ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

Brown y D'Antoni se verán las caras

LOS ÁNGELES -- Además de vital para que los dos equipos remonten el vuelo, el encuentro entre Los Angeles Lakers (14-23) y Cleveland Cavaliers (13-24) brindará el primer cara a cara entre Mike Brown y Mike D´Antoni desde que el actual coach de los Cavs fuera despedido de la franquicia angelina la campaña pasada.

El martes, Brown regresará a la que fue su casa durante un año y cinco juegos oficiales, y la expectación sobre cuál será su recibimiento estará latente. El periplo angelino del coach dejó mucho que desear, y es que el listón estaba muy alto tras convertirse en el sucesor del trono que dejó vacante Phil Jackson.

La tarea no era fácil, menos aún con el ínfimo grado de confianza que había depositada en él. La eliminación en segunda ronda de playoffs en 2011/12 y el mal inicio en 2012/13 (también perdió los ocho encuentros de pretemporada) precipitaron un adiós que llegó antes de tiempo. Cuando Brown recaló en la franquicia, firmó un contrato por tres temporadas que nunca se cumplió.

Llamó la atención la pronta destitución y el que no se hubiera tomado la decisión durante el verano, y es que a la gerencia no le convenció el planteamiento de Brown cuando decidió implementar sin éxito alguno la ofensiva Princetown. Para Mitch Kupchak y la familia Buss, el coach no estaba capacitado para aprovechar las virtudes de los recién llegados, Steve Nash y Dwight Howard, y combinarlas con Kobe Bryant y Pau Gasol. En cambio, consideraron que las características de D´Antoni sí casaban con la plantilla.

Craso error.

CONTINÚA LA INSIPIDEZ

La situación de los Lakers no cambió el año pasado desde la marcha de Brown ni tampoco está mostrando mejoría alguna en la actualidad. Hace un año, se logró el objetivo de clasificar a playoffs, pero poco más. El proyecto sigue a la deriva y aunque las lesiones han ralentizado las esperanzas de mejora, lo cierto es que las dudas siguen acumulándose sobre el tejado de un D´Antoni que durante la temporada pasada tuvo que aguantar los constantes gritos de la hinchada, que pedía a voces la vuelta de Jackson.

Si la idea de la ofensiva Princetown fracasó después de cinco encuentros oficiales y ocho de pretemporada, poco se ha visto del 'run and gun' (corre y dispara) que caracterizaba el estilo ofensivo de D´Antoni en sus etapas en Phoenix Suns y, en menor medida, New York Knicks. En los 109 encuentros que lleva dirigiendo a los Lakers, apenas se cumplió el discurso pronunciado en su presentación, en el que abogaba por anotar entre 110 y 115 puntos por cita.

A día de hoy, los Lakers se encuentran decimoséptimos en puntos anotados (99.3 ppj, la temporada pasada alcanzaron 102.2 ppj) y el hecho de que Portland Trail Blazers sea el líder con 109.1 ppj le da un tono más ridículo a las aspiraciones bañadas en analgésicos de un D´Antoni que mientras pronunciaba aquel discurso se recuperaba de una intervención en la rodilla a ritmo de 'Motown'. Parece que los medicamentos surtieron efecto.

Sin embargo, la cifra de puntos que reciben los Lakers sí se acerca más a esas proyecciones, aunque sea a la inversa, desafortunadamente para él. El equipo recibe una media de 105.1 ppj, números que le colocan como el segundo plantel que más puntos permite de la liga. El año pasado permitieron 101.0 ppj.

Pero donde más está fracasando el variable sistema de D´Antoni es en sus deseos de imprimir velocidad, que se han convertido en todo lo contrario, en una lentitud absoluta. Los Lakers son el cuarto equipo que más pérdidas de balón concede (15.4 pérdidas por juego) y lo peor de todo es que son el quinto plantel que peor presión ejerce sobre sus rivales al forzar 12.7 pérdidas por juego, mientras que alcanzan 6.5 robos de balón por partido.

Falta de armadores, reestructuración continua, jugador nuevo (Kendall Marshall, quien por cierto acumula 14 pérdidas en tres citas y 0.33 robos por encuentro), este problema puede tener varias causas, pero a fin de cuentas, lo que importa es que no está habiendo ninguna solución.

NI EL UNO, NI EL OTRO

Desde luego que los números de D´Antoni no están mejorando los de Brown, bajo cuyas órdenes, los Lakers alcanzaron 15.1 pérdidas de balón en la campaña 2011/12; llegaron a los 97.3 ppj y recibieron 95.9 ppj en contra.

Las circunstancias son las que son, y con Brown no hubo un lastre de lesiones tan significativo como el que está viviendo D´Antoni. Pero ésa no es la única razón por la que el actual coach de los Cavs registre un récord mejor que el de su homólogo en partidos vencidos con los Lakers (57.7 por ciento frente al 48.6 por ciento de D´Antoni). La conclusión es que si los Lakers echaron a Brown a las primeras de cambio, ¿por qué tienen tanta confianza (ciega) con D´Antoni?

Si la ofensiva Princetown de Brown cayó en saco roto en cinco partidos, el juego basado en la velocidad y efectividad propuesto por D´Antoni está siendo inexistente. Lo cierto es que a día de hoy, ninguno de los dos llegó a demostrar su valía en los Lakers, aunque D´Antoni está contando con manga ancha por parte de la gerencia, un privilegio que no tuvo Brown.

Ambos coaches se verán las caras el martes con balances muy similares (si Cavs vencen a Lakers, los dos equipos se colocarían con igual récord). Será entonces cuando entre en acción la voz del pueblo, el sentir de esos aficionados capacitados para dictar sentencia. Veremos entonces cómo reciben al que fuera su entrenador, si aprovechan la coyuntura para dedicarles unos piropos a D´Antoni o, nunca se sabe, si les da por echar en cara a la directiva la no contratación de Jackson antes de decantarse por el italo-estadounidense.

Quizás con ese retorno que a punto estuvo de producirse, la historia hubiera sido distinta.

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