Bruno Altieri 10y

Diario de las Finales NBA: 9 de junio

LA FOTO: El Rey LeBron

EL ANÁLISIS: La evolución del genio

Por Bruno Altieri, enviado especial

SAN ANTONIO -- LeBron James ha vuelto a redefinir el básquetbol. Una vez más. Y lo ha hecho, como acostumbra últimamente, en un partido trascendental de Finales de NBA.

El astro del Heat regresó de una lesión que despertó, asombrosamente, críticas a lo largo y ancho del mundo. ¿Acaso un jugador no tiene permiso para lesionarse? Si lo pensamos seriamente, concluiremos que hemos alcanzado, en este aspecto, el límite de la ridiculez.

James fue de menor a mayor y terminó coronando una actuación memorable. Superlativa, dominante, en los dos costados de la cancha. El astro del Heat demuestra tener la cuota de lucidez, creatividad y trabajo suficiente para desarrollar nuevos trucos, aún cuando su versión de las Finales pasadas rozó la perfección.

Tiempo atrás, LeBron no pasaba la pelota. Había nacido en la cultura de las estrellas y creía, de manera equivocada, que ese era el camino para obtener el premio que tanto buscaba. Con el correr de los años, demostró que el egoísmo estaba sólo en su juego, pero que su ser podía escapar de esa concepción individualista sin dificultades. LeBron entendió que podía -y debía- hacerlo de otra forma para conquistar el objetivo. Así empezó a reconstruirse él primero, con ayuda de Erik Spoelstra como mentor, para diseñar luego al resto. De la pincelada de maestro surgió la obra de arte, la parte que genera el embrión del todo, la palabra que despierta el poema. Y casi sin darnos cuenta, el básquetbol quedó a sus pies.

Y así parece que será hasta el fin de su carrera.

Para ser el mejor, James tuvo que hacer que los demás sean mejores. Comenzó siendo un alero pequeño, pero hoy es un jugador que hace absolutamente todo. Traslada el balón, juega de escolta, propone el equilibrio, se postea. ¿Cómo detener a un jugador de estas características? Algunos pensaban que habían encontrado un antídoto al cederle el tiro a distancia.

En la noche del Juego 2 de las Finales de la NBA, esas esperanzas fueron derribadas con hechos.

Tiempo atrás, pareció que el juego de espaldas de James podía ser una debilidad. Trabajó con Hakeem Olajuwon en temporada baja y logró mejorarlo a pasos agigantados. Luego, la mano izquierda parecía ser un problema en el inicio de su camino hacia el aro. Demostró con creces que, cuando se propuso solucionarlo, lo consiguió, transformando esto en fortaleza. Luego, todos apuntaron al tiro en salto. Y entonces, de nuevo LeBron.

El domingo, James tuvo 8-13 en tiros en salto frente a la aguerrida marca de Kahwi Leonard, un número que roza la pesadilla para cualquier rival. El dribbleo hacia la izquierda y el lanzamiento en suspensión fueron incontrolables para la defensa de San Antonio, que abusó del emparejamiento individual y que deberá ajustar esto, de cara al tercer juego de la serie en Miami, para evitar una sangría mayúscula. ¿Doblajes sistemáticos? ¿Presión al portabalón? Todo puede ser posible. Nada parece suficiente.

Nos informa el departamento de estadísticas de ESPN que James tuvo 5-21 (23.8%) en tiros en suspensión en los primeros dos juegos de las Finales 2013, mientras que en la actual edición alcanzó el 54.5%, con 12-22, en los dos encuentros disputados. Para quien no disfrute de leer entre líneas, esto quiere decir lo siguiente: si tira de afuera encesta más de la mitad de los tiros, si va hacia el aro con mano derecha dominada es imparable y si lo doblan tiene la capacidad suficiente para encontrar un compañero abierto en el perímetro. De estas tres opciones, la más viable para San Antonio parecería ser la tercera: que todos tomen la responsabilidad menos James.

De los 35 puntos que anotó James, 33 fueron en los tres últimos cuartos con 13-18 en TC. Anotó 6-9 en la pintura en el primer tiempo y 8-11 en tiros a distancia en el segundo. No sabemos si jugará así lo que queda de la serie, pero Gregg Popovich tendrá que tomar nota al respecto y replantear algunos detalles. A saber: a) evitar el camino fácil hacia el aro, ya que Miami anotó 44 puntos en la pintura b) desarrollar una nueva defensa con atrapes contra LeBron, ya que está claro que ni Leonard ni Boris Diaw pueden defenderlo sin ayudas c) en ataque, aumentar la velocidad para evitar que la defensa asfixiante del Heat cierre los caminos, algo que hoy en día se ve mejor que nunca.

De todos modos, hay que saber que James no podrá solo con San Antonio. Tarde o temprano, necesitará la ayuda de sus compañeros, sobre todo de Dwyane Wade, Mario Chalmers y Norris Cole, hasta ahora desaparecidos en la serie. El valor de Chris Bosh, las apariciones de Ray Allen y Rashard Lewis y el incansable aporte debajo de los tableros de Chris Andersen son elementos de motivación para el Heat, pero al final del camino pueden ser insuficientes.

Los Spurs, por su parte, tienen la ventaja de la profundidad de variantes. Hoy están chocando contra la defensa perimetral asfixiante de Miami (el Heat forzó a los Spurs a 1-4 en penetraciones en el último cuarto del domingo, sin hacer faltas y cerrando el camino de los tiradores), las pérdidas se hacen recurrentes, y les está costando mucho jugar adentro-afuera para lastimar con los tiradores. Será materia de análisis por parte del cuerpo de entrenadores de San Antonio, pero si hay un equipo que puede contra el Heat es el texano. Todos los demás carecen de chances serias.

Regresando al tema LeBron, no creo que nadie que no esté cargado de fanatismos absurdos puede cuestionar a este jugador como el mejor de la tierra hoy en día. Ha ido derribando una barrera tras otra en una carrera contra él mismo que no tiene precedentes. La reconstrucción está muy cerca de ser completa en el camino de su evolución ¿Habrá alguien que todavía diga que no rinde en el clutch time?

Sin James en cancha, los Spurs vencieron 43-28 en el Juego 1 y 25-16 en el Juego 2. En definitiva, el básquetbol es y será siempre un juego de equipo. Con esto quiero decir que el Rey, por más bueno que sea, podría no soportar una revolución ordenada que se geste desde las bases.

Estamos viviendo, por segundo año consecutivo, una definición de campeonato de antología. Es básquetbol de escuela con estilos diferentes, muy valiosos ambos en su concepción. Genuinos, ordenados, atractivos. Rumbo al tercer partido de la serie, ahora en Miami, sabemos que el Heat está invicto en postemporada (8-0). Y que quien gana el juego de quiebre, dice la historia, se lleva la llave en el 83% de las oportunidades (30-6).

Con LeBron de nuevo en la silla de los elegidos, le toca a los Spurs ajustar. Veremos, entonces, qué plan tiene preparado Popovich.

Desde aquí, lo estaremos esperando.

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