ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

Los Lakers viven su peor momento

LOS ÁNGELES -- Los malos augurios para Los Angeles Lakers se antojaron inevitables antes de que volara el esférico en el Staples Center. El equipo, mermado por las lesiones, llegó a la cita con nueve derrotas sobre los últimos 10 encuentros disputados, y el hecho de medirse a un plantel plenamente consciente de su superioridad hizo que la diferencia fuera abismal, tanto que Kobe Bryant llegó a taparse la cara en varias ocasiones mientras observaba el desastre sentado en la banca con ropa de calle.

Ya lo dijo Doc Rivers en la conferencia de prensa al pronunciar una palabra que acabó adquiriendo un significado mucho más poderoso y consistente después de que sus pupilos lograran la victoria más abultada de su historia ante sus eternos rivales: desesperación.

Los Lakers llegaron desesperados al juego y se marcharon con el mismo sentimiento multiplicado por 36, que fue la diferencia en el marcador que impusieron los Clippers tras arrollar a sus vecinos 123-87.

"Están desesperados", afirmó Rivers una hora y media antes de la cita y en el contexto de la dificultad que entraña medirse a equipos heridos.

Tras consumarse la victoria, Rivers se fundió en un cálido abrazo con Mike D'Antoni justo en la entrada al vestuario de los Lakers. En la despedida, Doc pareció decirle:

"Mantén la cabeza erguida', en una alusión al discurso del 'saldrás de ésta'".

D'Antoni había desaparecido de la escena ya que se dirigía a levantar los ánimos de un vestuario cabizbajo que no había sido capaz de plantarle cara a sus rivales. El coach había ido a insuflar energías positivas a unos hombres que cayeron en los mismos errores de siempre con un añadido demasiado doloroso como para ser digerido con facilidad: la falta de sangre.

"Esto no tiene nada que ver con las lesiones, tenemos que salir a competir. No hay ningún equipo en la liga que sea 40 puntos mejor que cualquier otro", comentó un Kendall Marshall (16 puntos y 10 asistencias) cariacontecido e incapaz de poner excusas alguna. Al igual que Nick Young (11 puntos y siete rebotes), cuya eterna sonrisa dejó de iluminar su rostro.

"Nos han aniquilado. Tenemos que jugar mucho mejor. Es frustrante, sobre todo en un partido como el de esta noche, con un rival como éste. Todos estábamos con ganas de jugar el partido y de disfrutar. Derrotas como ésta son embarazosas. No podemos perder de 40 puntos contra nadie, especialmente en casa ante un equipo como los Clippers. Eso lo hace peor. Perder como lo hicimos hoy es un mal signo", apuntó el angelino.

Sobran las palabras para un equipo que se parece mucho a aquel plantel de 2005 que no se clasificó a la postemporada (última vez que Lakers registraron un récord como el actual de 1-11). Sobran los adjetivos cuando los errores fueron tantos, y tan constantes y repetidos hasta la saciedad que la condena parece inevitable.

Todavía no se sabe si los Lakers tocaron fondo o no después de caer con semejante estrépito ante los Clippers, cuyos aficionados, por cierto, se mofaron de sus rivales en la grada cuando el video-marcador inmortalizó a los fans púrpura y oro marchándose del Staples. Pero lo cierto es que ése fondo debería estar cerca.

"Espero que sí (hayamos tocado fondo)", señaló Pau Gasol (10 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias). Perder un partido por 40 puntos prácticamente, poco más puede haber. Ahora tenemos que intentar mantenernos juntos con buena actitud y jugar mejor. Los otros equipos cuando huelen estas dinámicas te juegan con confianza".

Y esa confianza de los Clippers fue tan letal, tan imperativa y abusiva que los Lakers no hicieron más que deambular en una cita en la que perdieron 21 esféricos convertidos en 31 puntos en contra; que contaron con un balance del 34.5 por ciento en tiros de campo y que volvieron a ser blandos en defensa. ¿Les suena, verdad? Y de postre, los laguneros tan solo fueron capaces de anotar ocho puntos en el tercer periodo.

Sobran los análisis ante tanta inconsistencia, la misma que se ha visto en el primer cuarto de la temporada y el año pasado; sobran las explicaciones ante la falta de reacción con las lesiones como telón de fondo. Frente a los Clippers, los Lakers rozaron el peor resultado en temporada regular de su historia (derrota de 46 puntos en 1992), pero lo más doloroso es que la idea de tirar la campaña por la borda y comenzar a pensar en el futuro cada vez toma más fuerza.

La renovación, la primera ronda del draft, la marcha de Gasol para oxigenar las cuentas, el que Kobe no fuerce la máquina y se siente para que los dos años que le quedan sean fructíferos, el cambio de coach... todo está en el mismo saco descosido de una franquicia que vive uno de los momentos más difíciles de su historia.

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