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Se suman otros 250 jugadores a la demanda contra NFL por narcóticos

LOS ANGELES -- El ex liniero defensivo de Pro Bowl, Marcellus Wiley, sumó su nombre a una demanda que acusa a los equipos de la NFL de distribuir ilegalmente poderosos narcóticos y otras drogas para mantener a los jugadores sobre el campo sin importar la salud a largo plazo.

"Lo primero que pregunta la gente es, sabiendo lo que sucedió, ¿lo volverías a hacer?", externó Wiley, actualmente un analista para ESPN. "No. No lo haría".

La demanda fue interpuesta originalmente el 20 de mayo en una corte de distrito en el norte de California y se modificó este miércoles para incluir 250 jugadores más, elevando el total a 750 actores. Wiley, quien jugó para los Buffalo Bills, San Diego Chargers, Dallas Cowboys y Jacksonville Jaguars desde 1997 al 2006, es el noveno jugador identificado por nombre, uniéndose a los ex jugadores de los Chicago Bears, Jim McMahon, Richard Dent y Keith Van Horne, al ex centro Jeremy Newberry, y otros.

La demanda, que busca certificación como demanda colectiva, cubre los años desde 1968 hasta el 2008. Alega que médicos de los equipos y terapeutas alrededor de la NFL rutinariamente --y a menudo ilegalmente-- proveían poderosos narcóticos y otras sustancias controladas a los jugadores en los días de juego para disipar el dolor.

Entre ellos están los analgésicos Percodan, Percocet y Vicodin, antiinflamatorios como Toradol, y auxiliares del sueño como a Ambien. El abogado Steven Silverman dijo que algunos equipos cubrieron prescripciones a nombre de jugadores sin su conocimiento o consentimiento. Dijo que esas drogas eran después "repartidas como dulces en Halloween", y a menudo combinadas como "cocteles".

El vocero de la NFL, Brian McCarthy, dijo que la liga no tenía comentario sobre la acción legal.

Los ex jugadores han reportado un rango amplio de efectos, desde padecimientos crónicos de hueso y músculo, hasta daño nervioso permanente por la adicción. Los jugadores sostienen que esos problemas se originaron en el uso de las drogas, pero muchas de esas condiciones no están vinculadas al abuso de analgésicos.

Seis de los demandantes en la acción, incluyendo a McMahon y Van Horne, también fueron partes en la demanda colectiva relacionada a conmociones cerebrales interpuesta en contra de la NFL hace menos de un año. La NFL accedió a pagar 765 millones de dólares para acabar con el litigio, sin admitir responsabilidad por ocultar los riesgos de las concusiones a los ex jugadores. Una juez federal todavía no ha aprobado el acuerdo, citando preocupación por el hecho de que la cantidad sea insuficiente.

Wiley, de 39 años de edad, no fue parte de la acción por conmociones, pero decidió unirse a esta última causa después de sufrir una insuficiencia renal parcial en abril, pese a no tener historial de problemas en los riñones. Wiley dijo que se sometió a "múltiples inyecciones" de analgésicos a lo largo de una temporada para lidiar con una lesión que el entonces médico de los Chargers, Dr. Steven Chao, diagnóstico como un esguince grave en la ingle. Después de la temporada, un médico independiente lo diagnosticó con una ruptura en la pared abdominal que requirió cirugía.

"No puedes entrar a la oficina de un doctor y decirle, 'Deme esto y deme el otro simplemente para sobrevivir al día'. Alguien cerraría ese sitio", dijo Wiley en entrevista telefónica. "Pero eso es lo que pasaba en la NFL. Es fácil dejarse sorprender. No lo negaré. Existe esta cultura de 'jugar con dolor, caer sobre la espada', y hay alguien en la fila listo para tomar tu lugar...

"Y entonces la siguiente pregunta cuando la gente escucha sobre esto es: '¿Dónde queda la responsabilidad personal?'. Bueno, yo no soy doctor médico", añadió. "Pero sí le creí a la palabra de un doctor médico que tomó un juramento de cuidarme no solamente por un partido o por una campaña, sino a lo largo de toda una vida. Mientras tanto, a él le pagan por el número de cuerpos que saca al campo".

Chao renunció como médico de San Diego en junio pasado, luego de que la NFL Players Association pidiera su reemplazo e interpusiera una queja. Un panel independiente libró a Chao de responsabilidad.

En abril, como parte del acuerdo estipulado Chao fue colocado en un periodo de prueba por la Junta Médica de California. Su licencia también fue revocada, pero esa medida quedó suspendida mientras sigue a prueba. Chao fue acusado de cometer negligencia en actos reiterados, además de actos deshonestos y/o corruptos. Chao también fue encontrado culpable de negligencia profesional en un caso del 2012 involucrando a un paciente normal, no un jugador de los Chargers, con una determinación judicial de caso 5.2 millones de dólares. Los registros también muestran que recibió una reprimenda pública por la junta y se declaró culpable por conducir bajo la influencia del alcohol.

El mayor reto para los demandantes es probar la causa y efecto: que el uso de los analgésicos en el pasado ocasionó los problemas crónicos que enfrentan los jugadores hoy en día. Los jugadores también deben demostrar que sufren de esos padecimientos a una mayor frecuencia que otras personas de su edad, y que no se debe a otros factores de riesgo como obesidad, fumar, o historial familiar.