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"Más confiados que nunca": CP3

Chris Paul vivirá su décima temporada en la NBA y la cuarta con Los Ángeles Clippers. Richard Mackson/USA TODAY Sports

LOS ÁNGELES -- La fragancia es una de las esencias de las personas que son difíciles de olvidar. Como la música, los olores son capaces de viajar en el tiempo y en los recuerdos con una facilidad pasmosa. Las primeras impresiones se dejan llevar en gran medida por el olfato, por el aroma de las personas. De primeras, el jugador de Los Ángeles Clippers, Chris Paul, emana aires reservados. Fuera de sus círculos de confianza, el armador sonríe en contadas ocasiones. El miércoles fuimos capaces de sacarle alguna sonrisa en una entrevista en exclusiva al que para muchos es el base más completo de la NBA.

El contexto: la presentación de su nueva colonia, 'Untouchable Strength' de Avon, o lo que es lo mismo, 'fuerza intocable'. El nombre de la enésima marca que usa su imagen le va como anillo al dedo, como gota de perfume en cuello, y la primera cuestión es inevitable.

"¿Que huele mejor tu nueva fragancia o la temporada que se viene con los Clippers?"

Tras un breve silencio y una exhalación con forma de media sonrisa que viaja a través de la línea telefónica, CP3 no vacila.

"Los dos".

El base afronta su décima temporada como profesional en la NBA y su cuarta en la franquicia angelina. Su llegada al equipo fue una de las causas para que se produjera el cambio de imagen de un plantel que desde que recaló en el sur de California en 1978 (primero San Diego y luego L.A.) fue ninguneado en la liga. El efluvio de las personas y las cosas condiciona las primeras conclusiones que se sacan de ellas y en este caso, las impresiones iniciales de Paul no dejan lugar a dudas.

"Mi impresión de los Clippers cuando llegué fue que no mucha gente alrededor de la liga tomó a este equipo en serio. Hemos cambiado eso en estos tres años y medio o cuatro años", sentenció con una seguridad implacable.

LA SOMBRA DE LOS LAKERS

La franquicia siempre vivió a la sombra de los Lakers, que fue -y es- el equipo de la ciudad por antonomasia, el plantel de los éxitos ilimitados que ahora lucha por no ahogarse en una liga cada vez más competitiva. Paul no esconde la rivalidad que hay entre los dos equipos. Su dicha llegó a estar ligada al púrpura y oro, pero la decisión del anterior comisionado, David Stern, acabó por definir su destino.

"Siempre tuvieron a sus fans aquí, fieles. Entendemos que la rivalidad entre nosotros y los Lakers siempre va a existir, pero lo único que intentamos hacer es ganarles. Si ganamos a los Lakers cada vez que jugamos contra ellos, lograremos cambiar las cosas. Estamos en nuestro mejor momento desde 1978", esgrimió.

Y eso se nota no sólo en los números (por primera vez desde ese año juegan tres playoffs al hilo y la temporada pasada firmaron su mejor campaña en balance de victorias y derrotas), sino la hermandad que proyecta un equipo con un trío de ases definido (el propio CP3, Blake Griffin y DeAndre Jordan) que cuenta con unos actores de reparto que potencian una calidad mejorada más aún con la presencia de un coach como Doc Rivers. Este año quieren seguir haciendo historia y en cuestión de confianza es difícil superarles.

"Tenemos más confianza que nunca. Ya nos conocemos y ahora tan solo se trata de jugar al básquet, de salir ahí y jugar", afirmó. "Nuestra 'fuerza intocable' es la ventaja de cancha. No todos los partidos tendrán final feliz, pero tenemos que ser capaces de sobreponernos a noches difíciles".

OBJETIVO: SUPERAR SEMIS DE CONFERENCIA

Aquella ventaja les falló ante Oklahoma City Thunder en las semifinales de la Conferencia Oeste el año pasado y, de nuevo, no pudieron pasar la barrera previa a las finales de su grupo. El destino quiso que el primer juego de la temporada para los Clippers fuera ante sus verdugos del año pasado, unos Thunder que lloran la baja de Kevin Durant en lo que es un revés que cambia mucho las cosas.

"Siempre motiva el jugar contra Oklahoma City más allá de que nos eliminaran en playoffs, pero es nuestro primer partido de una temporada nueva y nos queremos asegurar de salir y competir. El plan de juego cambia mucho sin KD, pero al mismo tiempo, Russell Westbrook es increíble y tienen a muchos jugadores del equipo que tendrán la oportunidad de jugar", señaló.

Para superar la barrera de las semifinales de Conferencia, Paul asegura que tienen que mejorar su capacidad reboteadora, defender y ejecutar mejor. "Suena muy básico, pero es la verdad", confiesa. "Esta temporada he tratado de llegar en mejor forma. También quiero lanzar mejor, ser más agresivo y defender mejor. Quiero mejorar en todos los sentidos", destacó.

CP3 NO OLVIDA SUS RAÍCES

Entre tantos focos, tantas miradas y esa estela que tienen las figuras del básquetbol, a CP3 no le falta tiempo para recordar sus orígenes. Aquellos juegos junto a su padre y su hermano, los primeros pasos para que acabara siendo quien es.

"A menudo pienso en cuando era más pequeño y jugaba en la parte de atrás de la casa de mi hermano mayor. Jugábamos a driblar con mi padre, veía cada noche a Michael Jordan jugar por TV. Me encantaba hacer eso, jugar al básquetbol siempre y ver los juegos. Por eso juego con la pasión que pongo en la actualidad".

Las estrellas también añoran y en muchas ocasiones tienes los pies en el suelo. Se dejan llevar los recuerdos como si del olor a fragancia se tratara. Su esencia es el básquetbol y Paul no olvida a las personas que le ayudaron a ser quien ahora es.

"Mi padre y mi hermano fueron los que me enseñaron a hacer todo. Con mi hermano aprendí a competir, porque siempre jugaba contra él, me retaba y me hacía querer ser mejor y más fuerte", recordó.

Aquellas lecciones las aprendió de niño, antes incluso de imaginar que sería uno de los jugadores más importantes de la liga. Le falta ese Jugador Más Valioso soñado, el anillo que ansía todo competidor, pero si hay algo que tiene claro CP3 es que tanto en la NBA como en la vida, no hay lugar para los arrepentimientos.

"Lo más importante que he aprendido en la NBA es el no tener arrepentimientos. No dejar nada en la cancha, no desear haber hecho algo que dejaste de hacer, porque cuando tu carrera está terminada uno piensa en lo que podría haber hecho. Yo nunca quiero decir 'ojalá hubiera hecho esto', así que es algo que rescato para este año y una de las lecciones más importantes que he aprendido en este tiempo".