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Que Lakers no se ciñan a un #2

LOS ÁNGELES -- Ya se puede decir alto y claro que a Los Angeles Lakers les ha tocado la lotería. Su puesto número dos en la elección del Draft que se llevará a cabo en Nueva York el próximo 25 de junio les garantiza una de las peritas en dulce que saldrán de la clase de 2015 del básquetbol universitario. Las posibilidades de que lograran la segunda elección por segunda vez en su historia eran del 12.6 por ciento, mientras que contaban con un 82.6 por ciento de posibilidades de quedar en el top 5 y así olvidar de una vez por todas el fracaso del fichaje de Steve Nash.

Será la quinta vez que tienen un top 5 en sus filas en toda su historia (Magic Johnson y James Worthy, números uno en 1979 y 1982; Dave Meyers, número dos en 1975 y Kermit Washington, quinto puesto en 1973). Si no hay sorpresas, los laguneros podrían tener las siguientes opciones: Karl-Anthony Towns (pívot de Kentucky), Jahlil Okafor (pívot de Duke), D´Angello Russell (armador de Ohio State) y Enmanuel Mudiay (armador que jugó en China en lugar de pasar por la Universidad). Así las cosas ahora sólo queda tomar la decisión de ir a por los jugadores exteriores o interiores.

Basar las esperanzas de los Lakers a una segunda elección del draft resulta atrevido cuando en este punto tan solo tienen a cuatro jugadores asegurados para la temporada que viene (Kobe Bryant, Nick Young, Julius Randle y Ryan Kelly; es muy probable que la gerencia aplique la opción sobre Jordan Clarkson). ¿Desde dónde quieren armar el plantel los laguneros? Querrán contar con dos opciones de primera ronda en la pintura (un Randle eventualmente recuperado junto a Towns u Okafor, dependiendo de lo que elijan Minnesota Timberlwolves), o por el contrario se decantarían por reforzar el juego de construcción con un Clarkson sorpresivo en el tramo final de la campaña pasada y la opción de Russell o Mudiay.

Habrá que pensar mucho y valorar también en quién quieren concentrar sus esfuerzos en la agencia libre. Las combinaciones posibles son demasiadas y obviamente no se puede depender de la calidad e inexperiencia en la NBA de un plantel joven. Los Lakers contarían el año que viene con un novato contrastado y dos jugadores de segundo año, entre los que está Randle, que no pudo finalizar ningún partido durante la temporada pasada. Además, los Lakers cuentan con una elección en el puesto 27 que iría a Houston Rockets y otra en el puesto 34.

La amplia sonrisa de Byron Scott tras conocerse el resultado de la lotería reflejó la alegría de haber logrado una de las dos mejores elecciones. Sin embargo, esta situación se antoja insuficiente. Queda mucho por recorrer para los laguneros, que tendrán un espacio salarial de 23 millones de dólares para gastar en la agencia libre. El lastre de un Kobe aún impredecible debido a las lesiones que ha arrastrado en las dos últimas temporadas pesa sobre la planificación de la plantilla, sobre todo porque a las puertas de su retiro (le queda un año de contrato), no hay un proyecto definido en la franquicia de cara al futuro. Ni se sabe cómo estará, y en caso de que esté bien, el juego que desplegará será infinitamente menos agresivo de lo que marcan las cifras de su salario. Véase su forma de jugar del año pasado: más facilitador que anotador y con minutos limitados).

A los Lakers aún les hace falta un jugador brillante con experiencia y calidad en la agencia libre (además de otros actores secundarios que conformen una plantilla todavía escasa). Un integrante que cuente con un buen salario que justifique su llegada y ate el porvenir. Será difícil convencer a alguien con hambre de títulos tempraneros, porque aunque los Lakers cuenten con un flamante jugador de segunda elección en el draft, con varios valores jóvenes y un Kobe que aunque no sea el de antes seguro que aporta para que lleguen victorias, lo cierto es que no hay nada garantizado. Ni siquiera los playoffs. Me pregunto cómo convencerán a un jugador que sea capaz de tomar las riendas del equipo cuando Kobe se marche. El perfil es claro: un tipo que además de bueno tenga la paciencia y la confianza en Mitch Kupchak y la familia Buss. En sus manos está el lograr hacer de los Lakers la franquicia que fueron en el pasado.