ESPN Los Angeles
Gonzalo Aguirregomezcorta 9y

Kobe y Kareem, 2 marcas en 30 años

MINNEÁPOLIS -- La marca que Kobe Bryant está a punto de superar está creando mucha expectación. El jugador de Los Ángeles Lakers mantiene la calma ante la situación, intenta priorizar el equipo al tiempo en que manifiesta la satisfacción que le supone poder superar a Michael Jordan en la tercera posición de máximos anotadores de la NBA.

Las últimas semanas están siendo monotemáticas por esta circunstancia histórica; sin embargo, a Byron Scott, coach de los Lakers, no le impresiona presenciar todo lo que está englobando un momento muy parecido al que él vivió hace 30 años, amplificado, eso sí. La marca de Kobe, que está a nueve puntos de superar a Jordan, llega tres décadas después de que Kareem Abdul-Jabbar consiguió dejar atrás a Wilt Chamberlain en la primera plaza de máximos artilleros de la liga.

"No estoy sorprendido porque la persona a la que está superando es increíble. Es considerado como uno de los mejores de este deporte. Michael Jordan fue el mejor jugador contra el que he jugado en mi vida. Sé lo importante que es para Kobe", declaró Scott, en San Antonio, con la memoria fresca sobre cómo vivió el que su compañero, Abdul-Jabbar, batiera a Chamberlain.

"Fue extraño porque necesitaba 21 puntos (para empatar los 31 mil 419 puntos de Wilt) y jugábamos un partido de temporada regular en Las Vegas. Eso fue un poco raro. Por lo demás, creo que casi todos estábamos llevando la cuenta. 18, 19... todos llevábamos la cuenta de cuándo iba a romperlo y todos sabíamos el tipo de lanzamiento que sería", rememoró.

Un gancho desde la línea de fondo colocó a Abdul-Jabbar en la cima. El lanzamiento no podía tener otra seña de identidad más que ésa, la propia de un jugador que patentó su singularidad en la NBA.

EL RÉCORD, SEGÚN LA CRÓNICA DE LA ÉPOCA

El 5 de abril de 1984, Utah Jazz y los Lakers se midieron en Las Vegas. Cuenta la crónica de aquella época, escrita por Rick Weinberg para ESPN, que el respetable ovacionó durante 45 segundos al jugador, quien por aquel entonces tenía 37 años de edad y necesitaba 22 puntos para superar al que también vistió de púrpura y oro. Cada punto que anotó fue recibido con aplausos. Tres clavadas y un lanzamiento de larga distancia certificaron un ciento por ciento de efectividad en sus cuatro primeros tiros. En el primer periodo ya contaba con 12 puntos.

Al igual que sucede con Kobe, Abdul-Jabbar no tenía prisa por lograr los puntos necesarios. Asistió a sus compañeros cuando hacía falta y no pecó de individualista a menos que fuera estrictamente necesario. No obstante, hubo un momento en el que dejó claro que quería sacarse la espina lo antes posible. Pat Riley le quiso sentar en el banquillo en el tercer periodo. Pretendía guardar el momento para el siguiente partido en Los Ángeles, en The Forum y junto a la afición angelina, pero el jugador le invitó a dejarle sobre la duela.

"No, vamos a acabar con esto", reza el cronista sobre las palabras que Kareem profirió a su coach.

Se mantuvo en el juego. Erró la anotación más esperada a 10 minutos del final del encuentro y finalmente logró la canasta de gancho que le hizo superar la marca cuando quedaban poco más de ocho minutos. A Kareem le quedó mucho fuelle hasta que colgó las botas tras lograr 38 mil 387 puntos (seis mil 968 unidades más que Chamberlain, que en la actualidad es el quinto máximo anotador de la historia de la NBA).

"Creo que ese récord va a durar mucho. No creo que en nuestra vida veamos que se vaya a romper. Tendría que jugar más de 20 años para romper ese récord", argumentó Scott confesando los secretos del que fue su compañero. "Creo que él te diría que fue el yoga, las artes marciales... con eso ganó flexibilidad, sus meditaciones y cosas así. Pero sobre todo fue el correr, fue un atleta increíble. Mucha gente no le presta atención a eso", afirmó.

KOBE NO QUISO FORZAR

Kobe no pugna por batir la marca de máximo anotador de la historia, pero está a punto de superar a Jordan en la tercera plaza. Por lo visto en el juego ante San Antonio (le hacían falta 31 puntos), ni la Mamba Negra ni sus propios compañeros tienen prisa por certificar la marca. El jugador con el dorsal número 24 asiste como Kareem hizo en su época, busca el beneficio del equipo por encima del suyo y el resto del equipo hace lo propio. Cuando toca darle la bola a Kobe bien, cuando no, también. Nada de forzar.

"Creo que cuando se acerque el momento, le darán más la pelota", vaticinó Scott. " Pero creo que todo el mundo en el vestuario está como estoy yo. Es un partido que vamos a intentar ganar contra los campeones, un gran equipo y organización. Las anotaciones son secundarias".

Aquellas palabras fueron previas a la victoria ante los Spurs, un momento que quizás podría haber pasado a la historia, pero que finalmente quedó en eso, en un triunfo, en el más importante que lograron los Lakers esta temporada.

Ya habrá tiempo para lo demás.

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