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"Estábamos en pañales": Carbajal

LEÓN, Gto. -- Condiciones paupérrimas de viaje y hospedaje, son los primeros recuerdos de Antonio 'La Tota' Carbajal -- quien disputaba el primero de los cinco mundiales que jugó por México -- del Mundial Brasil 1950; circuntancias que no contribuyeron al éxito deportivo, así lo reitera el ex arquero y otrora director técnico quien en ese entonces venía de una experiencia olímpica con los Juegos de Londres de 1948.

'El Cinco Copas' a sus 85 años edad y quien desde 1950 no ha faltado a una sola edición del Mundial de Futbol como miembro distinguido de la FIFA, recordó con ESPNDeportes.com los momentos que más relevantes de la participación de la Selección Mexicana en Brasil 1950.

En aquel entonces 'Toño', un muchacho "sano", que no sabía de fama y sueldos millonarios, solamente quería jugar futbol por México, sin importar si actuaba frente a más de 180 mil espectadores contra uno de los mejores equipos del mundo inaugurando un Mundial de futbol. Libre de pretextos, como siempre estuvieron sus manos: libres de guantes para atajar los cañonazos y las más duras críticas de la prensa por haber admitido 10 goles y caer frente a Brasil (4-0) Yugoslavia (4-1) y Suiza (2-1).

Volvió a pisar territorio brasileño después de aquel fracaso de mitad de siglo tres o cuatro veces más, nadie se acuerda de él, o más bien eso cree él. "Ya son muchos años", asegura Carbajal desde su vidriería en León, Guanajuato, quien como mucha gente fue impactado por el llamado Maracanazo [la derrota de Brasil en la final con Uruguay], sin embargo le causa más pesar que el futbol mexicano no haya aprendido de la experiencia de los "viejos".

¿Cómo encaraban el Mundial de Brasil 1950, el segundo en la historia de México y el primero para usted a los 21 años?

AC: En aquel entonces, hace 64 años éramos muy novatos en todos los sentidos. Tan novatos que nos fuimos en diferentes viajes. Tan novatones que estábamos en un hotel de mediana categoría pero los directivos en buenos hoteles. No había vuelos charter, no había buena paga, no había patrocinadores.

Tardamos muchos días en llegar. Hicimos muchas paradas en muchos lugares con miedo porque los aviones se movían por todos lados. Era un avión tetramotor.

Antes había volado en avión para la Olimpiada de Londres [1948], pero habíamos ido en aviones militares donde tenías que ir sentado [de espalda] pegado al fuselaje. Aquí ya íbamos sentados de frente.

¿Eran considerados el equipo más débil de los 13 que participaron en aquella edición mundialista?

AC: Lo mismo que ahora. [Solo que hoy] con más paga, con más dinero, con más promociones, con mejores viajes y hoteles, pero sigue siendo el mismo futbol en el lugar que se va a ocupar ahora.

¿De haber tenido mejores condiciones, habrían tenido un mejor resultado y no tres derrotas, dos de ellas por goleadas?

AC: Seguro hubiesen sido marcadores, sino tal abultados, sí más parejos.

Había poco conocimiento del medio mundial, ahora tienes la facilidad de analizar en video a todas las selecciones con la que te vas a enfrentar. Entonces no había televisión para hacerlo.

Luego de una receso de 12 años sin Mundiales de futbol debido a la II Guerra Mundial ¿Tenían miedo de que durante la Copa Mundial de Brasil 1950 se presentará algún acto bélico?

AC: Ni nos interesaba la Guerra, queríamos representar a México y estar en un Mundial.

¿Con 21 años, debutaba en su primero de cinco Mundiales. Seguramente habían nervios? Por si fuera poco inauguraban el entonces llamado Estádio Municipal do Maracanã, en ese entonces con una capacidad superior a los 180 mil espectadores?

AC: Una alegría... una alegría... una alegría. Los tiempos cambian. Voy a decir incluso una leperada. Cuando salí al Maracaná, al estadio con un gentío tremendo, salimos a saludar y les dije [a sus compañeros] "van a ver cabrones". Llegué a la portería como a mi gustaba ser, mi forma de ser. Me pongo en la puerta y les digo [a los brasileños] "¡Tiren cabrones, tiren...!". Hasta como el minuto 29 o 30, Ademir me metió el primer gol y les decía "¡Sigan tirando cabrones... tiren, tiren...!".

Terminó el primer tiempo, viene el segundo. Y en el vestidor las instrucciones que nos dio el señor Octavio Vial [técnico] era cómo jugar. Salimos al campo con la misma ilusión -- ¡Tiren... tiren!, seguía insistiendo 'La Tota' a sus rivales --. Viene el tercero, el cuarto gol, llegó Ademir y ahora fue... "¡Ya no tiren cabrones...! Ya no tiren ¡Caramba...!".

Pero todo el mundo feliz, con el deseo de agradar porque nuestro futbol estaba en pañales.

