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Diario de las Finales NBA: 13 de junio

LA FOTO: A cumplir la tarea

EL ANÁLISIS: Las claves del Juego #4

Por Bruno Altieri, enviado especial

MIAMI -- Los Spurs derrotaron al Heat 107-86 y viajarán a San Antonio con ventaja de tres juegos a uno. La historia de la NBA les sonríe: ningún equipo ha revertido una eliminatoria de Finales cuando cayó en un pozo de estas características (0-31).

A continuación, presentamos las claves del triunfo del conjunto de Gregg Popovich en el American Airlines Arena:

La defensa de los Spurs. El equipo de Gregg Popovich realizó su mejor trabajo sin balón en lo que va de la serie. La clave fue proteger la pintura con una defensa escalonada, impidiendo el acceso fácil hacia el aro. Cada vez que un jugador del Heat quería incursionar en la tierra prometida, las ayudas defensivas con atrapes funcionaban como cerrojo. Si el balón pasaba, el jugador no: cuando los hombres del Heat penetraban en la llave, las faltas llegaban para que se ganen los puntos desde la línea. Magistral trabajo del conjunto texano.

La rotación de balón y el movimiento de los jugadores. En este crimen, imposible dictaminar quién fue el asesino: las huellas de todos los jugadores de Spurs estuvieron en el balón del cuarto juego de Finales. El movimiento certero de pelota, unido al trabajo de cortes sistemáticos hacia el aro, hicieron que la defensa perimetral de Miami –la mejor de la Liga- se muestre permeable e insegura. Un dato que ilustra lo que fue San Antonio esta noche: todas sus piezas anotaron puntos. La fórmula del básquetbol solidario carente de estrellas fue diseñada en el laboratorio de Gregg Popovich. No existe mejor jugador que todos juntos.

La actitud para jugar este partido. Dijo Manu Ginóbili el miércoles en la atención a la prensa: "No nos conformamos con ganar uno, vinimos a ganar los dos". El escolta argentino tenía razón: tanto él como sus compañeros jugaron el cuarto partido de Finales con una actitud envidiable. Cada pelota parecía ser la última para San Antonio. Y merced a ese golpe de carácter sostenido, los dirigidos por Gregg Popovich se encuentran hoy en una situación de lujo de cara a lo que viene.

El rendimiento de Kawhi Leonard. El alero de los Spurs le quitó los poderes a LeBron James. Su rendimiento fue una continuación de todo lo bueno que había mostrado en el tercer partido de la serie. Leonard culminó el juego con 20 puntos, 14 rebotes, tres robos y tres asistencias. El sentido de ubicuidad de este muchacho fue, nuevamente, asombroso. En todos lados, al mismo tiempo. El jugador equilibrio de San Antonio está haciendo méritos suficientes para estar en la consideración por el MVP de estas Finales.

El valor de los hombres de rol, con Boris Diaw a la cabeza. El ala-pivote francés está jugando a un nivel formidable y hoy no fue excepción. Jugó e hizo jugar, demostrando que es uno de los hombres más inteligentes que existen en la Liga. Aprovecha los espacios con la ductilidad de un esgrimista y golpea con la potencia de un boxeador. Si a eso se le suma el aporte maravilloso que está teniendo Patty Mills como base reserva, y el aporte de Danny Green en el perímetro, todo parece ser un paraíso para los Spurs. Seamos francos: por momentos no se sintió la ausencia del trío de Tony Parker, Manu Ginóbili y Tim Duncan cuando les tocó descansar.

La mejora de Tony Parker. El base francés fue puro veneno para el Heat: 19 puntos y más de 50% de campo en sus lanzamientos. A diferencia del tercer juego, no abusó tanto del balón en el suelo y eso le permitió ser más dañino ante la defensa del Heat. Su crecimiento es una noticia fantástica para San Antonio, que tendrá tres chances de quedarse con el campeonato que se le negó en 2013.

El ritmo en la ejecución. Los Spurs repitieron lo que hicieron en el tercer juego: acelerar para evitar que la defensa del Heat trabaje bien estacionada. Esto fue por voluntad propia y también por lo que entregó el juego: la defensa perimetral de San Antonio fue tan buena que permitió correr en varias oportunidades. Si bien la cantidad de puntos en transición no fue abrumadora, la diferencia estuvo en el cambio de ritmo y la velocidad. La figura de Mills, en este aspecto, es clave.

La dependencia del Heat con LeBron James. La máxima de San Antonio dice que no existe mejor jugador que todos juntos. Lo de Miami, esta noche, explica que nadie puede ganar en este deporte haciendo todo solo. El astro del Heat tuvo 28 puntos y ocho rebotes, pero sólo dos asistencias. La realidad es que sus compañeros no estuvieron a la altura y dejaron demasiada responsabilidad en sus manos: Mario Chalmers y Norris Cole aún no llegaron a la serie. Y Dwyane Wade y Chris Bosh hoy estuvieron lejos de su nivel habitual. La esperanza que tiene Miami de levantar este momento es que todos se involucren en su cometido.

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