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Sucesos inesperados

Daniel Ricciardo, de Red Bull, festejó mucho AP

BUENOS AIRES -- Mercedes, se ha dicho, es el problema y la solución en la Fórmula Uno de estos días. El equipo hegemónico, ganador de las primeras seis fechas sin haber cedido la punta, condimentó sus dominios con la abierta lucha entre sus pilotos Nico Rosberg y Lewis Hamilton, y en Canadá agregó algo impensado: sus coches fallaron. Eso propició que el Campeonato Mundial haya tenido la mejor carrera de 2014 y que ahora cuente con un nuevo vencedor. El australiano Daniel Ricciardo, astuto para ganar un par de lugares en dos vueltas, entre ellos el liderazgo que como podía mantenía Nico Rosberg, logró su primera victoria mundialista, también la primera de Red Bull en la temporada.

La carrera estuvo marcada por el andar de los W05. La largada del Gran Premio de Canadá dejó claro cuáles son los límites entre Rosberg y Hamilton. Por ahora, la pista. Rosberg, autor de la pole position, lo que significó un golpe moral más que deportivo para Hamilton, se corrió hacia afuera en el lance hacia la primera curva de Montreal hasta dejar sin asfalto a su compañero inglés, que en el afán por tomar la punta perdió el segundo puesto con el astuto campeón Sebastian Vettel. La contienda se enfrió porque el auto de seguridad neutralizó la competencia debido al choque entre Jules Bianchi y Max Chilton, los corredores de Marussia, el equipo que venía de sumar puntos por primera vez en su existencia. Las siete vueltas con el auto de seguridad encabezando la hilera permitieron que los autos consumiera menos combustible, lo que quitó una preocupación en la ecuación del recorrido.

Hamilton se deshizo de Vettel no bien se lo propuso, con la velocidad extra del alerón móvil justo antes de la chicana final. Y allí enfocó su verdadero objetivo: el liderazgo. Cuando la lucha entre las Flechas de Plata era directa, lo cual llevó al apurado Rosberg a una pasada de largo en la última chicana, inusitados problemas de potencia aparecieron en simultáneo en los autos de Hamilton y Rosberg. El inglés fue el primero en reportarlo, al tiempo que se estiraba su diferencia con el líder. El alemán no tardó en clamar por el mismo déficit. Otros usuarios de Mercedes, Valtteri Bottas y Sergio Pérez, habían penado con inconvenientes similares. En sus casos fue por la pérdida de potencia en la unidad de energía cinética. El finlandés de Williams sufrió en Mónaco. El mexicano de Force India, en la práctica inicial en Montreal.

Con las flaquezas del impulsor, Rosberg y Hamilton empezaron a girar casi dos segundos más lentos que sus seguidores, al tiempo que los ingenieros de Mercedes intentaban hallar desde boxes una solución que fuera aplicable a los autos en plena carrera. Cuando todavía faltaban 25 vueltas para la bandera de cuadros, el plantel técnico de la casa de Stuttgart se rindió y comunicó a sus pilotos que no había solución posible. Poco después, y luego de las paradas, los autos grises perdieron la punta por primera vez en el año cuando Felipe Massa puso adelante al Williams, que se detuvo poco después. La disputa entre Rosberg y Hamilton se diluyó cuando el campeón 2008 -había quedado delante de su compañero luego de la segunda detención- sufrió primero una pasada de largo y luego sus frenos colapsaron. Fue el segundo abandono del inglés este año.

Rosberg corrió defendiéndose durante el resto del recorrido, pero dos vueltas antes del final fue superado por Ricciardo, que antes había dejado atrás al sufriente Checo Pérez, que penaba con los frenos. El alemán no opuso resistencia cuando el australiano lo encaró en la recta más larga, antes de la última chicana, y con el beneficio del alerón móvil. Mientras Ricciardo, el australiano de la sonrisa permanente que fue ungido por Red Bull como sustituto de su compatriota Mark Webber, marchaba cómodo hacia la victoria, Massa y Pérez protagonizaron una pavoroso choque en plena recta, justo en la entrada al giro final. El brasileño intentó superar al mexicano por la parte interna, pero el Force India se movió apenas, acaso frenó levemente antes debido a los inconvenientes que acarreaba, y fue embestido por el Williams. Los dos autos terminaron contra las vallas de contención, destruidos, luego de un aparatoso golpe. Así, Vettel ratificó su posición en el podio y Jenson Button terminó capturando un impensado cuarto lugar, dos puestos delante de la pálida mejor Ferrari, la de Fernando Alonso.

"Nunca te olvidaremos", dice la leyenda que Ricciardo lleva en su casco, tributo a Jack Brabham, el australiano tricampeón de Fórmula Uno fallecido hace pocas semanas. Ricciardo no olvidará su día. El día que Mercedes falló y la Fórmula Uno respiró aliviada.