Entonces sí, en algún momento le jugaron al tú por tú a los brasileños.

AC: En un momento dado sí, los sistemas tácticos eran diferentes. Entonces por ejemplo no había entrenador de porteros, ahora ya pululan entrenadores en todas las líneas.

Era muy diferente el futbol, pero lo que siento que había y se ha perdido es la ambición de estar en un Mundial -- sin ser patriotero, representar a tu país -- lo más digno posible y con ganas de demostrar que teníamos un buen futbol.

Disputaron un Mundial en el mes de junio, época con altas temperaturas en Brasil, un aspecto que juega un papel importante cuando rueda el balón. No estaban preparados para afrontar esta situación, llevaban un uniforme muy incómodo.

AC: No teníamos más que un uniforme que me acuerdo que cuando jugamos contra Suiza, que su vestimenta era roja y nosotros llevábamos el guinda con el azul. Cuando nos dimos cuenta de que los uniformes eran muy similares y nos íbamos a cambiar el equipo de Porto Alegre [club sede del estadio donde se llevaría a cabo el encuentro contra los helvéticos] nos prestó el suyo. La caballerosidad se antepuso, como siempre nos hemos distinguido por caballerosos, atentos jugamos con un uniforme que no era el nuestro.

¿Tenía alguna relación estrecha con algunos de sus compañeros? ¿Cómo los recuerda?

AC: Los muchachos, mis compañeros, mis defensas, me acuerdo muy bien: Rodrigo Ruiz, Poncho Montemayor, 'El Chepe' Naranjo, Mario Ochoa [mediocampista], Horacio Casarín [delantero], Lupe Velázquez [delantero], Héctor Ortiz [mediocampista, quien luego fue árbitro], Toño Roca [defensa], Felpe Zetter [defensa] un defensor fuerte.

Casi, casi en esa época eras hasta cargador de petaca. "¡Ey chaval tráete esto, chamaco tráeme esto!" -- le pedía ayuda el cuerpo técnico y sus compañeros--. ¿Quién era yo?.

¿Cómo se siguió aquel Mundial en México?

AC: No había televisión. Se seguía por radio. Recuerdo muy que uno o dos periodistas que fueron al Mundial [y realizaron la cobertura] Había creo una estación de radio, la XEW me parece. Lo hacían en diferentes etapas y tiempo, tenían que pararle tantito porque si no, no llegaba la señal, la comunicación, etcétera.

¿Jugar un Mundial representando a un país, no era motivo para perder piso?

AC: ¿Quién nos conocía? Ibas con una ilusión enorme a los Mundiales. Toda mi carrera fue así. Siempre con una ilusión, algunas con más comodidades que otras, pero siempre con ilusión.

Todos los que iban era el primer viaje que hacían.

No era algo que nos importaba [a los seleccionados mexicanos], lo que queríamos era hacer un buen papel. Los entrenadores que teníamos siempre haciendo su mejor esfuerzo para salir adelante, pero no teníamos la tecnología que en la actualidad hay. Nos faltaba mucho.

¿Qué hacían cuando no estaban entrenando o jugando? ¿Cómo se distraían?

AC: Era un medio muy pobrecito, en una granja que nos llevaron. Delante de donde estábamos hospedados estaban los muchachos uruguayos con los que hicimos muy buena amistad y que fueron campeones.

No había lana para salir.

Estábamos en un albergue retirado de la ciudad, pero cuando una vez no se jugó recuerdo paseamos por Copacabana. Fue la única salida que me acuerdo.

¿Cuál fue el recuerdo de aquél equipo campeón?

AC: Le tenían un respeto absoluto a Víctor Rodríguez Andrade, capitán de la selección. Pasaba el señor muy serio con su mate y se paraban todos los jugadores y le hacían lugar caravana. Un señor de mucha clase.

¿Cómo fue el regreso a México?

AC: Se presentaron varios problemas.

De regreso un zopilote se metió en uno de los motores [del avión] que era de hélice, no eran de propulsión. Tuvimos que parar, no me acuerdo si fue en El Salvador.

Pero si nos enteramos que había mucha gente molesta esperándonos en México. ¿Por qué? Por circunstancias que se dijeron que a mí no me constaron, yo estaba muy mocoso todavía, los otros muchachos que iban ya tenían cierta experiencia y yo estaba agradecido con ellos porque me arroparon. Pero se hizo mucho ruido en relación a lo que pasó [por lo publicado en la prensa].

Yo estaba muy mocoso, platicaba de todo y ni me importaba cómo me había ido ni los goles que me habían metido.

La prensa era muy dura, ahora yo la veo muy blandita. Era periodistas que pesaban y ellos argumentaron o les constó algo que dijeron. A mí nunca me verás hablar de algo que no me consta.

No me consta, me ha gustado ser muy claro en mis cosas, pero la realidad es que no teníamos y hasta la fecha, no tenemos lo que se requiere en un Mundial para estar aspirando a los primeros lugares.