para disputarlo la tendrá vitalicia, como todos los campeones y asistirá a la cena de cada edición, con uno de sus cinco sacos verdes. Los nostálgicos, los que sueñan con un last dance triunfal lo esperarán. A los 48 años, y con su físico mancillado, brindó una función más. Lejos de los tiempos de gloria, pero aumentando su leyenda.

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