ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 9y

Ni con el pétalo de una flor

LOS ÁNGELES -- El jugador de Los Angeles Lakers, Nick Young, no pudo contestar a las preguntas de los reporteros que viajaron a Boston. Estaba desubicado, su mente quedó en blanco tras sumar la decimoquinta derrota con su equipo (113-96 ante Boston Celtics). No encontró razones. ¿La defensa? ¿La ofensiva? ¿Qué falló? No hubo manera de contestar a las cuestiones porque las fugas son demasiadas en esta nave a la deriva. Quizás había tantas contestaciones posibles, tantas razones que prefirió no enumerarlas.

Byron Scott sí mantuvo una argumentación relativa. La de siempre, la habitual en estos casos. Una parecida a la que brindó tras perder ante Minnesota Timberwolves o frente a Denver Nuggets, momentos en los que reflejó que llegarán cambios en el equipo.

"Ya han pasado 20 partidos (5-15). Es hora de hacer variaciones", apuntó tras la derrota ante los Celtics.

Se mostró categórico. No es la primera vez que pronuncia estas palabras. Sin embargo, ¿cuáles serán esas variaciones? ¿Llegan demasiado tarde? El único intocable es Kobe Bryant (25.8 puntos por juego y 4.9 asistencias por juego). El máximo anotador de la liga, el único capacitado para superar a Michael Jordan en el tercer puesto de máximos anotadores de la historia de la NBA (le restan 77 puntos para superarle), el artífice de mantener vivas las esperanzas en las situaciones determinantes. El único al que se le perdona todo.

Su mera figura eclipsa los 8.8 puntos que anota en cada 22.4 intentos por partido (39.1 por ciento de efectividad), baja, muy baja. Eso se puede pasar por alto porque su indiscutible brillo, cuando brilla, puede convertirse en una garantía. Como a todos, a Kobe las cosas le pueden salir bien o mal, pero vale la pena arriesgarse a tenerle en la duela porque Kobe es Kobe y no hay nadie en el equipo capacitado para hacer lo que él hace.

Es tal el peso del jugador en el equipo que solo él puede desayunar con un máximo rival como es Rajon Rondo pocas horas antes de que se celebre el partido. Cualquier otro jugador hubiera recibido un mar de críticas por esa acción. ¿Harían lo propio Messi y Cristiano Ronaldo antes de un F.C. Barcelona contra el Real Madrid? ¿Qué pensarían otros protagonistas históricos de aquellos Celtics-Lakers?, esos creadores del clásico de los clásicos en la NBA. Magic Johnson y Larry Bird llegaron a tener una buena relación en los momentos finales de su carrera, pero ¿desayunar antes de un juego?

A Scott no le gustó, pero poco puede hacer más que lamentarse por esta rivalidad venida a menos. Quizás a él le dolió más que a nadie caer ante los Celtics por todo lo que vivió en su época como jugador. Tras la derrota, éste puede ser el partido que marque las primeras variaciones en el equipo, jugadores y esquemas están en tela de juicio.

CAMBIOS EN SISTEMA Y JUGADORES

La defensa no está carburando. La inconsistencia atrás sigue estando a la orden del día, las transiciones no son veloces, la solidez en la pintura no es la propicia, la permisividad en los lanzamientos es demasiada, las marcas no se aguantan con la intensidad necesaria durante los 48 minutos de juego y los Lakers es el equipo que más puntos permite por juego de toda la liga (111.2 ppj). Scott ha dicho en varias ocasiones que tiene en su mente el volver a los conceptos básicos defensivos y ahí podría residir una de esas variaciones. Sin embargo algunos jugadores también están amenazados.

El despropósito que viven los laguneros está propiciando que la segunda unidad esté intentando dar un paso al frente y el quinteto titular podría tener cabezas de turco. Jeremy Lin (11.9 ppj con un 45.2 por ciento de efectividad y 4.9 apj) no se está mostrando cómodo. Bien porque no se ha acostumbrado a jugar junto a Bryant, bien porque no está confortable en este equipo sin identidad o porque su estado de forma no es el propicio, pero sin duda es uno de los señalados para dejar su hueco. Roonie Price sería el mayor beneficiado como ya se pudo ver en los minutos finales del juego ante Washington Wizards, cuando Lin no pudo anotar ninguno de sus 10 lanzamientos. Por eso vio el ocaso del partido desde la banca.

Carlos Boozer también es uno de los señalados. Su inconsistencia en la pintura roza lo vergonzoso en el aspecto defensivo. El hecho de que haya sumado un solo bloqueo en 20 partidos dice mucho de su solidez atrás, puede que su aceptable pero mejorable papel en ataque (12.4 ppj con un 49.8 por ciento de efectividad) no pueda salvarle de la renovación que Scott pretende realizar. Ed Davis (6.7 ppj y 1.3 bloqueos por cita) está mostrando una mejor cara en defensa y podría contar con una participación mayor.

A priori, a falta de comprobar si las variaciones que promete Scott serán efectivas de manera inmediata y, sobre todo, si serán tan profundas como deberían, estos serían algunos de los cambios que podría realizar el coach. Poco más puede hacer para maquillar una temporada muy difícil para la franquicia que sigue sin salir del pozo en el que se encuentra.

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