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Kobe mentaliza su nueva realidad

LOS ÁNGELES -- El paso del tiempo juega malas pasadas. Mientras la mente da por hecho que uno puede seguir llevando a cabo la misma vida que hace años, lo cierto es que cuando el cuerpo dice basta, no hay nada que hacer más que asumir una nueva realidad. En esa tesitura se encuentra Kobe Bryant, que con 36 años de edad afronta su decimonovena temporada en la élite del básquetbol mundial. Tras dos graves lesiones y años de ardua intensidad en sus piernas, el escolta de Los Angeles Lakers está en un punto de no retorno en el que su capacidad para afrontar una nueva fase en su carrera se convierte en un hecho obligado.

Por salud, por precaución, por las vistas al futuro, por efectividad, por claridad mental en los momentos decisivos de los partidos. Por todo esto y más, Kobe tendrá que dejar de lado su ADN competitivo para aprender a dosificar, tanto en los partidos, como en las prácticas, como en sus días libres.

Byron Scott lleva dos juegos mostrando su preocupación al respecto. Consciente de la importancia de Kobe en un grupo joven y todavía dependiente de la Mamba Negra, el coach ha llegado a la conclusión de llevar a cabo el movimiento más temido por todos: sentar a su jugador más importante.

"Es difícil porque le quiero jugando y sé que él lo quiere también", destacó tras la práctica de este lunes, día en que el lagunero no participó. "Hablé con él anoche sobre el procedimiento en los dos próximos partidos y lo que queremos hacer. Él estaba de acuerdo con lo que yo decidiera, si le quiero sentar en un partido o lo que sea. Pero no sólo en este juego o el siguiente, sino en los próximos 40 partidos. Debemos llegar a una conclusión y encontrar la manera", apuntó.

El entrenador aseguró que aún no ha decidido si le dará descanso en el partido de este martes ante Golden State Warriors, tampoco qué hará de cara al 25 de diciembre en Chicago. El procedimiento en este momento es el de sentarse a hablar con Gary Vitti, médico de la franquicia -algo que ya ha hecho-, llevar a cabo una reunión con el propio Kobe e incluir a Mitch Kupchak, gerente general de los Lakers, cuando entre los tres determinen los pasos a seguir con el jugador. La situación es nueva para todos, tanto para Kobe como para su coach, una de las personas que mejor le conocen.

"Todo esto es nuevo para los dos. Tenemos que ver cómo reducimos sus minutos, sus partidos, sus prácticas, hay muchas cosas sobre las que hablar. Aún no tomé una decisión sobre si jugará mañana o no", confesó Scott. "No voy a sacrificar su bienestar. Tengo que asegurarme de que esté bien esta temporada si forzarle demasiado. Si hay decisiones con la que él no esté contento, tendré que vivir con ello", apuntó.

DELEGAR EN COMPAÑEROS
Atrás deben quedar los temores a que Kobe no esté de acuerdo. Por su bien, para sacar lo mejor de él, por el sentido común. "Lo más difícil es quitarle trabajo, porque desde el punto de vista de su mente, cuando un partido está en marcha, él piensa que puede hacer cosas que a veces sí puede, pero cuando juegas cuatro partidos en seis noches, tu cuerpo dice que no puedes. Eso es lo difícil. Es un competidor y quiere salir a jugar ahí cada minuto que pueda. La cabeza quiere pero a veces el cuerpo no puede. Hay que ser listos", aseveró.

El nuevo rol de Kobe ha de ser más limitado. Además de la necesidad de darle partidos de descanso, de evitar que participe en juegos consecutivos y de llevar a cabo un plan de recuperación apropiado, la Mamba Negra debe apoyarse en sus compañeros, darles más responsabilidad en los partidos. El domingo, en la derrota ante Sacramento Kings, Kobe estuvo 38 minutos sobre la duela e intentó 30 lanzamiento (sólo anotó ocho), también perdió nueve esféricos. Parte del proceso incluye el hecho de delegar más en sus compañeros, algo a lo que también se refirió Scott.

"Lo que veo es que a veces él piensa que sus compañeros no pueden solucionar las cosas. Yo le digo que les tiene que dejar fracasar igual que permitirles triunfar. Ha de darles la oportunidad. A veces se disculpa en el vestuario después de los partidos, es una cuestión de comunicación", afirmó el coach. "Creo que sus compañeros tienen que ser más agresivos y le deben mostrar que pueden llevar a cabo esa responsabilidad. Si se sientan a esperar que Kobe lo haga, no tendrá fe en ellos", sentenció.