Gustavo Fillol Day 10y

Bendito uno a cero

BUENOS AIRES -- El actual formato de cuatro fases finales, desde Octavos hasta la esperada definición, se implementó primera vez en la historia de los Mundiales en México '86.

Arrancó entonces lo contrario a una maldición.

Por algún motivo pesimista, en el deporte tienen mayor fama las maldiciones que las bendiciones, las mufas que las cábalas.

En este valiente rapto de ecuanimidad, sin embargo, saltará a la luz una rigurosa, indiscutible, innegable racha positiva, que se posa como ave de buen agüero sobre los hombros de quienes invocan su extraordinario poder.

En los Octavos de Final de México '86, sólo dos partidos terminaron 1-0: el triunfo de Argentina ante Uruguay y la victoria de Alemania frente a Marruecos.

Tres rondas después, ambos equipos llegaron al partido por la Copa. Alguien tenía que llevársela, y acabó en manos de Maradona.

La final se repitió cuatro años después, en Italia. Y vean esto: en Octavos, Argentina venció a Brasil 1-0, mismo resultado con el que Alemania superó a la por entonces Checoslovaquia en Cuartos de Final.

Ambos equipos llegaron otra vez al partido por la Copa, que en este caso terminó en brazos alemanes.

En 1994, en los Estados Unidos, Brasil eliminó a Suecia por 1-0 en Semifinales, y luego obtuvo el título por penales contra Italia.

¿Se ve la tendencia?

Tres campeones desde la adopción del actual formato de Octavos-Cuartos-Semis, y los tres ganaron al menos un partido por 1 a 0 en alguna de esas tres fases previas a la gran Final.

Bueno, en Francia '98 se corta la racha, ¿cierto?

No señor. El local, que se consagra en su país, vence 1-0 a Paraguay con alargue en Octavos.

Ya es ridículo. Esto tiene que acabarse. No hay bendición que dure 100 años. Siempre que hubo sol, anocheció. Si es necesario mudar el Mundial a las costas del Este de Asia para acabar con este absurdo, pues que se mude al extremo oriental asiático.

En Corea del Sur/Japón 2002, sin embargo, la seguidilla se mantuvo sin solución de continuidad.

Antes de proclamarse pentacampeón, Brasil sentenció a Turquía en Semifinales por... lo recuerdan bien, 1-0.

Ya estamos entregados. Ya sabemos cómo termina la historia. La racha nunca se corta.

Sólo resta confirmarlo.

Efectivamente, en Alemania 2006 se coronó Italia, que superó a Australia en Octavos de Final por 1-0.

Y para terminar con bombos, platillos y vuvuzelas, miren lo que pasó en el último Mundial.

España en Sudáfrica le ganó a Portugal 1-0 en Octavos, a Paraguay 1-0 en Cuartos, a Alemania 1-0 en Semis y --no podía ser de otra forma-- a Holanda 1-0 en la Final.

Así que ya saben: el 1-0 es implacable.

No obstante, para realizar la lectura correcta --algo que siempre agrada a los dioses de las estadísticas-- hay que poner las cosas de esta manera: no todos los equipos que cumplieron con la premisa de ganar 1-0 algún partido de las tres fases previas a la gran Final se llevaron la Copa, pero sí todos los que se la llevaron cumplieron con esa premisa.

En otras palabras, el 1-0 no es mérito suficiente, pero sí es condición indispensable.

Dicho por la negativa, para que encaje con los usos y costumbres del deporte, no descorches todavía si tu equipo gana 1-0 un partido después de la Fase de Grupos. Pero preocupate si no lo hace.

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