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Desde que Mike Brown fue destituido como coach de Los Angeles Lakers, los laguneros acumulan un récord de 4-1. La situación se revirtió completamente con su salida tras cinco encuentros (1-4 mientras hilvanaba una ofensiva que no pudo fraguar). Con 10 citas jugadas, el promedio de los californianos es de .500, un buen resultado considerando el flojo comienzo que tuvieron. La sencillez y el baloncesto de preceptos básicos han sido el antídoto a los malos resultados, la medicina para un equipo moribundo que campaba por la cancha sin confianza y preso de los errores. Las cosas han cambiado sustancialmente. Primero, Bernie Bickerstaff varió el rumbo con criterio y sentido común. Un plantel plagado de estrellas estrelladas en la ofensiva Princeton necesitaba la libertad de los genios. Y así fue. La llegada de Mike D´Antoni también ha estado marcada por la lógica. No es tiempo de probar nuevos sistemas, tampoco de desarbolar un cuerpo técnico conocedor de la situación, por eso el único cambio del nuevo coach fue la adición de su hermano Dan y el respeto a la transición Bickerstaff: más juego directo, abrir espacios en la cancha, más lanzamientos perimetrales y lo más importante, dejar que las estrellas tomen sus propias decisiones. Entonces llegaron las victoria, las sonrisas y la libertad. "Se supone que tenemos que divertirnos haciendo algo que nos gusta. ¿Por qué no debería de ser así?", señaló Dwight Howard tras la práctica del lunes. "Tenemos que ser serios, pero al mismo tiempo divertirnos con lo que hacemos. Estamos más libres en la cancha y por eso estamos ganando", apuntó. Desde fuera se nota que la química cada vez es mayor. El papel de Kobe Bryant ya es el del líder expuesto a todo. Al comienzo de la campaña casi estaba en la sombra y no podía tener el protagonismo que tan bien le viene a los laguneros. Ante Houston Rockets realizó su primer triple-triple de la temporada, el equipo tocó techo de anotaciones con 119 puntos y la sonrisa cada vez era más pronunciada. "Estamos jugando con confianza. Cuanta más tengamos y más confianza en los compañeros, mejor", comentó Howard. "Tenemos que pasarlo bien, para mí es como siempre he jugado al baloncesto y no puedo hacerlo de otra manera. Es mi rutina y quiero jugar como siempre lo he hecho. Si he llegado tan lejos, por qué cambiar", señaló. Envuelto en el positivismo de los últimos buenos resultados, Pau Gasol logró llegar a los 15.000 puntos para erigirse como uno de los mejores extranjeros de la historia de la NBA. También se nota que su juego está mejorando con el paso de los partidos y él ofrece las claves del porqué. "Estamos simplificando el juego. Ponemos la bola al base y a Kobe y estamos con más espacios. Por eso limitamos las pérdidas de balón. En esta ofensiva funciona el tempo y nos apoyamos en los lanzamientos. Eso hace que haya más confianza en las anotaciones. Estamos menos tiempo en el suelo y lo hace más fácil. Lo hace más divertido y entretenido para nosotros", apuntó el español. Parte de la culpa del lavado de imagen recae sobre D´Antoni, que aunque aún no se haya sentado en el banquillo durante un partido oficial, ya ha implementado varias facetas del juego que visualiza en sus pupilos. Y eso que su bueque insignia, Steve Nash, todavía está lesionado (al igual que el base reserva, Steve Bake). "Deberían seguir pasándolo bien. El basquetbol es un deporte para divertirse y tendrían que seguir así. Por ahora nos está yendo bien". ¿Y a qué se debe el éxito? "Se debe a que les dijimos que realizaran jugadas fáciles y no se la jugarán con los pases, y eso han hecho. Estamos abriendo la cancha y eso ayuda". La libertad está siendo el divino tesoro de los laguneros, que buscan comerse el pavo de Acción de Gracias con un promedio de victorias superior al de derrotas.
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