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Callaspo: toda una vida en el béisbol

Alberto Callaspo recordó los problemas que confrontó con el inglés luego de firmar profresional Peter G. Aiken/US Presswire

ANAHEIM -- Alberto Callaspo recuerda exactamente el momento en el que estampó la firma y se convirtió en pelotero profesional.
El tercera base de los Angelinos de Anaheim tenía tanta ansiedad y felicidad que le dio órdenes claras a su madre de cómo debía actuar.

"Eso fue increíble", recuenta. "Cuando me firmaron la primera cosa que yo le decía a mi mamá era que dijera todo que sí y no dijera nada que no. Gracias a Dios me firmaron y aquí estoy".

Y es que el venezolano lleva una vida entera practicando beisbol.
"Como a los cuatro años", dice que empezó. "Llevo jugando desde pequeño".

El espejo de su juventud es alguien que aún se encuentra en las Grandes Ligas, un infielder de ley con 23 temporadas en la MLB, 11 guantes de oro y 45 abriles en su haber.

"Mi ídolo era [Omar] Vizquel", asegura. "Era el que más me gustaba como jugaba su pelota".

El oriundo de Maracay confiesa que siempre confió en su talento pero que le costaba visualizar un futuro como atleta.

"Yo siempre he jugado bien pero no me imaginaba que iba a firmar como profesional", señala.

De sus tiempos de ligas menores, Callaspo recuerda sus problemas con el inglés.

"Cuando empecé no me desenvolvía muy bien con el idioma", indica. "Tardé dos años y algo en [hacerlo]".

A pesar que los Angelinos lo amarraron en el 2001 tras su paso por la liga veraniega de República Dominicana, el jugador no haría su debut hasta luego de ser canjeado a los Diamondbacks de Arizona cinco temporadas más tarde.

Luego de un paso por los Reales de Kansas City, el destino le deparó un regreso a donde comenzó su travesía.

"Fue buenísimo porque no pensaba que [los Angelinos] me iban a traer otra vez para acá", asevera. "Sin embargo, cuando me cambiaron pensé que era para otro lado y no aquí".

Esta campaña el infielder se ganó la titularidad en la antesala y la está terminando de gran forma mientras los serafines intentan desesperadamente recuperar terreno y entrar a los playoffs. Es por esto que el jugador ya sabe que hará cuando lleguen las vacaciones.

"Quiero descansar mucho", expresa. "La temporada fue muy larga y a pesar que estamos jugando bien no siempre nos salieron las cosas y uno se estresa mucho".

En cuanto a sus actividades fuera del terreno, sus seres queridos y los aviones toman prioridad.

"La paso con mi familia haciendo comidas y jugando dominós", resalta. "A veces viajo también. Quiero seguir saliendo e ir a Europa. Italia, posiblemente".

A la hora de la cena, sus gustos gastronómicos son clásicos de un latino de cepa.

"Mi plato favorito es el arroz con habichuelas y carne", apunta sin dudarlo.

Además de ganarse un puesto en la alineación y de llegar a batear segundo en algunas ocasiones, Callaspo es el musicalizador oficial del camerino de los aureolados.

Sus canciones son las que animan las previas a los juegos, y sus elecciones están ligadas a los compañeros que se sientan cerca suyo: el dominicano Albert Pujols, su compatriota Maicer Izturis, el cubano Kendrys Morales, el colombiano Ernesto Frieri, y un poco más alejado pero no fuera del rango de sus melodías, el también dominicano Erick Aybar.

"Escucho de todo", dice entre risas antes de agregar: "Les pongo salsa, merengue y hip hop para que se acomoden ahí".

Finalmente, al ser preguntado sobre el rumbo que hubiera tenido su vida de no ser por el deporte, el torpedero dijo no tener certezas.

"No tengo ni idea", se sincera. "A lo mejor estudiar".